viernes, 5 de febrero de 2016


OCHO Y MEDIO (II)




Intro.

Has escrito en un papel todo el desarrollo. Lo has escrito pensando en los siguientes movimientos. En los movimientos de cada uno de ellos y como deben actuar. Has esperado y has entendido. Así has vuelto a revisar esas páginas y agregado algunos detalles. Algunas palabras que te confortan y te animan a seguir creando nimiedades relacionadas con la naturaleza. Ahora es el momento de darle movilidad a tus escritos, de poner rostros en esos huecos y de colocar sentimientos a cada palabra. Lo has logrado. Eres un director. ¿Ahora qué más puedes decir?






Cuerpo.

Pero si Mastroainni es el punto resaltante del filme, Fellini imprime en los roles secundarios esa necesidad de mostrar actores de carácter capaces de manejar a la perfección sus escenas, provocando así que todo el cuerpo de la película cobre tonos de importancia y fineza. Anouk Aimée, la actriz francesa que también participó en La Dolce Vita, es la esposa de Guido Anselmi, el personaje de Mastroainni. Aimée tendría una gran carrera en los sesenta y setenta siendo recordada por filmes puntuales, pero sería a través de su colaboración con Fellini que lograría un estatus para su futura carrera. Rossella Falk sería la amiga del personaje de Aimée. La actriz italiana muy pedida en el teatro de su país tendría pocas actuaciones en el cine, siendo esta la más destacada. Sandra Milo sería la amante de Guido. La actriz italiana tendría una relación personal y profesional con Fellini que terminaría debido a su matrimonio y aunque tuvo varios regresos al cine, no podría trascender en el medio. Claudia Cardinale, todo un ícono sexy de esos tiempos, tendría también un rol en 8 ½. En su cuerpo de trabajo se encuentran los más grandes directores y trabajar con Fellini era algo deseado aunque las técnicas del director las encontrara poco ortodoxas a comparación de otros realizadores más esquemáticos y ordenados.






El reparto lo complementan en roles aún más secundarios rostros reconocidos. Barbara Steele, muy recordada actriz sobre todo por la Máscara del Diablo de Mario Bava y una de las razones por las cuales que Fellini la escogió para el filme. Madeleine LeBeau, quien tendría un pequeño rol en Casablanca, interpretaría a una actriz francesa que es parte del desdén de su director. Así también Caterina Boratto, la actriz italiana de poquísimas apariciones y retirada hace más de diez años tuvo que ser convencida por Fellini con un rol pequeño pero que en esencia es parte del cine de Fellini, el del rostro bello y mítico que parece no estar allí pero que siempre se encuentra en la memoria del director. La actriz Eddra Gale cumple con uno de los fetiches de Fellini, el de la mujer de los amplios pechos que ha sido una de las marcas de Fellini en su carrera. Otros integrantes del reparto no eran exactamente actores pero formaban parte del círculo social de Fellini o allegados como Eugene Walter, Jean Rougeul, Ian Dallas, entre otros.






Otro de los puntos cumbres de la película es la música. Nino Rota combina lo tradicional con lo popular en un ascenso total en su carrera. Junto a Fellini decidieron hacer un simbolismo de 8 ½, logrando en su perfecta colaboración una sinfonía de escalas impresionantes para la partitura de la película. Pero no todo el mundo se encontró complacido con esta entrega. Muchos puristas encontraron esta combinación poco apropiada y vergonzosa por parte de Rota, entendiendo que estaba denigrando la música clásica. Para Fellini, era perfecta. Su asociación con Rota sería una de las mayores colaboraciones del director italiano ya la calidad entre ambos era innegable.






La película sería clamada en todos sus aspectos. Fellini probaría una vez más su capacidad como creador y muchos galardones fueron a parar a sus manos, entre ellos el Oscar como mejor película extranjera. Su influencia es por demás denotada en el mundo del cine siendo referente dentro de muchos directores. Fellini planteó una película que se dividía entre sueños y realidad plasmados por la indecisión de un personaje que buscaba cierto sentido de paz y concreción en su vida pero que incapaz de lograrlo debido a su pobre actitud con respecto a todo. Un soñador, una suerte de poeta, el personaje de Guido Anselmi se pierde en su propia idealización con respecto al arte, las mujeres y a su sociedad contentándose con sus imaginaciones perfectas, con todo aquello que “podría ser” pero que no terminan de aparecer debido a que se siente aplastado por toda la mecánica alrededor del cine que le impiden a desarrollarse tal cual el quisiera. Pero esta forma perfecta de creación es también irreal, es la manera del personaje de huir de hechos concretos y de no entender que la ficción no debe ser la copia fiel de la naturaleza sino que es una vasta gama de formas y reinterpretaciones. Fellini logra el sueño al crear algo totalmente original y fidedigno: un director confundido, el cine con respecto al cine, el ser humano sobre la interioridad del ser humano.







Datos.

Título Original: Otto e Mezzo
Dirección: Federico Fellini
Año: 1963
País: Italia
Intérpretes: Marcello Mastroainni, Anouk Aimée, Rossella Falk, Sandra Milo, Claudia Cardinale, Simonetta Simeoni, Guido Alberti, Mario Conocchia, Bruno Agostini, Cesarino Miceli Picardi, Jean Rougeul, Mario Pisu, Barbara Steele, Madeleine LeBeau, Caterina Boratto, Eddra Gale, Eugene Walter, Ina Dallas, Edy Vessel
Duración: 138 min.





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