EL
SACRIFICIO
Intro.
El mundo acaba
todos los días. El mundo se consume a cada minuto. Nuestras manos no entienden
por qué las cenizas son llevadas por el viento. Seguimos procreando males sin
saber que ya es el fin. Fríamente las temporadas siguen señalando nuestro final
pero no queremos percatarnos de ello, queremos seguir jugando al remedo de la
destrucción. Hasta que nos demos cuenta de que esto no es una imitación… menos
aún un juego. Simplemente no sabemos cuando parar. Simplemente debemos ser
detenidos.
Cuerpo.
Tarkovsky
había filmado Nostalgia en Italia en 1983. A pesar de ciertos apoyos, tuvo
dificultades y retrasos para presentar el filme, lo cual era una constante en
su cuerpo de trabajo. Al momento de filmar El Sacrificio confío una vez más en
las productoras italianas, pero lamentablemente el financiamiento se cayó. Por
ello, Tarkovsky no tuvo otra opción que emigrar a Suecia en donde podría acabar
su último proyecto. Aquí aprovecharía para contar con varios discípulos de
Ingmar Bergman, sobre todo con el cinematógrafo Sven Nykvist el cual había
colaborado con el director sueco en Persona, Lágrimas y Susurros, Fanny y
Alexander, entre otros; y con el actor Erland Josephson, el cual fue parte de
Escenas de un Matrimonio, Sonata de Otoño, La Flauta Mágica y la ya nombrada
Lágrimas y Susurros, entre otras.
El último
largometraje de Tarkovsky se basa en un guion original del maestro en donde
busca contar la compleja historia de un intelectual enfrentando un posible
holocausto mundial. Para ello volvemos a ver ciertos temas presentes en su
filmografía: la soledad del hombre, su confrontación con Dios, elementos
fantásticos en un planteamiento realista, la falta de concreción de la sociedad
y la puesta de la naturaleza como influencia sobre los seres humanos. Como cada
entrega, los filmes de Tarkovsky recurren a una profunda filosofía basado en
años de preparación y complejidad propuesto gracias a ideas propias, ya que el
director soviético necesita controlar el espacio o en cualquier caso, estar
bastante familiarizado con las temáticas, es por ello que es coguionista de
seis de sus películas, siendo Stalker la única en la cual no colabora con el
guion y siendo El Sacrificio el único de su única autoría.
La película
sería aclamada por la crítica y por un público especializado. Ganaría el Grand
Prix y el Fipresci en el Festival de Cannes en 1986. También sería nominada a
la Palma de Oro. Ganaría además el premio independiente, Prix de Jury
Ecuménique, así como el premio a mejor película y mejor actor en los premios
Guldbagge, los equivalentes al Oscar en Suecia. En 1988 ganaría como mejor
película extranjera en los premios Bafta. Se buscó incluir el filme en los
Oscars pero la Academia no la aceptó como nominada. Tarkovsky no pudo ir a
Cannes por problemas de salud y moriría ese mismo año, el 29 de diciembre a los
54 años. El legado de Tarkovsky es inconmensurable en el mundo del cine. Como
muy pocos, hay un antes y después del cineasta soviético corroborando su
filosofía en sus siete largometrajes y dejando un legado que ha ido en aumento
a medida que algunas de sus obras censuradas han encontrado reediciones y
restauraciones para el lujo de un público ávido de arte.
Datos.
Dirección: Andrei Tarkosvky
Año: 1986
País: Suecia/Reino Unido/Francia
Intérpretes: Erland Josephson, Susan Fleetwood, Allan Edwall, Guorún, Gísladóttir, Sven Wolter, Valérie Mairesse, Filippa Franzén, Tommy Kjellqvist
Duración: 142 min.
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