viernes, 22 de enero de 2016


IVAN EL TERRIBLE, PARTE UNO




Intro.

Existen poderes por encima del poder. Existe el movimiento casi imperceptible de aquellos que quieren ver tu cabeza en un plato y de aquellos que simplemente quieren que desaparezcas como un cuento que nadie puede recordar. Y existen aquellos cuyas cabezas crecen junto a la tuya y te ponen nombres y te califican como alguien… como alguien terrible.







Cuerpo.

Sergei Eisenstein es uno de los más grandes directores en la historia del cine. Sus comienzos en el cine mudo le procuraron un gran desarrollo en el medio gracias a sus teorías sobre el montaje y a su visión artística del cine, ganándose el aprecio de los políticos en su país y la admiración internacional, lo que colocaría al cine de propaganda como un movimiento importante. Pero el régimen comunista es inestable incluso con sus más fervientes colaboradores. Eisenstein caería en algunos desacuerdos con el partido y sus películas serían mutiladas, archivadas y hasta quemadas para evitar cualquier circulación. Una nueva oportunidad se le presentaría con el cine hablado. Su elección sería Alexander Nevsky. La película lo pondría una vez más en la cumbre, logrando simpatizar y asegurar la realización de su siguiente proyecto: Ivan el Terrible.






Eisenstein había elegido a Alexander Nevsky por lo poco que se conocía del personaje, dándole así la libertad para crear y evitar modificaciones del gobierno al filme. Ivan el Terrible fue una asignación escogida por Eisenstein para exaltar aún más el fervor por su país, siendo estas épocas de guerra y considerando que la vida de Ivan era bastante ambigua en partes. Para ello, una vez más, Eisenstein se nutrió de sus colaboradores habituales: el compositor Sergei Prokofiev, los cinematógrafos Andrei Moskvin y Eduard Tisse, y el gran actor Nikolai Cherkasov para interpretar al zar. Stalin estaba más que emocionado por el proyecto y Eisenstein quería hacerlo de tintes épicos: una trilogía mostrando toda la vida del zar Ivan, en una sorprendente escala de sus propias teorías aplicadas en el filme.






La película tomaría dos años en su filmación. Eisenstein buscó poner dos elementos primarios a su control: los personajes y la escenografía. Andrei Moskin se encargaría de filmar interiores mientras que Eduard Tisse filmaba exteriores. La idea principal sobre la escenografía era control, cerrar y volverse surrealista a partir de diferentes motivos en uno y expandir de mayor manera en el otro. En cuanto al reparto, sus actores tendrían instrucciones específicas sobre el tratamiento de los personajes. Cada uno estaría basado en un animal y debía tener características de dicho animal, siendo incluso Eisenstein quien llevaría a los actores al zoológico para imitar estos comportamientos. A ello se agregaría la aplicación  de la teoría del montaje del director soviético en la edición del filme.






Eisenstein crearía un ambiente claustrofóbico, obsesionándose con el espacio y utlizándolo como si se tratara de cálculos específicos, no dejando nada al azar, combinando los acercamientos y alejamientos, así como la subordinación de las figuras tanto de manera espacial como de contenido. La película es un control total del maestro soviético a partir de su capacidad de crear una película que combina la historia con sus propios parámetros. Eisenstein utilizó tanto la modernidad como una idea basada en la historia para recrear algo único: un complejo guion alimentado por un mundo “imaginario” con casas exageradamente pintadas, puertas algo deformes, repetición de motivos, personajes animalescos y un escalonamiento en cuanto a la humanidad de los personajes, que en la trilogía buscaban presentarse cada vez más instintivos.






La película sería un éxito siendo alabada por Stalin y permitiéndole a Eisenstein continuar con su labor. Eisenstein había diseñado las películas para que cada vez más los personajes y el ambiente se vuelvan más bizarros en cada entrega, influenciándose decididamente en el cine mudo. La idea era tomar esa connotación exagerada del cine silente, evitando diálogos largos y basándose en la expresividad y gestualidad de los actores. Eisenstein no teme el uso de silencios y ademanes como armas principales de los personajes, sobre todo de Ivan. A través de todas estas influencias, el director soviético se había ganado una vez más la aceptación de su país permitiéndole desarrollar sus técnicas en todo su esplendor y asegurándole aún más la oportunidad de experimentar con sus tendencias y teorías en esta trilogía.






Datos.

Título Original: Ivan Groznyy
Dirección: Sergein Eisenstein
Año: 1944
País: Unión Soviética
Intérpretes: Nikolai Cherkasov, Lyudmila Tselikovskaya, Serafima Birman, Mikhail Nazvanov, Mikahil Zharov, Amvrosi Buchma, Mikhail Kuznetsov, Pavel Kadochnikov, Andrei Abrikosov, Aleksandr Mgebrov, Maksim Mikhaylov, Vladimir Balashov, Vsevolod Pudovkin, Semyon Timoshenko, Aleksandr Rumnyov
Duración: 99 min.

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