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CARTA
DE UNA MUJER DESCONOCIDA
Intro.
A veces unas
simples palabras pueden cambiar nuestro semblante. A veces unas letras escritas
en un simple papel puden siginificar el mundo para alguien. Eso se valora aun
más cuando está envuelta en misterio, está envuelta en el velo del
desconocimiento. Se esboza una sonrisa peculiar al entender que esa carta puede
ser de cualquier persona… o de nadie.
Cuerpo.
Carta de una
mujer desconocida es una de las películas de Max Ophüls que no llegó a tener la
resonancia esperada en su estreno, pese a contar con muchos aspectos positivos
en su producción. Ophüls era un director con unos detalles visuales
interesantes y que, desde los años treinta, se caracterizaba por sus historias
románticas de idilios imposibles. Reconocido en Europa por trabajos como Amoríos
(1933) y La mujer de todos (1934), su llegada a Hollywood pareció no despertar
mayores elogios, construyendo historias interesantes pero que no lograron
cautivar totalmente al público. Tendría que volver a Francia en los años
cincuenta donde volvería a renacer su estrella de la mano de obras muy
interesantes, siendo su obra cumbre, Madame de… (1953).
A pesar de
considerarse una obra menor en los estándares del director alemán, Carta de una
mujer desconocida lograría tener un posterior descubrimiento gracias a la
excelencia del tratado en la producción. Es cierto que dentro de las reglas de
Hollywood muchos cambios se hicieron en la obra original de la novela homónima
de Stefan Zweig de 1922. Aun así, es el producto genuino de las historias de
amor de Ophüls donde el personaje femenino dicta la narración de la obra y es a
partir de ella donde todos los conductos logran coaccionar.
Para ello,
Ophüls contaría con Louis Jordan y Joan Fontaine en sus roles estelares. Jordan
era un actor francés de carácter suave que un año anterior había tenido su
mayor exposición gracias a El caso Paradine de Alfred Hitchcock. Basado en una
relación problemática con el director y el productor David O. Selznick, Jordan
tendría algunos contratiempos pero demostraría una gran performance en la
película de Ophüls logrando así algo de estabilidad, aunque no tendría mejores
roles, solamente hasta la llegada de Gigi en 1958. Por su parte, Joan Fontaine
era una protegida del estudio, logrando ser la actriz principal en Rebeca
(1940) de Hitchcock, lo cual la catapultaría rápidamente a la fama y el año siguiente
ganaría el Oscar por otra obra del maestro inglés, Sospecha. Este principio le
daría cierta independencia, lo cual la llevaría a tomar roles algo difusos pero
tendría también una gran performance en la película de Ophüls.
La película
nos presenta un misterio siendo revelado en flashback en donde conoceremos la
historia de un amor desmerecido, lo cual llevaría a circunstancias trágicas. A
pesar de todos los elementos necesarios, la obra no se materializó en el
clásico que debió ser. Tal vez la temprana llegada de Ophüls a Hollywood, las
problemáticas creadas por Jordan para con sus roles o la creencia que este
sería un vehículo más para la grandeza de Fontaine, pueden haber mermado el
interés en el filme. Pero lo cierto es que las películas de Ophüls tienen una
tranquila aproximación hacia sus puntos culminantes, solamente dejando que el
aspecto visual y el desempeño de sus actores logre su cometido. Al final, la
obra tendría una revitalización en posteriores años, entendiendo la grandeza de
Ophüls en sus entregas europeas y otorgándole por fin, sus grandes
contribuciones a pesar de lo hermético que era trabajar en Hollywood.
Datos.
Título Original: Letter from an Unknown Woman
Dirección: Max
Ophüls
Año: 1948
País:
Estados Unidos
Intérpretes: Joan Fontaine, Louis Jordan, Mady Christians, Marcel
Journet, Art Smith, Howard Freeman, Carol Yorke, John Good, Leo B. Pessin,
Ersine Sanford, Otto Waldis, Sonya Waldis
Duración: 86 min.
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