RICARDO
III
Intro.
La venganza
está en el aire. Entre la caída de los telones y los múltiples monólogos
alguien se acerca y muy próximos a nuestros oídos nos hace entender que la
manipulación es parte de todos los ambientes.
Cuerpo.
Laurence
Olivier es considerado uno de los más grandes actores ingleses de todos los
tiempos. Su tratamiento en cuanto a sus capacidades artísticas e interpretativas se despliega en el cine, el teatro y la televisión, así como su necesidad de contar
historias detrás de cámaras y telones. Olivier es un actor respetado y denotado
que supo combinar sus habilidades tanto para dramas y comedias. Uno de sus
proyectos más ambiciosos y queridos en la pantalla grande era la interpretación
de los dramas shakespeareanos, de los cuales lograría una inmensa fuerza y
desarrollo.
Olivier
lograría crear una trilogía interesante con respecto al dramaturgo inglés:
Enrique V (1944), Hamlet (1948) y Ricardo III (1955). Si bien la intención
primaria no era concentrarse en la dirección, el proyecto que comenzaría con
Enrique V demostraría una fuente muy popular para Olivier, quien tomaría las
clásicas obras bajo una nueva visión, lo cual se probaría al lograr un público
novedoso por reinterpretaciones teatrales. Pero la suerte sería dispareja en
cuanto a estos tres filmes. Comenzaría con un interés inicial debido a la
perspectiva original de Olivier en 1944, llegando a un punto cumbre con Hamlet
pero decayendo con su entrega de Ricardo III, lo que terminaría con cerrar
mayores proyectos sobre Shakespeare. Paradójicamente, esta última entrega se
convertiría con el tiempo en el mejor esfuerzo de Olivier en este específico
rubro.
La película
cuenta con algunos de los actores británicos más reconocidos del teatro y de
las interpretaciones shakespeareanas. El importante trío que acompaña a Olivier
responde a los nombres de Cedric Hardwicke, John Gielgud y Ralph Richardson. La
capacidad de estos grandes actores elevaría la propuesta inicial,
reconociendo el valor que estos actores le colocaban a la producción. El
talento de ellos se vería acompañado de otros actores principales y secundarios
que serían futuras estrellas en su país e internacionalmente. La más destacada sin duda es Claire Bloom, quien comenzaría bastante joven en el teatro llegando a tener una fama connotada en
el cine gracias a Charles Chaplin. A ellos se les unirían actores británicos de
renombre como Helen Haye, Stanley Baker, Mary Kerridge, Clive Morton, entre
otros.
Pero uno de
los puntos más importantes del filme corre a cargo de su productor, guionista,
director y actor. Laurence Olivier logra encarnar a Ricardo III con una muestra
de ironía y solvencia, así como el recuerdo constante de su deformidad de una
manera elegante e hipnotizante. No solamente por una cuestión del guion pero
por el manejo de Olivier para acercarse a este personaje es que logra imprimir la fuerza que
motiva todo este proyecto. Durante toda su carrera, Olivier recibiría muchos
palmares, haciendo casi imposible encasillarlo en un solo rol, en una sola
función o en un solo medio. Su amor por el arte lo mostraba multifacético,
haciendo gala de sus aptitudes para aceptar cualquier reto. Sin duda alguna, Olivier
es uno de los grandes actores de todas las épocas.
Ricardo III
tendría una buena recepción de la crítica pero no el éxito, como había sucedido
con Hamlet. Esto le quitó la oportunidad de desarrollar futuros proyectos,
sobre todo la propuesta para Macbeth, la cual no encontraría fondos. Aun así,
la película se transformaría con el tiempo en una muestra de culto, colocándola
como la mejor interpretación de Olivier en un personaje de Shakespeare (sería
nominado al Oscar y ganaría el Bafta, entre otros premios) y uno de sus mejores
esfuerzos en la dirección. Olivier estaría ligado a Shakespeare durante toda su
vida, tanto en el teatro, el cine y la televisión.
Datos.
Título
Original: Richard III
Dirección: Laurence
Olivier
Año: 1955
País: Reino
Unido
Intérpretes:
Laurence Olivier, Cedric Hardwicke, John Gielgud, Ralph Richardson, Claire
Bloom, Mary Kerridge, Paul Huson, Helen Haye, Clive Morton, Laurence Naismith,
Norman Wooland, Stanley Baker
Duración: 161 min.
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