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miércoles, 21 de agosto de 2013


LO QUE EL VIENTO SE LLEVO (II)






Intro.

Érase una vez… y una vez el mundo colapsó y nos entregó todo aquello de lo cual se nutre al mundo, con sus edificaciones y construcciones, con su naturaleza de grandes campos verdes, de altísimos árboles y de praderas interminables. Érase una vez y como la voz original que levanta mares y tierras todo se fue colocando precisamente como debería ser colocado y cada pieza del rompecabezas fue una genial inspiración del tiempo y del espacio. Crear y recrear para dibujar y tonificar. Imaginar y abrir los ojos para ver que ya no solamente nuestra mente es aquella que puede estar ligada a lo inimaginable. Se puede crecer con sus voces, con los nombres inmortales de rostros jóvenes que inundan miles de pantallas, se puede ser ellos por unos cuantos segundos y sobre todo, se puede repetir con orgullo las frases y pretender que somos niños jugando a ser adultos… érase una vez que el viento arrastró con todo y aún así, nos dejó todo lo que se llevó.





Cuerpo.

La dirección y el guión probaron ser también una odisea. En los créditos de la adaptación se encuentra el nombre de Sidney Howard. Un gran escritor de dramas, Howard destacó en el teatro con la adaptación de varias de sus obras. Si bien el público no siempre respondía positivamente a sus entregas, la crítica especializada reconocía su talento. Samuel Goldwyn lo contrataría para trabajar en los guiones de la película. Muy capaz en este rótulo, Howard logró dos nominaciones al Oscar por Arrowsmith y Dodsworth. La tercera la ganaría póstumamente por Lo Que el Viento se Llevó. Pero el guión no fue solamente parte de su trabajo. Selznick solamente colocó su nombre en los créditos como un homenaje a su temprana muerte antes que la película pudiera ser estrenada. Pero la película fue revisada también por Oliver H. P. Garrett, Ben Hecht, Barbara Keon y Jo Swerling. Howard había hecho el guión original, pero estaba diseñado para una película de seis horas. Selznick llamó a varios escritores para reducir y alterar dicho guión. Varios fueron los escritores que contribuyeron, incluso Selznick mismo, pero al final solamente cuatro fueron reconocidos y solo Howard estuvo en los créditos.





En cuanto a la dirección, el nombre nominado era George Cukor. La elección parecía natural. Cukor era un colaborador de Selznick por muchos años y era un gran director de actrices. Cukor estaría relacionado por dos años en la preproducción del filme y solo duraría alrededor de tres semanas en la filmación. Los problemas con Selznick se produjeron por la óptica en como tomar la película. Sus visiones se distorsionaron y si a ello incluimos a Clark Gable como actor principal, algo que le disgustaba a Cukor, hizo que el director saliera del proyecto. Vivien Leigh y Olivia de Havilland hablaron a favor del director, pero la decisión estaba tomada, su reemplazo sería Victor Fleming. Para esos momentos, Fleming estaba filmando El Mago de Oz y ambas películas a pesar de llevar su sola autoría en la dirección fue parte de diferentes colaboraciones. En el caso de Lo Que el Viento se Llevó, Fleming debió ser reemplazado por dos semanas debido a cansancio por Sam Wood. El trabajo de los tres directores se encuentra en el resultado final de la película.

Lo Que el Viento se Llevó se convirtió en una sensación instantáneamente. Comenzó a romper todos los records y todas las expectativas posibles. Sería nominado a trece premios Oscar ganando ocho de ellos y siendo acreedor de dos premios Oscar honorarios. Ganaría como mejor película, mejor director, mejor actriz, mejor guión adaptado, mejor actriz secundaria, mejor cinematografía, mejor edición y mejor dirección de arte. La popularidad de todos sus participantes incrementó en demasía y aquellos no tan populares empezarían a ganar fama. Vivien Leigh se ganó todos los aplausos de público y crítica mientras que Hattie McDaniel se convirtió en la primera mujer de color en ganar un premio Oscar. Gable continuó agregando palmares a sus grandes actuaciones y Howard volvería a Inglaterra a tener un mayor impacto en el arte, la política y la sociedad de su país. Selznick se proclamó como el productor por excelencia y toda su vida buscó otro triunfo como Lo Que el Viento se Llevó, pero este nunca llegaría. Fleming siempre fue un director reconocido en MGM dirigiendo los mejores filmes del estudio. En 1939 con la realización de El Mago de Oz y Lo Que el Viento se Llevó se convirtió en una leyenda, pero al mismo tiempo no volvió a encontrar la misma fama de este y otros años anteriores.




La película pertenece tanto a su productor como a sus actores. Selznick se decidió a crear este gigantesco proyecto a partir de su poder económico y a su posición de productor importante y destacado, que durante años estuvo metido en el negocio y donde supo resaltar a través de muy buenas películas. Su desempeño en la adaptación de la novela de Margaret Mitchell radica en su necesidad y obsesión de mantener todo bajo su control. Si bien contaba con un grupo numeroso de colaboradores y asistentes, Selznick desarrollaba cada decisión importante a partir de su laborioso proceso de selección y elección. Lo que el Viento se Llevó no sería posible a partir de otra persona. Estuvo bajo la tutela de su suegro, Louis B. Mayer y tuvo que llenar el vacío dejado por el gran Irving Thalberg, pero logró demostrar con réditos su capacidad para el negocio. La película también debe mucho a sus actores, sobre todo a Vivien Leigh que cumple con el sueño del papel deseado y con una actuación sin quiebres, demostrando todas sus capacidades teatrales y su gran asociación con Olivier. Al lado de Leigh, destacan sobre manera Olivia de Havilland y Hattie McDaniel, las dos actrices secundarias nominadas al Oscar. Su labor es también impecable y de gran sustento, demostrando estar preparadas para una película de tales magnitudes. Tanto Gable como Howard son dos actores de gran nivel cuyas imágenes están inmortalizadas en dicho filme, ya que cuentan con una gran reputación precedida por sus actuaciones anteriores y porque cumplen a cabalidad al resarcir en este megaproyecto. Lo Que el Viento se Llevó no solo demostró ser una película de inmensas magnitudes, sino también irrepetible. Hollywood alcanzó posiblemente su punto más alto en cuanto a su peculiar fórmula de hacer películas y si bien durante los años cuarenta y cincuenta siguieron demostrándolo, paulatinamente con la desaparición de los sistemas de estudio y con el cambio del cine durante las décadas siguientes se demostró que películas épicas como Lo Que el Viento se Llevó solamente pertenecen a un tiempo y a un espacio determinados, imposibles de repetir o imitar.







Datos.
Título Original: Gone with the Wind
Dirección: Victor Fleming
Año: 1939
País: Estados Unidos
Intérpretes: Clark Gable, Vivien Leigh, Olivia de Havilland, Leslie Howard, Thomas Mitchell, Barbara O’Neil, Evelyn Keyes, Ann Rutherford, George Reeves, Fred Cane, Hattie McDaniel, Oscar Polk, Butterfly McQueen, Victor Jory, Everett Brown, Howard C. Hickman, Alicia Rhett, Ran Brooks, Carroll Nye, Laura Hope Crews, Eddie Anderson, Harry Davenport, Leona Roberts, Jane Darwell, Ona Munson, Paul Hurst, Cammie King Conlon, J. M. Kerrigan, Jackie Moran, Lllian Kemble-Cooper, Marcella Martin, Mickey Kuhn, Irving Bacon, William Bakewell, Isabel Jewell, Erci Linden, Ward Bond, Yakima Canutt, Louis Jean Heydt, Olin Howland, Robert Elliott, Mary Anderson, Cliff Edwards
Duración: 238 min.

domingo, 11 de agosto de 2013


LO QUE EL VIENTO SE LLEVO (I)







Intro.

Érase una vez… y una vez el mundo colapsó y nos entregó todo aquello de lo cual se nutre al mundo, con sus edificaciones y construcciones, con su naturaleza de grandes campos verdes, de altísimos árboles y de praderas interminables. Érase una vez y como la voz original que levanta mares y tierras todo se fue colocando precisamente como debería ser colocado y cada pieza del rompecabezas fue una genial inspiración del tiempo y del espacio. Crear y recrear para dibujar y tonificar. Imaginar y abrir los ojos para ver que ya no solamente nuestra mente es aquella que puede estar ligada a lo inimaginable. Se puede crecer con sus voces, con los nombres inmortales de rostros jóvenes que inundan miles de pantallas, se puede ser ellos por unos cuantos segundos y sobre todo, se puede repetir con orgullo las frases y pretender que somos niños jugando a ser adultos… érase una vez que el viento arrastró con todo y aún así, nos dejó todo lo que se llevó.







Cuerpo.

Lo Que el Viento se Llevó representa el punto cumbre de Hollywood. Es su más digno e ilustre representante, convirtiéndose en una película épica debido a su proceso de creación y al resultado final. La adaptación de la novela de Margaret Mitchell creó mucho revuelo en cuanto a las principales figuras que darían vida a los personajes, sobre todo a Scarlett O’Hara y Rhett Butler. El productor David O. Selznick preparó el terreno e hizo de esta su película, no escatimando en detalles, en dinero y menos aún en deshacerse de personal si es que este no cumplía con lo que él estaba buscando. La película recibiría diez premios Oscar y sería aclamada por público y crítica en general. Se convertiría en la película más larga hecha hasta ese momento, durando casi cuatro horas, y sería también la película más exitosa monetariamente hablando, pues si se ajustaran los cambios de inflación, Lo Que el Viento se Llevó se mantendría como la película más rentable en la historia del cine.





Margaret Mitchell fue una escritora norteamericana que se dedicó a escribir artículos y cuentos para revistas. Su única novela publicada en vida sería Lo Que el Viento se Llevó en 1936 y le otorgaría diversos reconocimientos, premios y la popularidad de todo un país que se encandiló rápidamente con la novela convirtiéndola en un best-seller. Su popularidad fue tal que muchos críticos comenzaron a prever su posible adaptación, pero en la mente de los productores la historia simplemente no se prestaba para ello. Los únicos que inicialmente encontraron un interés serían Jack Warner de Warner Bros. y Darryl Zanuck de 20th Century Fox. En primero declinó porque su estrella principal, Bette Davis, no estaba interesada; el segundo por falta de dinero para adquirir los derechos. David O. Selznick, quien en un comienzo había declinado cualquier compra de los derechos, tuvo que ser convencido por sus allegados y un mes después de que la novela fuera publicada compró los derechos por 5 mil dólares.






Selznick había ideado desde temprano obtener el mayor rédito por la adaptación y ello llevó a una búsqueda extraordinaria del actor y la actriz principal que se extendería por dos años. En este tiempo Selznick logró afinar diversos detalles, así como crear la publicidad suficiente para mantener a la prensa y público en vilo. A pesar de diferentes ofertas en cuanto al rol masculino, Selznick tenía una idea fija en cuanto a ello: Clark Gable. El actor pertenecía a MGM y el préstamo no sería fácil. Selznick esperó. Durante ese tiempo muchos nombres se barajaron como el de Gary Cooper o Errol Flynn, pero ninguno era una situación real. Selznick había puesto su mirada sobre Gable y ese era su actor, a pesar que al mismo Gable no le gustaba la idea de interpretar a Rhett Butler debido a toda la expectativa creada. Un trato de grandes números se llegó a gerenciar y Gable estaría disponible para la película, pero solamente después de dos años. Durante ese lapso Selznick montó una gran campaña publicitaria para encontrar a la futura Scarlett O’Hara.





La elección de la actriz es casi tan legendaria como la película misma. Selznick armó la elección a través de todo el país, entrevistando a 1400 actrices desconocidas. Muchas futuras estrellas del cine pasaron por este casting y entre las primeras opciones del productor estarían Miriam Hopkins, Talullah Bankhead, Joan Crawford y Norma Shearer. Margaret Mitchell vio en Hopkins la actriz perfecta para al adaptación de su heroína, pero Hopkins a mediados de sus treintas fue tomada por muy mayor para el rol. A Shearer le concedieron el rol por su trayectoria y calidad, pero gentilmente lo declinó. Otras futuras actrices de renombre se unieron a los llamados como Jean Arthur, Joan Bennett, Frances Dee, Susan Hayward, Paulette Goddard, Lana Turner, Vivien Leigh, entre tantas otras. Después de una rigurosa selección quedaron 32 actrices para el rol. De todas ellas, Selznick se quedaría con cuatro: Jean Arthur, Joan Bennett, Vivien Leigh y Paulette Goddard. Cuando las pruebas en technicolor comenzaron solamente dos actrices quedaron: Leigh y Goddard. La última era la favorita de Selznick, pero diferentes factores inclinaron la balanza en su contra. Por una parte, su matrimonio con Chaplin resultó ser muy controversial y Goddard misma era bastante directa con la prensa, cosa que no le molestaba a Selznick, pero que muchos de su entorno le habían hecho notar que podría ser perjudicial para la publicidad del filme. Por otro lado, Leigh era manejada por la agencia del hermano de Selznick. Además de ello, su matrimonio con Laurence Olivier, le permitió a Selznick negociar su participación en su próxima producción, Rebecca de Alfred Hitchcock. Es así, como todas estas variantes hicieron que el favoritismo de Goddard desapareciera y las últimas pruebas a color convencieron a Seznick que Vivien Leigh era la elegida para el rol. Una pequeña controversia se desató en el sentido que ante la búsqueda interminable en el país de una actriz se escogiera a una actriz inglesa. Las críticas desaparecieron después de ver su actuación.