jueves, 1 de diciembre de 2011


MARGARITAS




Intro.

Dentro de un mundo femenino se mueve una muñeca de trapo y se enreda con una planta y se coloca dentro de un vaso y despierta pensando que ha concluido un teorema. Dentro de un mundo feminista una joven mujer se pinta los labios por la parte interior e imita a su madre cuando tenía edades de niña y no sabía que amarrar los cordeles de sus zapatos con la mano izquierda era equivalente a la pérdida de su libertad. Dentro de un mundo surrealista una palabra se coloca en el hombro hueco de un animal e imita los sonidos de un poema cuando está muriendo y observa a sus hermanos cuando se despiertan, indiferentes, esperando con oídos sangrantes y estúpidos el término de los alaridos que no los dejan conectarse con sus respectivos televisores. Dentro de pocos segundos tu vista se mueve entre letras y la concreción de dos señoritas vistiendo trajes de invierno en pleno desierto negro. Dicho desierto se disipa cuando la voz de una es la voz de la otra y sucede que hoy se han confundido en colocarse vestimentas ajenas.








Cuerpo.

La directora Vera Chytilovà fue parte de la Nova Vlna, la famosa Nueva Ola del Cine Checoslovaco originado a comienzo de los años sesenta. Debido a su trascendencia e importancia en el cine mundial también fue llamado El Milagro Cinematográfico Checoslovaco. Esta Nueva Ola tiene sus orígenes en un grupo de artistas avant-garde de los años treinta y cuyo objetivo es la oposición en contra del régimen comunista instalado en su país en 1948. Sus integrantes pertenecían a la Escuela de Cine y Televisión de la Academia de Artes en Praga (FAMU). Debido a la falta de apoyo, estas producciones se caracterizaban por la escasez de herramientas técnicas y por la necesaria elección de actores no profesionales por parte de los directores. Este movimiento buscó concientizar a la sociedad de los actos perjudiciales del sistema de opresión donde vivían, y para ello se basaban en diálogos improvisados y el humor sarcástico. En esta corriente destacan los trabajos de Milos Forman, Los Amores de una Rubia (1965) y Al Fuego Bomberos (1967), La Tienda de la Calle Principal (1965) de Ján Kádar y Elmar Klos, Trenes Rigurosamente Vigilados (1966) de Jiri Menzel, la mencionada Margaritas, La Fiesta y los Invitados (1966) de Jan Nemec, Valerie y su Semana de las Maravillas (1971) de Jaromil Jires, entre otras.








Vera Chytilovà alcanzaría fama internacional con Margaritas. Al igual que muchos de sus colegas checoslovacos, sufrío los problemas de producción y financiamiento, contando también con la implacable censura política. Esto vería opacado su desempeño, pero su línea de experimentación había quedado marcada con su mejor película. Dicha experimentación se debe a las fuentes con las cuales se nutre. No solamente los problemas políticos de su tiempo fueron causa para el uso del caos como un catalizador, sino también el feminismo como un reflejo más complejo de la opresión dentro de la sociedad, así como algunas influencias artísticas con sus colegas checos, la pintura y el arte en general. El triunfo de Margaritas internacionalmente la llevaría a un período nefasto de censura en su país no pudiendo volver a dirigir una película hasta 1975.








Margaritas cuenta la historia de dos señoritas, ambas llamadas Marie, que viven un número de aventuras singulares. La película destruye todo concepto de narración lineal y es transgresora en cuanto a las películas hasta ese momento. Chytilovà hace uso de diferentes maniobras, desde la deshumanización de los personajes hasta la mímesis de estos con los objetos que los rodean. Cubierto del humor sarcástico e irreverente, característico de muchos realizadores checos, y el uso del caos como contexto mediador en el crecimiento y representación de dos mujeres similares y distantes, Margaritas nos ofrece una variedad de viñetas que buscan representar la inestabilidad política, el rol de la mujer dentro de la sociedad y la adversión existente contra los poderes latentes sobre los jóvenes. Tratar de centrar o buscar parámetros definitorios en esta película es una labor insuficiente, puesto que la labor de la experimentación es la libre expresión de cada una de las facetas representadas, entendiendo momentos en la influencia de un país, y por lo tanto, en su directora. Margaritas responde no solo a un contexto sino al atrevimiento en cuanto a la experimentación y al uso de dichos elementos como una suerte de caleidoscopio artístico, imaginando así todas las posibilidades que se le presenta. Anclado netamente en el surrealismo, el filme demuestra ser fruto directo de los nuevos impulsos del cine checoslovaco, pero definitivamente sobrepasa cualquier índice que busque una única asociación o un conjunto de medios similares que traten de encasillarlo. Chytilová no asegura solamente así una contribución fundamental dentro del mundo del cine, sino que permite el libre despertar de corrientes más complejas, dejando que el flujo de inconsciencia sea tomado como una base para la creación artística dentro del cine.









Datos.

Título Original: Sedmikrásky
Dirección: Vera Chytilová
Año: 1966
País: Checoslovaquia
Intérpretes: Ivana Karbanová, Jitka Cerhová, Marie Cesková, Jirina Mysková, Marcela Brezinová, Julius Albert
Duración: 74 min.






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