EL CREPÚSCULO DE LOS DIOSES (I)

Intro.

En el reflejo de las cámaras puedes ver tu figura deslizándose lentamente, como si quisieras eternizar un momento, como si quisieras controlar el espacio y el tiempo. La imagen parece congelarse y a la vez es difusa e incomprensible. Tú sigues moviéndote como si fueras el centro del universo y mantienes esa imagen con tu tranquilidad y sapiencia porque sabes que los años no pasan en vano y que tendrás el poder, una vez más, para ser parte de la armonía que se nos ha negado desde hace ya tanto tiempo.

Cuerpo.

Durante los años cuarenta, Billy Wilder se había hecho notar como director gracias a su versatilidad en la comedia y el film noir. Entregas como Perdición (1944), Días sin Huella (1945) o Berlín Occidente (1948) habían logrado la aceptación del público y la crítica, y lo denotaban como uno de los directores más renombrados de Hollywood. Esto se vería ratificado en los años cincuenta con inmensas obras, además del descubrimiento de muchos actores y actrices. Pero toda su incursión en esta década comenzaría en 1950 con Sunset Boulevard.

Wilder buscaba crear una historia relacionada con la antigua vida de Hollywood pero desde una perspectiva caótica. Acostumbrado a los film noirs, el director de origen austriaco decidió estructurar la historia de una diva de los primeros años de Hollywood venida a menos, dando un aire tenebroso a todo el tema. Junto a su colaborador, el escritor Charles Brackett (con el cual tuvo una relación laboral de 14 años) empezó a recrear a partir de lugares que eran conocidos y que eran parte de la historia misma. Los apartamentos en donde paraban los escritores habituales de Hollywood, las casonas que pertenecieron a grandes estrellas del cine mudo e incluso el uso del estudio donde muchas de estas estrellas trabajaron. Wilder quería darle un toque de autenticidad a todo el asunto, pero para ello necesitaría a una estrella de renombre que se atrevería a tomar dicho papel.

La idea era recrear la vida peculiar de una estrella venida a menos y con ciertos problemas mentales. Se dice mucho sobre en quién o quiénes se inspiraron para ello, pero al final es difícil de determinar. La primera opción fue Mae West pero no se llegó a concretizar. Se pensó también en Pola Negri y en Norma Shearer pero las actrices en retiro no aceptaron la oferta. Se trató con Greta Garbo pero su reclusión era definitiva. Se trató también con Mary Pickford pero la idea le parecía de muy mal gusto. Sin opciones, Wilder recurrió por consejos a su amigo, el director George Cukor. Este le nombró a Gloria Swanson, con la cual ya había trabajado y esta decidió aceptar el rol por consejo de Cukor. Swanson había sido una gran actriz del cine mudo logrando ser la mejor pagada de su tiempo, siendo conocida por su talento al mismo tiempo que por su fortuna y sus extravagancias. Gracias a El Crepúsculo de los Dioses volvería a los primeros planos.

Para el rol del joven escritor fracasado hubo varias opciones que se barajaron, pero al final se decidió por Montogomery Clift. El joven actor había tenido un par de participaciones importantes y parecía un candidato serio, pero al momento de comenzar la filmación, Clift decidió alejarse del proyecto debido a que no sentía la seguridad necesaria. Wilder muy enojado tuvo que recurrir a William Holden, un joven actor que había tenido un gran debut pero que se había quedado en roles menores. Holden se convertiría a partir de aquí en uno de los más grandes actores norteamericanos, siendo Wilder uno de sus grandes aportadores de roles importantes. Como el mayordomo se pensó en Erich von Stroheim, quien había dirigido a Swanson en sus años silentes. Von Stroheim fue uno de los más controversiales directores y actores del cine mudo debido a su déspota actitud y a sus aires de grandeza. Aún así demostraba una gran habilidad y creatividad al momento de encarar sus proyectos, quedando sus obras como únicas en su concepción. Para completar el cuarteto se contó con Nancy Olson, una actriz que estaba en ascensión pero que a pesar de una gran performance y una nominación al Oscar, no pudo reditar esta actuación y se desvanecería paulatinamente.

Datos.

Título Original: Sunset Boulevard

Dirección: Billy Wilder

Año: 1950

País: Estados Unidos

Intérpretes: Gloria Swanson, William Holden, Erich von Stroheim, Nancy Olson, Fred Clark, Lloyd Gough, Jack Webb, Franklyn Farnum, Cecil B. DeMille, Hedda Hopper, Sidney Skolsky, Buster Keaton, Anna Q. Nilsson, H. B. Warner, Robert Emmett O’Connor, Henry Wilcoxon

Duración: 110 min.

2001: UNA ODISEA EN EL ESPACIO (II)

Intro.

El espacio es aquello que podemos concebir pero no entender. Es aquello que encontramos como una gran oscuridad llena de misterios y de la cual no podemos obtener respuesta, solamente nuestra propia perspectiva. Y mientras nos dirigimos hacia esa gran constelación insonora, nuestra cabeza se llena de obras musicales que nos preparan para el infinito viaje. Simplemente dejarnos llevar y entender que el futuro, cualquier futuro que podamos presenciar, no es aquello que creemos, estamos perdidos en un vasto espacio que no utiliza números ni letras y en donde la raza humana no es más que un peculiar grupo de hormigas.

Cuerpo.

Por una parte, Kubrick decidió no contar con estrellas para este proyecto. El protagonista sería Keir Dullea. El actor americano era reconocido por sus apariciones en televisión y por algunas sorprendentes producciones cinematográficas de bajo presupuesto pero de gran éxito comercial, hasta que Kubrick lo eligiera y lo haría reconocido mundialmente. Dullea tendría pocas apariciones en cine y se dedicaría más al teatro. Gary Lockwood también sería otro actor proveniente de la televisión y que tendría algunas roles secundarios en el cine. William Sylvester era un reconocido actor británico de películas B y su único éxito reconocido sería esta película. Dentro de sus investigaciones, Kubrick vio un documental animado llamado Universo de 1960 y trabajaría con el codirector de este corto quedando también encantado con la narración, por lo cual contrataría a Douglas Rain para que haga la voz de la computadora HAL 9000. Para el rol central de los simios contrató al mimo Leonard Ossiter y a su grupo para que desarrollen la primera parte del filme. Margaret Tyzack sería una experimentada actriz de carácter con varios galardones y que Kubrick escogería para esta película y para La Naranja Mecánica. El resto del elenco era también reconocido por sus actuaciones en televisión y que aparecen en roles secundarios.

Otro de los aspectos que Kubrick cambiaría sería la música. Pidió al compositor Alex North, con el cual había trabajado en Espartaco y Dr. Strangelove para crear una partitura para las escenas del espacio. Al ser probada, Kubrick se dio cuenta que la música no funcionaba como acompañamiento, que en escenas específicas resaltaban emociones positivas o negativas según iba la armonía y lo que él quería era un especie de acompañamiento neutro. Entonces decidió rechazarla y colocar música clásica, lo que sería a partir de esta película una influencia enorme en el cine y su musicalización, sobre todo en la ciencia ficción. Dentro de su selección priman Así habló Zaratustra de Richard Strauss y Lux Aeterna de György Ligeti. Otros temas de Strauss y de Ligeti se pueden encontrar en el filme, así como El Danubio Azul de Johann Strauss II. North se enteraría en el estreno que Kubrick no utilizó sus composiciones y en estos últimos años se ha hecho conocida al público la partitura creada.

La historia narrada por Kubrick nos muestra un elemento repetitivo, un monolito el cual se presentará en las diferentes partes del filme. Este monolito cuya composición varió al momento que Kubrick pidió construirlo (originalmente debió ser una pirámide), quedó como un muro delgado de color negro para mayores facilidades técnicas y se describe como una tecnología alienígena que emite ondas de radio con algún propósito que los científicos buscan descubrir. Esto se repite en la prehistoria y en Júpiter, lo que llevará a una nave ir a investigar. En esta nave, los dos tripulantes están asesorados por la computadora HAL 9000, quien en un aparente desperfecto pondrá en peligro la vida de sus tripulantes y la misión en sí. El Dr. David Boman será el encargado de revelar el misterio pero esto lo llevará más allá de lo que su humanidad pueda comprender.

2001: Una Odisea en el Espacio ha sido calificada desde muchos aspectos pero la crítica coincide que hay un antes y un después de la película de Kubrick. Cambió la imagen de la ciencia ficción en el cine e inspiró a muchísimos directores en la creación de posteriores entregas. Así mismo creó una gran controversia en cuanto a las motivaciones y los misterios dentro de la narrativa, algo que Kubrick nunca buscó revelar pues sentía que el espectador debía dar su propia interpretación a lo que se experimentaba. El uso de tecnología y efectos especiales era brillante, desde los movimientos, los artefactos y la idea del espacio. Kubrick utilizó todo a la mano, desde muebles de arte contemporáneo hasta nuevas formas de utilizar las cámaras en movimiento y la simulación de los movimientos de los astronautas. La película no ganaría mucho en su estreno, pero futuros relanzamientos lograrían convertirla en un éxito y en la aceptación general de una de las películas más grandes de todos los tiempos.

Datos.

Título Original: 2001: A Space Odyssey

Dirección: Stanley Kubrick

Año: 1968

País: Reino Unido

Intérpretes: Keir Dullea, Gary Lockwood, William Sylvester, Douglas Rain, Daniel Richter, Leonard Rossiter, Margaret Tyzack, Robert Beatty, Sean Sullivan, Frank Miller, Edward Bishop, Edwina Carroll, Penny Brahms

Duración: 142 min.

2001: UNA ODISEA EN EL ESPACIO (I)

Intro.

El espacio es aquello que podemos concebir pero no entender. Es aquello que encontramos como una gran oscuridad llena de misterios y de la cual no podemos obtener respuesta, solamente nuestra propia perspectiva. Y mientras nos dirigimos hacia esa gran constelación insonora, nuestra cabeza se llena de obras musicales que nos preparan para el infinito viaje. Simplemente dejarnos llevar y entender que el futuro, cualquier futuro que podamos presenciar, no es aquello que creemos, estamos perdidos en un vasto espacio que no utiliza números ni letras y en donde la raza humana no es más que un peculiar grupo de hormigas.

Cuerpo.

El magistral Stanley Kubrick se encontraba en una posición privilegiada en 1964. Había logrado en 1956 atraer el ojo de la crítica con el film noir Atraco Perfecto y al año siguiente había reforzado su actitud de inclasificable con Senderos de Gloria, una película bélica que fue muy aclamada y que tenía cierta controversia en sí. A pesar de no ser la primera elección, Kirk Douglas lo convencería para que dirigiera Espartaco y estuvo en boca de todos, logrando la aclamación de la crítica y la aceptación del público. Esto lo llevó a elegir su siguiente proyecto que sería la adaptación de la muy criticada novela de Vladimir Nabokov, Lolita (1962). Kubrick parecía no clasificarse en ningún género y le gustaba la controversia, la cual iba a ser mayor cuando firmara su sátira de guerra, Dr. Strangelove (1964). Pero el director estadounidense demostraba también una dote y una genialidad para mostrar sus proyectos, algo instintivo en él marca todos sus filmes y el siguiente sería uno de los más célebres dentro del cine mundial.

Después de Dr. Strangelove, Kubrick se interesó por la ciencia ficción gracias a unos cuantos filmes japoneses sobre el género, que si bien no eran del todo brillantes sí mostraban peculiaridades en cuanto a cómo configuraban todo aquello fuera de este mundo. Kubrick quería un colaborador para ello y lo encontró en el escritor Arthur C. Clarke. Un escritor comprometido con la ciencia ficción con numerosas novelas y cuentos sobre el género, atrajo la atracción de Kubrick y ambos trabajaron en un guion para el siguiente proyecto. Kubrick escogió el cuento El Centinela como base de su película. A partir de allí numerosas influencias comenzaron a inspirar a Kubrick que tenía una filosofía de trabajo muy particular, al igual que un gusto exquisito por la literatura y las artes en general. Desde dibujos conceptuales, la mitología griega, documentales de la NASA, hasta influencia de algún western para crear el título, Kubrick tomaba todo lo que le servía para crear su visión de esta futura entrega, entendiendo que el espacio podía acarrear distintas perspectivas, desde las emociones más sutiles hasta el terror.

Kubrick determinaría el título de 2001: Una Odisea en el Espacio después de varias consideraciones y bajo la influencia de La Odisea de Homero. La idea original era crear una novela y una película pero que estas no fueran iguales ya que los medios creativos de ambas fuentes difieren e impresionan de maneras diferentes por lo que al momento de comenzar a idear todo, llegaron a un punto en que decidieron estrenar la película primero y la novela después, ya que en el medio escrito era necesario dar mayor información mientras que en la película se podía jugar más con el misterio y la propia interpretación del espectador. El guion sería su colaboración y a pesar de algunas diferencias creativas, los dos artistas llegaron a un punto en común para el proceso creativo final.

La idea de Kubrick era crear largos momentos no verbales, en un paralelo con la quietud del espacio, así como una muestra no tan humana de la reacción de los humanos, lo cual se vería graficado mejor más adelante en el proyecto cuando la computadora HAL 9000 muestre ser la más humana de todas. La filmación sería en los estudio de Inglaterra de la MGM y Kubrick llamaría a varios creativos de donde había tomado la inspiración para que le ayudaran a recrear el espacio como el quería concebirlo. A partir de esto se dio cuenta que en algunos aspectos técnicos no podía utilizar técnicas de sus previos filmes. Decidió dividir la película en segmentos largos y no le importó expandir la película hasta límites bastante considerables para una película de ciencia ficción (el resultado final sería de dos horas y veintidós minutos).

Datos.

Título Original: 2001: A Space Odyssey

Dirección: Stanley Kubrick

Año: 1968

País: Reino Unido

Intérpretes: Keir Dullea, Gary Lockwood, William Sylvester, Douglas Rain, Daniel Richter, Leonard Rossiter, Margaret Tyzack, Robert Beatty, Sean Sullivan, Frank Miller, Edward Bishop, Edwina Carroll, Penny Brahms

Duración: 142 min.