martes, 23 de junio de 2020



EL SALARIO DEL MIEDO




Intro.

Es mortal tu carga y es codiciosa tu misión. Es mortal tu carga y continúas, como un animal esperando el olor de la sangre. Esa sangre que podrás limpiar de tu rostro con un fago de billetes y nada habrá pasado. Pero en tu mente, sí, en tu mente quedará todo aquello por lo cual has atravesado, por todo aquello que se habrá sacrificado. ¿Cuántos billetes cuestan tu conciencia? ¿Cuánto dinero duerme al lado de tu cama para decirte que puedes cerrar los ojos y descansar?







Cuerpo.

Henri-Georges Clouzot fue un director francés cuyo mayor auge lo encontramos en los años cincuenta, pero que durante su carrera tendrían ciertos traspiés que no le permitirían armonizar con su medio. En los años cuarenta sería guionista y director, pero esto ocurría en momentos de la ocupación nazi en Francia en donde colaboraría con la productora alemana Continental y en donde la creación de El Cuervo traería mucha controversia. Clouzot sería acusado de simpatizante y le estuvo prohibido por el periodo de dos años dirigir películas o estar envuelto en ellas de alguna manera. Después de ello, volvería a la fama gracias a sus dos películas más esenciales: El Salario del Miedo y Las Diabólicas (1955). Pero la muerte de su esposa lo llevaría a la depresión y su calidad como director se estancaría.






El Salario del Miedo fue creada a partir del libro homónimo de Georges Arnaud. La historia trataba acerca de unos refugiados europeos atrapados en América Latina y cuya única posibilidad de salir de ese lugar era transportando nitroglicerina en condiciones altamente peligrosas para una compañía norteamericana. El guion sería adaptado por el mismo Clouzot y Jérome Geronimi (seudónimo del hermano de Clouzot, Jean). La inspiración para el filme, vendría de un viaje a Brasil que Clouzot había hecho con anterioridad y donde proviene la que sería su esposa Véra Gibson-Amado. Clouzot trató de filmar en diferentes locaciones pero por diferentes motivos volvería a Francia a crear el filme.






Yves Montand es el actor principal de la película. De origen italiano, Montand fue conocido en Francia por su voz, siendo descubierto por Édith Piaf. Montand alternaría su carrera de cantante con la de actor, en donde demostró dotes en papeles destacados, siendo su rol de Mario en El Salario del Miedo su primer gran triunfo en la pantalla grande. Su coprotagonista, Charles Vanel, fue un actor prolífico con más de setenta años en el negocio pero cuya labor más reconocida es en esta con su papel de Jo. A ellos se les une un grupo interesante de actores internacionales. El actor italiano Folco Lulli, el actor alemán Peter van Eyck y la actriz brasileña y esposa del director, Vera Clouzot. Con un gran despliegue en pantalla, Vera Clouzot solamente actuaría en tres películas de su esposo pues lamentablemente moriría a los 46 años de un ataque cardiáco en 1960.






La película sería un éxito total. Ganaría El Oso de Oro en el Festival de Berlín y La Palma de Oro en el Festival de Cannes. La recepción sería alentadora ante la atractiva propuesta de un conjunto internacional de actores, así como la tensión creada por el director, convirtiéndola en la cuarta película más vista en Francia en 1953. La producción pasaría por muchas dificultades en cuanto a búsqueda de locaciones, enfermedades, accidentes y hasta pagos atrasados, pero diferentes componentes contribuyeron para mantener las cosas en marcha y El Salario del Miedo se mantiene ahora como un clásico francés de alta calidad. Para el estreno en Estados Unidos la película fue severamente cortada, con la intención de no dejar la mala imagen que se muestra en la película sobre la empresa estadounidense.






Datos.

Título Original: Le Salaire de la Peur
Dirección: Henri-Georges Clouzot
Año: 1953
País: Francia/Italia
Intérpretes: Yves Montand, Charles Vanel, Folco Lulli, Peter van Eyck, Véra Clouzot, William Tubbs, Darío Moreno, Jo Dest, Luis de Lima, Antonio Centa, Darling Légitimus
Duración: 153 min.

miércoles, 17 de junio de 2020


LA CAÍDA DEL IMPERIO ROMANO



Intro.

El sonido de los carruajes, la velocidad de los caballos, el siempre inevitable conflicto. Los imperios son construidos a través de las guerras y la matanza de pueblos e incluso en su finalización, los conflictos bélicos se intensifican. Un hombre debe dejar el imperio y buscar un sucesor digno. ¿Deberá más sangre ser derramada? ¿La sucesión es seguridad de paz y prosperidad? El imperio romano tambalea y por mucho que falte décadas para su completa destrucción, toda caída tiene un inicio.





Cuerpo.

Samuel Bronston fue un productor de origen ruso que se caracterizó por crear películas épicas a gran escala y de costoso financiamiento. Muchas de estas producciones se desarrollarían en España, ya que allí podía reducir costos, además de usar locaciones llamativas. Bronston comenzó sus películas épicas a finales de los años cincuenta con John Paul Jones (1959) y después seguirían tres películas muy aclamadas: Rey de Reyes (1961), El Cid (1961) y 55 Días en Pekín (1963). Esto lo convertiría en un productor muy aclamado en este tipo de películas y lo prepararía para La Caída del Imperio Romano. Lamentablemente las cosas no saldrían como él se lo esperaba.







Esta superproducción iba a estar rodeada de estrellas, algunas de las cuales eran habituales para el productor Bronston. Quiso contar con los mismos elementos de su producción de El Cid y es así como ofreció los papeles protagónicos a Sophia Loren y Charlton Heston, bajo la dirección de Anthony Mann. El director aceptó y así también la diva italiana (se le había ofrecido a Sara Montiel el papel pero lo declinó), pero Heston tuvo problemas con Loren en la filmación de El Cid y no estaba interesado en repetir la experiencia. Seguidamente se convocó a Kirk Douglas que tampoco aceptó (de lo cual se arrepentiría después) y se escogería a Stephen Boyd, el recordado Mesala de Ben-Hur. Alec Guinness hace un papel fuerte y seguro, seguido por un gran James Mason y un joven Christopher Plummer en una de sus primeras incursiones cinematográficas.







Filmada en España, La Caída del Imperio Romano buscó ser histórica y seria, y aunque es una historia novelizada muchos críticos la consideran como un ejercicio pleno y bien elaborado. Para ello, no se escatimó en los detalles. Tanto el vestuario como las locaciones fueron transformadas específicamente. La película cuenta con el récord de la locación más grande construida para un filme, al hacer una réplica del foro romano de 92.000 m². Las demás locaciones sumarían alrededor de 220,000 m². La Batalla de las Cuatro Armadas contaría con 8,000 soldados y 1,200 soldados, en diferentes bandos. Bronston no escatimaría en gastos, tal cual lo había hecho con sus anteriores megaproducciones.







La película sería un fracaso comercial, tanto así que Bronston debió declararse en bancarrota y cesar todas sus actividades. La película costaría 18,436,625 dólares y no podría recobrar los gastos. Bronston trató de hacer otra megaproducción para tratar de equiparar la pérdida pero no se concretó. Todo ello llevó a la poca receptibilidad del público con la película y su fracaso. Con los años, la película ha ganado fuerza y es considerada como un producto clásico basado en su guion, su dirección y las interpretaciones. La Caída del Imperio Romano muestra con cuidado un trabajo de estudio coronado por sus grandes intérpretes, en los cuales también destacan en roles secundarios Mel Ferrer, Omar Sharif, Anthony Quale, John Ireland, entre otros, apoyando a la producción. Los paisajes de España configurados a las órdenes de Bronston lograrían cautivar las escenas filmadas y nos entregaría un gran producto que debe ser revisitado para entender su grandeza.







Datos.

Título Original: The Fall of the Roman Empire
Dirección: Anthony Mann
Año: 1964
País: Estados Unidos
Intérpretes: Sophia Loren, Stephen Boyd, Alec Guinness, James Mason, Christopher Plummer, Mel Ferrer, Omar Sharif, Anthony Quale, John Ireland, Eric Porter, Finlay Currie, Andrew Keir, Douglas Wilmer, George Murcell, Norman Wooland
Duración: 188 min.

sábado, 6 de junio de 2020



NOSFERATU



Intro.

Cuentan las historias de un castillo y del conde que lo habita. Cuentan las historias de su excéntrico comportamiento y sus oscuras motivaciones. Nadie se atreve a divulgar mucho. Nadie quiere preguntarse qué es lo que sucede. Pero su imagen vive en el terror que se produce en nuestras mentes y casi instintivamente pasamos nuestra mano por nuestro cuello, rogando no ser uno de los infestados. Nos ocultamos, rezamos y no mencionamos su nombre pero en nuestra mente seguirá la figura del conde en busca de nuestra sangre.






Cuerpo.

El director alemán Friedrich Wilhelm Murnau tendría su primer gran logro con Nosferatu, una adaptación no autorizada de Drácula, la novela de Bram Stoker. Es en realidad algo difícil calcular este triunfo ya que la película pasó desapercibida al momento de su estreno y las complicaciones por temas legales terminaron por sepultarla unos cuantos años. Así mismo, la capacidad de Murnau no puede ser sopesada en una totalidad ya que de sus veintiuna películas como director, ocho son filmes perdidos y otros solamente se conservan en partes. Pero eso no minimiza la genialidad del director alemán, quien es considerado uno de los grandes directores de todos los tiempos, creando películas inmortales como Nosferatu, La Última Carcajada (1924), Fausto (1926) o Amanecer (1927).






La creación de Nosferatu sería toda una problemática y la película pudo bien ser una más de la lista de pérdidas en la filmografía de Murnau. El filme sería producido por el estudio Prana Film que paradójicamente tendría en esta su única producción, ya que tuvo que declararse en bancarrota para no verse afectada por los problemas legales. El estudio estaba a cargo de Enrico Dieckmann y Albin Grau. Este último era un seguidor del ocultismo y era su idea crear filmes de vampiros y otras historias paranormales. Incluso llegaría a colaborar en cuanto a las locaciones, el vestuario, la promoción, entre otros aspectos. El guion correría a cargo de Henrik Galeen, uno de los grandes artistas del cine silente que sería pieza clave en la creación del expresionismo alemán.






Drácula había sido escrita por Bram Stoker en 1897. El escritor irlandés moriría en 1912 a los 64 años y sería su viuda, Florence Balcombe, la encargada de ver por los derechos de su obra. Murnau había creado la película bajo el guion de Galeen sin ningún permiso al respecto, el filme mismo comienza con la acotación de ser “una versión libre de Drácula de Bram Stoker”. Fuera de ello, Galeen cambiaría los nombres de los personajes pero la historia es prácticamente la misma de la novela. Balcombe recibiría una carta anónima comunicándole de la película, a lo cual ella entablaría una demanda que buscaba una reparación civil y la entrega de todos los negativos para ser destruidos. Balcombe ganaría el juicio pero la distribución de la película a diferentes países lograría su resurgimiento a finales de los años veinte.






Otro de los mitos de la película estaría centrado en su personaje principal. El conde Orlok sería interpretado por Max Schreck. Un actor surgido del Teatro de Berlín, uniéndose posteriormente a la compañía de Max Reinhardt para después dar su salto al cine. Muchas historias se cuentan sobre este actor, unas incluso llegan a señalar que Schreck era en verdad un vampiro. Sin duda alguna, el comportamiento errático del actor proporcionó diversas leyendas, desde que para compenetrarse con el personaje se quedaba durmiendo en el castillo, comía animales del bosque y no se bañaba o no se sacaba el maquillaje. Sus continuos silencios y sus caminatas largas por el bosque hacían de él alguien particular, lo cual haría difícil el trabajo en la filmación. Otras historias señalan que el actor nunca existió y que era el seudónimo de otro gran actor, Alfred Abel.






Nosferatu, también conocida como Nosferatu: Una Sinfonía de Horror, tardaría años en ser estrenada fuera de Alemania. Para su restauración se tuvo que recuperar algunas de las copias no confiscadas por la viuda de Stoker para poder ser vista en su totalidad. El culto sobre este filme crecería con los años y se destacaría no solamente como una de las principales fuentes de lo que sería el expresionismo alemán en los subsiguientes años veinte, sino también como un estandarte en las películas de terror, que si bien distan mucho de ciertos tonos cuasicómicos y muy apegados al cine mudo, crean fórmulas y efectos que se debe mucho a los realizadores envueltos en el proyecto. Nosferatu es ahora una película de culto siendo esencial en el expresionismo alemán, en el cine mudo, en el cine de terror y en el cine experimental.






Datos.

Título Original: Nosferatu, einer Symphonie des Grauens
Dirección: F. W. Murnau
Año: 1922
País: Alemania
Intérpretes: Max Schreck, Gustav von Wangenheim, Greta Schröder, Alexander Granach, Georg H. Schnell, Ruth Landshoff, John Gottowt, Gustav Botz, Max Nemetz, Wolfgang Heinz, Guido Herzfeld, Karl Etlinger, Fanny Schreck, Hardy von Francois, Albert Venohr
Duración: 94 min.