UNA
MUJER PARA DOS
Intro.
Un
objeto de deseo en la figura de una delgada blonda. Dos artistas comprometidos
con la manera de expresar sus capacidades y a la vez, la manera de mantenerse
en su vida bohemia. Tres personas envueltas en una trama de seducción y
compromiso. ¿Cómo sobrevivir bajo la idea moral y romántica de tres personas?
La respuesta puede ser tomada entre pinzas, y también puede ser tomada bajo un
solo toque: el toque Lubitsch.
Cuerpo.
Una
mujer. Dos hombres. Basado en la obra teatral de Noël Coward y con guión de Ben
Hecht, la historia de un trío amoroso se desentiende de la obra original y
mantiene la línea de comedias amorosas tan particulares de Lubitsch. La comedia
propone diversos y sublimes sentidos en cuanto a la sexualidad, logrando ser de
gran popularidad en su momento. Para el año siguiente, se instaló el código
Hays sobre la moralidad dentro del cine. Una Mujer para Dos fue una de las
tantas películas con insinuaciones sexuales que William H. Hays no toleraba.
Hays fue el creador del código de ética dentro de Hollywood y evitó la
distribución de muchas películas de contenido sexual, o referencias al
respecto, obligando a varios directores y productores a cambiar diversos
aspectos que no concordaran con su código. La película sería prohibida cortando
así su distribución. A pesar de ello, su calidad no pasaría desapercibida,
gracias a la gran demostración del toque Lubitsch dentro del cine.
El
trío lo componen tres actores de muchísimo talento. Entre los caballeros se
encuentra Fredric March. El joven actor ya había tocado la gloria con un Oscar y
una nominación más. Su futuro estrellato estaría en las siguientes décadas en
donde haría un sinnúmero de roles, ganándose el respeto de sus pares y de la
empresa. El otro caballero es nada menos que el gran Gary Cooper. También joven
y a las puertas de una gran carrera, Cooper comenzó desde muy joven en pequeñas
partes de películas mudas, escalando paulatinamente a roles más importantes.
Uno de sus primeros triunfos sería Morocco (1930) junto a Marlene Dietrich, y a
partir de allí seguirían roles cada vez más impresionantes. La señorita
responde al nombre de Miriam Hopkins. La actriz americana tenía un gran talento
en comedia teniendo aires de seducción bastante llamativos, haciendo que la
mayoría de sus producciones fueran censuradas. Su gran momento llegó bajo la
dirección de Lubitsch con Un Ladrón en la Alcoba (1932) y seguiría teniendo
gran aceptación de público y crítica por las siguientes dos décadas. Después de
ello, su popularidad bajaría así como sus apariciones en pantalla, pero siempre
sería recordada por su capacidad para las comedias inteligentes.
Ernst
Lubitsch es uno de esos pocos directores con estilo propio. Al igual que
Hitchcock con el crimen o Buñuel con el surrealismo, Lubitsch es un referente y
especialista en su propio rango, en este caso, la comedia. Su popular estilo lo hizo acreedor
del adjetivo de “el toque Lubitsch”. Las comedias de Lubitsch se mueven dentro
de las relaciones matrimoniales, los problemas de alcoba, la infidelidad y
otros temas referentes. La genialidad de Lubitsch era tratar el tema como
cualquier otro problema de índole lógico. Como si fuera un tratamiento que se
le da a una circunstancia económica o social, Lubitsch no escatimaba en hacer
pequeños sacrificios morales y tocar libremente la idea de la infidelidad como
parte de la realización del amor, la libre sexualidad de la mujer o el hombre
como el factor pasivo dentro del sexo. A pesar de lo riesgoso del tema, el
director compensaba todos estas situaciones con un final adecuado, con un final
en el cual no podía “asimilar” aquello que atentaba con su idea de amor o de la
moral. Lubitsch era un genio en ese sentido, tomando grandes riesgos pero siempre
teniendo en cuenta el entretenimiento como base de todo tipo de relación
humana. Así dejaría una extensa serie de comedias insuperables y un legado
hasta ahora no igualado.
Datos.
Título
Original: Design for Living
Dirección:
Ernst Lubitsch
Año:
1933
País:
Estados Unidos
Intérpretes: Gary Cooper, Fredric March, Miriam
Hopkins, Edward Everett Horton, Franklin Pangborn, Isabel Jewell, Jane Darwell,
Wyndham Standing
Duración:
174 min.
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