domingo, 21 de diciembre de 2025

 
CARTA DE UNA MUJER DESCONOCIDA




Intro.
 
A veces unas simples palabras pueden cambiar nuestro semblante. A veces unas letras escritas en un simple papel puden siginificar el mundo para alguien. Eso se valora aun más cuando está envuelta en misterio, está envuelta en el velo del desconocimiento. Se esboza una sonrisa peculiar al entender que esa carta puede ser de cualquier persona… o de nadie.




Cuerpo.
 
Carta de una mujer desconocida es una de las películas de Max Ophüls que no llegó a tener la resonancia esperada en su estreno, pese a contar con muchos aspectos positivos en su producción. Ophüls era un director con unos detalles visuales interesantes y que, desde los años treinta, se caracterizaba por sus historias románticas de idilios imposibles. Reconocido en Europa por trabajos como Amoríos (1933) y La mujer de todos (1934), su llegada a Hollywood pareció no despertar mayores elogios, construyendo historias interesantes pero que no lograron cautivar totalmente al público. Tendría que volver a Francia en los años cincuenta donde volvería a renacer su estrella de la mano de obras muy interesantes, siendo su obra cumbre, Madame de… (1953).






A pesar de considerarse una obra menor en los estándares del director alemán, Carta de una mujer desconocida lograría tener un posterior descubrimiento gracias a la excelencia del tratado en la producción. Es cierto que dentro de las reglas de Hollywood muchos cambios se hicieron en la obra original de la novela homónima de Stefan Zweig de 1922. Aun así, es el producto genuino de las historias de amor de Ophüls donde el personaje femenino dicta la narración de la obra y es a partir de ella donde todos los conductos logran coaccionar.






Para ello, Ophüls contaría con Louis Jordan y Joan Fontaine en sus roles estelares. Jordan era un actor francés de carácter suave que un año anterior había tenido su mayor exposición gracias a El caso Paradine de Alfred Hitchcock. Basado en una relación problemática con el director y el productor David O. Selznick, Jordan tendría algunos contratiempos pero demostraría una gran performance en la película de Ophüls logrando así algo de estabilidad, aunque no tendría mejores roles, solamente hasta la llegada de Gigi en 1958. Por su parte, Joan Fontaine era una protegida del estudio, logrando ser la actriz principal en Rebeca (1940) de Hitchcock, lo cual la catapultaría rápidamente a la fama y el año siguiente ganaría el Oscar por otra obra del maestro inglés, Sospecha. Este principio le daría cierta independencia, lo cual la llevaría a tomar roles algo difusos pero tendría también una gran performance en la película de Ophüls.






La película nos presenta un misterio siendo revelado en flashback en donde conoceremos la historia de un amor desmerecido, lo cual llevaría a circunstancias trágicas. A pesar de todos los elementos necesarios, la obra no se materializó en el clásico que debió ser. Tal vez la temprana llegada de Ophüls a Hollywood, las problemáticas creadas por Jordan para con sus roles o la creencia que este sería un vehículo más para la grandeza de Fontaine, pueden haber mermado el interés en el filme. Pero lo cierto es que las películas de Ophüls tienen una tranquila aproximación hacia sus puntos culminantes, solamente dejando que el aspecto visual y el desempeño de sus actores logre su cometido. Al final, la obra tendría una revitalización en posteriores años, entendiendo la grandeza de Ophüls en sus entregas europeas y otorgándole por fin, sus grandes contribuciones a pesar de lo hermético que era trabajar en Hollywood.






Datos.
 
Título Original: Letter from an Unknown Woman
Dirección: Max Ophüls
Año: 1948
País: Estados Unidos
Intérpretes: Joan Fontaine, Louis Jordan, Mady Christians, Marcel Journet, Art Smith, Howard Freeman, Carol Yorke, John Good, Leo B. Pessin, Ersine Sanford, Otto Waldis, Sonya Waldis
Duración: 86 min.

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