AMANECE
Intro.
Empieza
el día y empieza una nueva incógnita. ¿Seremos felices o no? ¿Encontraremos una
gran tragedia en nuestro camino? ¿Dormiremos como nos hemos despertado? Muchos
signos nos dirán que es un día más, donde la monotonía y la falta de
sobresaltos nos señalarán como ordinarios. Y a veces, solamente en poquísimas
ocasiones, nos encontraremos que no amanece como todos los días.
Cuerpo.
Amanece no es
solamente un claro ejemplo del realismo poético imperante en Francia en los
años treinta, sino también una de las entregas ejemplares de la dupla del
director Marcel Carné y el escritor Jacques Prévert. La dupla sería altamente
funcional creando obras de agrado tanto de público como crítica, siendo
verdaderos cultivadores del género y encontrando una fascinación por el lado
artístico del cine. Las dificultades producidas por la guerra no frenaron sus
impulsos, todo lo contrario, ante el régimen impuesto por Vichy, Carné y
Prévert lograron mantener su cuota de éxito, luchando en todos los medios por
no comprometer su obra. Su relación artística duraría 10 años en los cuales
crearían ocho películas juntos.
Amanece es un
ejemplo exacto del realismo poético. La corriente buscaba recrear una realidad
rodeada por un halo de fantasía o de influencia onírica. En estos filmes los
personajes tienen que enfrentar una realidad, si bien hostil o simplemente
monótona, es una realidad a la cual no pueden o no desean escapar porque de una
manera u otra es su forma de vivir y lo han mantenido de tal manera sin mayor
discusión al respecto. Pero la parte de fantasía, que en muchos casos proviene
del amor, les demuestra que existe algo más, algo totalmente maravilloso que
puede colocar una sonrisa en sus rostros en todo momento. Pero después de
descubierto este hecho llega el fatalismo. Los finales de estos filmes son una
vuelta a la realidad de la manera más cruenta, recordándoles que no importa
cuanto puedan desear algo, simplemente no lo pueden obtener. La corriente
moriría con el cambio de siglo y serviría de influencia para el neorrealismo
italiano y la nouvelle vague francesa.
Mucho de los
rostros en estas películas se hicieron conocidos internacionalmente. Jean Gabin
y Arletty fueron parte de esta fama. Gabin es posiblemente el actor francés más
reconocido de todos los tiempos. Su capacidad para interpretar roles y para
sumirse en ellos es impresionante. Gabin podía reinterpretarse así mismo, era
su don y se convirtió así en el héroe de una nación, en donde él era el francés
común logrando la gloria gracias a su propio talento. Por su parte, Arletty era
una de las actrices favoritas de los años treinta, siendo más conocida primero
por su trabajo como bailarina y después por sus roles en el realismo poético.
De mucho talento, Arletty no contaba con la belleza aclamada de las actrices francesas
pero sí de sensualidad y de cierto realismo con los cuales encaraba a sus
personajes, de la mujer que era mucho más de lo que mostraba. Arletty no podría
reditar la fama lograda en los años treinta y poco a poco los papeles fueron
menores hasta su retiro a comienzo de los años sesenta.
Amanece es un
recorrido melancólico llevado por los hilos de Prévert y Carné. Siendo un poeta
bastante reconocido en Francia, Prévert lograba impregnar a sus personajes esa
capacidad fantasiosa que nos hace reflexionar sobre nuestra existencia y sobre
los pensamientos que surgen a partir de esta. No solamente se trataba de crear
diálogos, sino de colocar en sus labios el romanticismo existente entre una
persona y su realidad, y como puede combatir todo aquello que le es adverso. A
ello se agrega la capacidad de Carné por manifestar estas líneas en realidad,
en colocar a los personajes en elaboradas escenografías que pudieran ir con el
tono melancólico. Todo lo demás es en gran parte de Gabin, quien es el motor
principal de sus producciones. Amanece sigue manteniéndose latente como un clásico
francés que cuenta con la excelencia en su dirección, guión y actuación.
Datos.
Título
Original: Le Jour se Lève
Dirección: Marcel
Carné
Año: 1939
País: Francia
Intérpretes: Jean Gabin, Arletty, Jules Berry, Jacqueline Laurent,
Arthur Devère, Bernard Blier, Marcel Pérès, Germaine Lix, Georges Douking
Duración: 93
min.