sábado, 22 de febrero de 2020



SIN SALIDA



Intro.

Es repugnante, realmente repugnante. Toda aquella historia de amor que no se basa en el amor y que no debería acabar como una historia de amor es realmente repugnante. Entonces, ¿por qué se cuenta como una historia de amor? ¿Por qué buscamos esas miradas comprometedoras? ¿Por qué buscamos esos encuentros casuales? ¿Por qué buscamos esa complicidad del destino? ¿Por qué cerramos los ojos fuertemente cuando besamos sin mayor decisión pero con tanta pasión? Porque es la forma más romántica de presenciar aquello que nos apasiona pero de lo cual no sabemos absolutamente nada.






Cuerpo.

La nouvelle vague sería un movimiento artístico encabezado por Truffaut y Godard en los cincuenta, partiendo ellos como críticos de la revista Cahiers du Cinéma. Su rol contestatario contra cierto sector de la tradición francesa, así como su apego a cierto cine de otros lares, sobre todo algunas gemas perdidas del western y el film noir estadounidense, el cual lograrían poner de moda, los configuraría como un grupo de intelectuales y temerarios, sin miedo a decir su pensamiento y a probarlo en pantalla a través de sus análisis. Esto les generaría diversas discusiones con directores costumbristas franceses, pero a través de sus películas darían a conocer los preceptos de su corriente, los cuales no parecían seguir ninguna regla de sus antecesores. Las primeras películas del movimiento serían un éxito por parte de Claude Chabrol y llegarían a tener un despliegue internacional con Los 400 Golpes (1959) de Truffaut para un año después tener el primer largometraje de Godard.






Con solo su primera película, Godard se volvería un referente de la nouvelle vague y del cine mundial. Godard es considerado el director más influyente de la nouvelle vague, y su atrevimiento para dirigir y narrar destruyendo la lógica y los convencionalismos, sería su carta de presentación poderosísima durante la década de los sesenta. Sin Salida se mostró como un nuevo triunfo, después de Los 400 Golpes, poniendo al movimiento en todo lo alto del cine francés y adquiriendo fama internacional. Sus subsiguientes entregas seguirían retando al público y denotando sus ideas políticas y artísticas, las cuales siempre demostraban la originalidad del director francés. A esta le seguirían otras grandes muestras como Vivir su Vida (1962), El Desprecio (1963), Banda Aparte (1964), Alphaville (1965), Pierrot el Loco (1965), Masculino, Femenino (1966), Dos o tres cosas que yo sé de ella (1966), Week-end (1967), entre otras.






La película nos presenta en el rol protagónico a Jean-Paul Belmondo y Jean Seberg. Belmondo era un joven que recién comenzaba en el cine y que tendría en esta su despliegue internacional. Godard  había trabajado con él en un cortometraje y lo escogió para su primera entrega. Decidido, atrevido, con su imagen de galán y al mismo tiempo de chico rudo, Belmondo encajaría bien en la nouvelle vague y desarrollaría una carrera plena, con grandes logros y al lado de los directores más célebres de su país. Por su parte, Jean Seberg obtendría el rol gracias a su esposo Francois Moreuil y a que sus primeras actuaciones en Hollywood recibieron muchas críticas por su falta de experiencia, lo cual la llevaría a Europa. Seberg, quien sería un personaje controvertido por su asociación con las Panteras Negras y la investigación incesante del FBI, se convertiría en un célebre rostro en Francia y para la nouvelle vague. Lastimosamente no conseguiría roles más destacados y moriría a los cuarenta años de un posible suicidio.






Sin Salida, también conocida como Al filo de la escapada, comenzó como un proyecto de Truffaut acerca de un artículo de un diario en donde se relataba la historia de un hombre que por ir a ver a su madre enferma terminó atropellando a un policía motorizado. Truffaut conversaría con Chabrol para realizar el proyecto pero nada se concretó. Posteriormente, ambos apoyarían a Godard para realizar la película y debido a que ya eran reconocidos en el medio por sus primeras películas, lograron tener un financiamiento aceptable. Godard empezó a crear el guion a la marcha, creando motivos y escenas a medida que filmaba. Para él se trataba de contar la historia de “un muchacho que piensa en la muerte y una chica que no piensa en ello”. Godard incorporaría muchas temáticas actuales e influencias en el filme. Desde una mujer que vende números de Cahiers du Cinéma, el director Jacques Rivette como un muerto, la fascinación del personaje principal por Humphrey Bogart cuyas películas se estrenan en las salas de cine donde llegan, nombres de personajes de otros filmes, entre tantas otras, Godard busca quebrar con la temática usual y así recrear una noción diferente del cine.






Sin Salida sería un éxito total. Belmondo sería lanzado a la fama. Seberg sería la musa europea cautivante del momento. La nouvelle vague florecía en todo su esplendor. Godard se ubicaba como uno de los directores más originales y atrevidos del planeta. El filme nos muestra una relación amorosa y de fuga sin precedentes. Los personajes no presentan una normalidad habitual y sus motivaciones siempre nos mantienen con esa duda existencial si realmente saben lo que quieren. La historia de amor es una mezcla de costumbre, sexo, modernidad y desamparo de unos años sesenta sin dirección. La conclusión del filme es la esencia misma del movimiento: dudas existenciales, el desparpajo de no admitir nada y aún así demostrar una intencionalidad no definida, es aquello a lo que Godard aspiraba y que explotaría durante toda la década de los sesenta, revitalizando la idea de que el cine es arte pero solamente de la mano de artistas.






Datos.

Título Original: À Bout de Souffle
Dirección: Jean-Luc Godard
Año: 1960
País: Francia
Intérpretes: Jean-Paul Belmondo, Jean Seberg, Daniel Boulanger, Henri-Jacques Huet, Roger Hanin, Van Doude, Liliane Dreyfus, Michel Fabre, Jean-Pierre Melville, Claude Mansard, Richard Balducci
Duración: 87 min.

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