LA CAÍDA DEL IMPERIO ROMANO
Intro.
El sonido de los
carruajes, la velocidad de los caballos, el siempre inevitable conflicto. Los
imperios son construidos a través de las guerras y la matanza de pueblos e
incluso en su finalización, los conflictos bélicos se intensifican. Un hombre
debe dejar el imperio y buscar un sucesor digno. ¿Deberá más sangre ser
derramada? ¿La sucesión es seguridad de paz y prosperidad? El imperio romano
tambalea y por mucho que falte décadas para su completa destrucción, toda caída
tiene un inicio.
Cuerpo.
Samuel
Bronston fue un productor de origen ruso que se caracterizó por crear películas
épicas a gran escala y de costoso financiamiento. Muchas de estas producciones
se desarrollarían en España, ya que allí podía reducir costos, además de usar
locaciones llamativas. Bronston comenzó sus películas épicas a finales de los
años cincuenta con John Paul Jones (1959) y después seguirían tres películas
muy aclamadas: Rey de Reyes (1961), El Cid (1961) y 55 Días en Pekín (1963).
Esto lo convertiría en un productor muy aclamado en este tipo de películas y lo
prepararía para La Caída del Imperio Romano. Lamentablemente las cosas no
saldrían como él se lo esperaba.
Esta
superproducción iba a estar rodeada de estrellas, algunas de las cuales eran habituales
para el productor Bronston. Quiso contar con los mismos elementos de su
producción de El Cid y es así como ofreció los papeles protagónicos a Sophia
Loren y Charlton Heston, bajo la dirección de Anthony Mann. El director aceptó
y así también la diva italiana (se le había ofrecido a Sara Montiel el papel
pero lo declinó), pero Heston tuvo problemas con Loren en la filmación de El
Cid y no estaba interesado en repetir la experiencia. Seguidamente se convocó a
Kirk Douglas que tampoco aceptó (de lo cual se arrepentiría después) y se
escogería a Stephen Boyd, el recordado Mesala de Ben-Hur. Alec Guinness hace un
papel fuerte y seguro, seguido por un gran James Mason y un joven Christopher
Plummer en una de sus primeras incursiones cinematográficas.
Filmada en
España, La Caída del Imperio Romano buscó ser histórica y seria, y aunque es
una historia novelizada muchos críticos la consideran como un ejercicio pleno y
bien elaborado. Para ello, no se escatimó en los detalles. Tanto el vestuario
como las locaciones fueron transformadas específicamente. La película cuenta con
el récord de la locación más grande construida para un filme, al hacer una
réplica del foro romano de 92.000 m². Las demás locaciones sumarían alrededor de 220,000 m². La Batalla de las
Cuatro Armadas contaría con 8,000 soldados y 1,200 soldados, en diferentes
bandos. Bronston no escatimaría en gastos, tal cual lo había hecho con sus
anteriores megaproducciones.
La película
sería un fracaso comercial, tanto así que Bronston debió declararse en
bancarrota y cesar todas sus actividades. La película costaría 18,436,625
dólares y no podría recobrar los gastos. Bronston trató de hacer otra
megaproducción para tratar de equiparar la pérdida pero no se concretó. Todo
ello llevó a la poca receptibilidad del público con la película y su fracaso.
Con los años, la película ha ganado fuerza y es considerada como un producto
clásico basado en su guion, su dirección y las interpretaciones. La Caída del
Imperio Romano muestra con cuidado un trabajo de estudio coronado por sus
grandes intérpretes, en los cuales también destacan en roles secundarios Mel
Ferrer, Omar Sharif, Anthony Quale, John Ireland, entre otros, apoyando a la
producción. Los paisajes de España configurados a las órdenes de Bronston
lograrían cautivar las escenas filmadas y nos entregaría un gran producto que
debe ser revisitado para entender su grandeza.
Datos.
Título Original: The Fall of the Roman Empire
Dirección: Anthony
Mann
Año: 1964
País:
Estados Unidos
Intérpretes: Sophia Loren, Stephen Boyd, Alec Guinness, James Mason, Christopher
Plummer, Mel Ferrer, Omar Sharif, Anthony Quale, John Ireland, Eric Porter,
Finlay Currie, Andrew Keir, Douglas Wilmer, George Murcell, Norman Wooland
Duración: 188
min.
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