jueves, 30 de enero de 2020



EL EXPRESO DE SHANGHAI



Intro.

El expreso de Shanghai parte a un destino incierto con los peculiares pasajeros reinventando espacios y con el enigma de todos los tiempos: Shanghai Lily. Es así como un viaje con las firmas de Von Sternberg y Dietrich parte hacia una fórmula artística intachable.






Cuerpo.

El expreso de Shanghai sería la tercera y más exitosa colaboración del dúo Von Sternberg-Dietrich para los estudios Paramount desde el punto de vista económico. Ambos artistas comenzarían su leyenda en la ya mítica producción alemana El Ángel Azul para llenar los ojos del mundo y para devolver al director austriaco a Estados Unidos donde había comenzado con unas entregas muy interesantes del cine mudo. Bajo su brazo, la fascinante Dietrich cautivando a propios y extraños. Su ciclo estadounidense de películas habladas comenzaría con Marruecos (1930) y Fatalidad (1931), la primera muy popular y la segunda con ciertos reparos, conduciéndonos a 1932 y hacia El Expreso de Shanghai.






La película sería adaptada de la novela no publicada Cielo sobre China de Harry Hervey, quien colaboraría también con el guion junto a Jules Furthman. Cierta preocupación se mantenía por el código de ética y de cómo se presentaba el tema racial y religioso, teniendo en cuenta que la historia trataba sobre la toma de un tren en plena guerra civil china, pero no pareció haber mayor controversia al respecto (los realizadores cuidaron ciertos aspectos bajando la tónica de algunas escenas). El filme es más un constructo de Von Sternberg que utiliza sus técnicas de filmación y su habilidad para permitir el lucimiento de su gran estrella para plasmarla en toda su grandeza. Con dos previas colaboraciones, ambos sabían muy bien cómo tratar al público americano y explotar sus habilidades al máximo.






Dietrich es una estrella por sí misma. Desde su descubrimiento en El Ángel Azul, su colaboración con Von Sternberg y su gran recorrido durante diversas décadas, la actriz alemana demuestra un potencial que es reservado para pocas y que le ha permitido mantenerse en el imaginario del público incluso después de su muerte. Su capacidad para ser parte de la pantalla y su desenvolvimiento como femme fatale la hacen un ícono en todo su esplendor. Dietrich es una mujer única para el cine, la música, el teatro, la moda y prácticamente todo campo en el cual ella quisiera ser parte. Su legado se mantiene hasta nuestros días y sus actuaciones nos recuerdan que ya no existen actrices como ella.






Junto a Dietrich, nos encontramos con Clive Brook, quien había aparecido en gran forma en La Ley del Hampa (1927) de Von Sternberg. El actor inglés fue importante durante la etapa muda e hizo una buena transición al cine hablado siendo un actor muy reconocido durante los años treinta. Su estrella decaería al abandonar Hollywood en los años cuarenta. A ellos se une la multifacética Anna May Wong. La actriz de origen chino se convertiría en un ícono durante los años veinte y treinta, logrando una popularidad inusitada por su origen pero eso no bastaría para dejar de estereotiparla en subsiguientes roles. El reparto lo completa un correcto Warner Oland (quien sería encasillado en personajes asiáticos a pesar de ser de origen sueco), un siempre funcional Eugene Pallette y como un homenaje, Sternberg le otorgaría un papel a Emile Chautard, quien había sido un prolífico director francés durante la etapa muda e influencia para él.






La película sería nominada a tres Oscar como mejor película, mejor director y mejor cinematografía, ganando esta última para Lee Garmes, a pesar de que Dietrich diría que el encargado de las tomas era el propio director austriaco. Un punto aparte es el famoso uso del claroscuro por parte de Von Sternberg y como a través de este, crea un destello particular del rostro y figura de Dietrich. Mucho se ha hablado de estas famosas tomas y de cómo el gran director llegaba a una total comprensión con respecto a su estrella. Dietrich diría que Von Sternberg era el único que la hacía brillar verdaderamente y la cinematografía es una exquisitez cuando se trata de la intérprete alemana. Existe una suerte de omnipresencia en estas close-ups así como en la capacidad de aislar a la diva de maneras que parecen retratos salidos de la historia misma para crear un vacío temporal y explotar en toda su capacidad ese rostro y ese cuerpo. Son momentos de total comprensión y compenetración que lamentablemente se irían diluyendo a medida que la estrella de Von Sternberg se fuera apagando mientras que Dietrich se convertiría en un ícono mundial. Aún así, la diva alemana nunca olvidaría las técnicas de su mentor y trataría de mantenerlas con los subsiguientes realizadores durante toda su carrera.






Datos.

Título Original: Shanghai Express
Dirección: Josef von Sternberg
Año: 1932
País: Estados Unidos
Intérpretes: Marlene Dietrich, Clive Brook, Anna May Wong, Warner Oland, Lawrence Grant, Eugene Pallette, Gustav von Seyffertitz, Louise Closser Hale, Emile Chautard
Duración: 80 min.

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