domingo, 28 de diciembre de 2014


TRONO DE SANGRE






Intro.

La sangre es más espesa que la tradición. Sobre todo cuando la sangre se encuentra en nuestras manos. No podemos negar las palabras de sabiduría, no podemos negar años de evolución… pero cuando encontramos sangre en nuestra manos, simplemente no hay manera de detener las flechas.






Cuerpo.

Akira Kurosawa, uno de los más grandes directores de todos los tiempos, tuvo desde un principio una vasta influencia literaria para la creación de sus películas. A ello se suma su meticulosa visión para recrear, idear y homologar ciertos aspectos literarios dentro de sus películas. Una de estas influencias sería William Shakespeare y su drama Macbeth. Crear una película basada en este trabajo y transportarlo a una Japón feudal, alterando numerosos elementos, sería un riesgo que solamente Kurosawa podría tomar. Para 1957, Kurosawa había deslumbrado al mundo, colocando a Japón en la mira del cine mundial y proporcionando talentos como Mifune hacia el mercado internacional.





Después de un comienzo interesante y de saltar a grandes producciones artísticas en los años cincuenta con Rashomon (1950) y Los Siete Samurai (1954), Kurosawa contaba ahora con el poder de escoger sus propios proyectos y de un mejor presupuesto. Trono de Sangre fue un proyecto ambicioso que implicaba varios sets y mucho trabajo en exteriores, al igual que el apoyo de muchos técnicos. Kurosawa quería crear un mundo de ensueños, en los cuales la realidad se viera afectado por aquello que va más allá del entendimiento humano. Uno de los potenciales para dicho proyecto estaba designado a su actor principal, Toshiro Mifune.





Para 1957, Mifune se había convertido en uno de los más célebres y respetados actores de Japón. No solamente había empezado una relación exitosa al lado de Kurosawa, sino que también había logrado aparecer en proyectos de los directores más renombrados, siendo muy recordado por La Trilogía del Samurai de Hiroshi Inagaki. Mifune continuaría escalando en el mundo del cine, llegando ser reconocido como el mejor actor de su país. Kurosawa, a pesar de su problemática relación, siempre admiró a Mifune, pues veía en él la capacidad de lograr algo que jamás vio en otro actor, ese don para interpretar sin demasiada dinámica todos los papeles que quisiera, como un hombre violentando un espacio ajeno.





Trono de Sangre sería una película difícil de concretar pero que recibió bastante aclamación por parte del público. La escena final fue una coreografía arriesgada pero medida. En búsqueda de realismo, se usaron flechas reales y con arqueros profesionales y detallados movimientos se logró hacer una de las escenas más memorables de toda la filmografía de Kurosawa. La mítica historia de Macbeth (la traducción literal de la película sería El Castillo de la Telaraña) sería adaptada para resaltar ciertos aspectos feudales importantes en la historia de Japón, tal cual lo había hecho en Los Siete Samurai, que al ser envuelto en una historia de fantasmas y con el talento de un Mifune impresionante se logró hacer una obra única de bastante influencia para futuro directores.






Datos.

Título Original: Kumunosu-jo
Dirección: Akira Kurosawa
Año: 1957
País: Japón
Intérpretes: Toshiro Mifune, Isuzu Yamada, Minoru Chiaki, Chieko Naniwa, Takamaru Sasaki, Akira Kubo, Hiroshi Tachikawa, Takashi Shimura
Duración: 110 min.

lunes, 22 de diciembre de 2014


LA CASA EN LA SOMBRA





Intro.

Cuan rápido cambian nuestros rostros. Son como las estaciones. Cambiamos y no nos damos cuenta, siempre creemos sostener el mismo rostro, la misma discreta alegría, la no tan oculta tristeza… el mismo rostro. Y ahora somos estaciones.







Cuerpo.

Nicholas Ray fue un director americano de gran apreciación durante su tiempo por parte de sus pares europeos. Sus obras fueron ciertamente exitosas, logrando la aceptación del público y crítica pero de una manera tenue, siendo más visto como un director creando en Hollywood que uno más independiente y de raíces propias. Su consagración llegaría en 1955 por Rebelde sin Causa, una de las tres importantes apariciones de James Dean en la gran pantalla, lo que le mostraría un pico de rendimiento difícil de superar. Su errático comportamiento y ciertas controversias harían que fuera un producto pasado en Hollywood, llegando a dirigir solamente hasta comienzos de los años sesenta.






Pero en Francia y con la formación de la nouvelle vague, Nicholas Ray sería reivindicado. En los años sesenta y bajo la atenta mirada de críticos y futuros directores como Francois Truffaut y Jean-Luc Godard, la obra de Ray fue vista como revolucionaria y varios estudios fueron publicados en la influyente revista Cahiers du Cinéma. Muchas películas de Ray fueron revisadas desde aspectos no antes mencionados como Johnny Guitar, Más Poderoso que la Vida, Rebelde sin Causa, entre otras. La visión de Ray era la del director comprometido a crear más allá de lo que Hollywood le permitía, enfatizando el lado psicológico de los personajes y proponiendo lecturas secundarias dentro de la trama, agregando así profundidad a sus productos. Los franceses no dejaron de aclamar a Ray, siendo una de las fuentes de sus futuros proyectos.






Dentro de las etapas de Ray se encuentra su incursión al film noir. Varias películas fueron hechas bajo esta corriente en los años cuarenta y cincuenta, de las cuales destacan dos de un logro destacado: En un Lugar Solitario (1950) y La Casa en la Sombra. Esta última cuenta con el guión de A. I. Bezzerides, de una novela de Gerald Butler. La película cuenta con las actuaciones estelares de Robert Ryan e Ida Lupino. Junto a ellos, un reparto secundario interesante, entre los que destacan Ward Bond, Ed Begley, entre otros. La película tendría diversas opiniones, considerándola dentro del film noir como un intento válido de su director, valorada más por su toque estilístico. Su valoración posterior ha sido mucho más generosa, y La Casa en la Sombra se ha convertido en un clásico de la corriente.






Desde el aspecto psicológico, la película nos muestra dos personajes nutridos: un hombre negándose ante el mundo y una mujer negada ante el mundo. Estas ramificaciones se observan y se traducen tanto en la cinematografía como en el parlamento. Los rasgos de estos personajes, y aquellos que complementan su contexto, son muestras de la profundidad con que el director busca nutrir a sus personajes, esa necesidad de entregarnos historias pasadas y futuras de estos sin la necesidad de mostrarlo en pantalla. Sus razones no son derivadas de aspectos ajenos a ellos, sino que se trata de la respuesta precisa y racional de hombres y mujeres atrapados en sus propios laberintos mentales, pero que a través de sus propios encierros encuentran llaves al relacionarse entre ellos y entender carencias ajenas, y así, sus propias.







Datos.

Título Original: On Dangerous Ground
Dirección: Nicholas Ray
Año: 1951
País: Estados Unidos
Intérpretes: Isa Lupino, Robert Ryan, Ward Bond, Charles Kemper, Anthony Ross, Ed Begley, Ian Wolfe, Sumner Williams, Gus Schilling, Frank Ferguson, Cleo Moore, Olive Carey
Duración: 82 min.

jueves, 18 de diciembre de 2014


LA SONRIENTE MADAME BEUDET




Intro.

En la sonrisa de una mujer se esconde el encanto de una palabra, y la libertad es algo que penetra la mente de cada ser humano para dibujar todas las tendencias modernas de gritar esta palabra en todos los espacios.







Cuerpo.

Germaine Dulac fue una de las pioneras del cine francés. Su trabajo teórico en el cine así como sus tendencias feministas e impresionistas la impulsaron a buscar fuentes de inspiración en este medio, logrando filmes originales y de gran calidad técnica.







Siendo primero periodista y crítica de dramas, Dulac lograría envolverse en muchos medios que serían de posterior inspiración en sus filmes como la música, el teatro y la fotografía. Dulac crearía varios cortometrajes desde 1915 logrando crear dos que serían de bastante influencia en el impresionismo y surrealismo. Primero con La Sonriente Madame Beudet (1922) y después con La Concha y el Clérigo (1928). Dulac tendría gran actividad en la etapa muda, pero cuando el cine se volvió sonoro,  su carrera terminó dedicándose a producir noticias para la productora Pathé.







La Sonriente Madame Beudet es considerada uno de los primeros filmes feministas. Dulac parecía moverse libre entre impresionismo y surrealismo, logrando destacar como una directora experimental pero de alguna manera siempre opacada por otros títulos, como El Perro Andaluz (1929). La película se basa en la protagonista principal enfrentada al siempre desprecio de su esposo y alguna alternativa para salir de ese atosigamiento. El personaje femenino es una crítica sobre como la sociedad mantiene a la mujer al margen y como ella a partir de la desesperación, opta por contestar esta represión con la misma irracionalidad de los hombres. Un perfecto ejemplo de crítica feminista, La Sonriente Madame Beudet es Dulac en su máxima expresión, proponiendo nuevas formas de lecturas dentro de la historia y pavimentando el futuro de las cineastas feministas.








Datos.

Título Original: La Souriante Madame Beudet
Dirección: Germaine Dulac
Año: 1922
País: Francia
Intérpretes: Germaine Dermoz, Alexandre Arquilliere, Jean d’Yd, Madeleine Guitty, Raoul Paoli
Duración: 38 min.

miércoles, 10 de diciembre de 2014


LIEBELEI




Intro.

Buscamos respuestas entre la tenue niebla de nuestras propias calles, buscamos palabras que reconforten nuestros corazones. Solamente queremos sentir como aquellas historias nos hacen sentir cuando cerramos los ojos y nos encontramos ante el amor y el olvido parece nunca despertarnos.






Cuerpo.

Max Ophüls fue un influyente director alemán que ganó gran reconocimiento por su técnica depurada en cuanto al movimiento de la cámara, los cambios de tomas y el uso del espacio y la escenografía. Apegado en un comienzo al teatro, Ophüls tuvo una carrera interesante en Alemania, pero sería interrumpida por la guerra, lo que le obligó a emigrar a Francia, Suiza, Italia y finalmente a Estados Unidos. Sería en Hollywood durante los años cuarenta donde demostraría su técnica y genialidad. En el siguiente siglo volvería a Europa y en Francia crearía sus obras más célebres como La Ronda (1950), Madame de (1953) y Lola Montes (1955). Lamentablemente moriría en 1957 debido a fiebre reumática dejando inconclusa una película.





Liebelei corresponde a la etapa europea de Ophüls durante los años 30. Esta sería su película más lograda durante este período y reflejaría temáticas que serían después el sello del director alemán en sus producciones de los años cincuenta. Liebelei cuenta con la participación de la gran actriz alemana Magda Schneider, quien tendría la infame reputación de ser la actriz preferida de Hitler, y quien después daría al mundo a otra gran actriz, su hija Romy Schneider, recordada sex symbol de los sesenta y setenta. Magda Schneider cumple a cabalidad en su película más recordada, lo cual le valdría ser parte del reparto en una nueva versión de Ophüls en Francia.





Liebelei cuenta con los tramas principales que Ophüls fue manejando durante toda su carrera: el amor trágico, el enfrentamiento entre dos generaciones y cierto apego por temas feministas representado al personaje femenino como un ser fuera de las usuales temáticas que la envuelven, demostrando extrañeza en su medio y rescatándola de todos sus monótonos pares. Ophüls era un director detallista, dándole bastante importancia a los sets y al manejo de la cámara. En estos ejemplos de los años treinta tiene un sutil ambiente, no demasiado desarrollado como en posteriores entregas pero sí ordenado, demostrando el cuidado de un director que recién empieza a edificar sus dotes de un medio a otro, proponiendo los detalles del teatro al cine.





Debido a la posterior fama y carrera de Ophüls, Liebelei quedo un poco en el olvido, pero su constante apreciación se debe a su exquisita técnica temprana y por lo cual resaltaría por sobre todas esas producciones de los treinta. La historia basada en el cuento de Arthur Schnitzler lograría ser desarrollada de buena forma por Ophüls, quien a a partir de poco logro construir una película de alto nivel, sin la necesidad de la espectacularidad de otros proyectos y demostrando el comienzo de algo interesante, de algo que podría pulirse y llegar a convertirse en una técnica propia y reconocida.






Datos.

Título Original: Liebelei
Dirección: Max Ophüls
Año: 1933
País: Alemania
Intérpretes: Magda Schneider, Wolfgang Liebeneiner, Luise Ullrich, Carl Esmond, Olga Tschechowa, Gustaf Gründgens, Paul Hörbiger
Duración: 88 min.