domingo, 11 de julio de 2010


EL ETERNO RETORNO





Intro.

Los gritos silenciosos de los enamorados son los más perversos porque en su pasión desmedida no existe un mundo al cual les puedan crear daños. No existen seres humanos cercanos a ellos que se vean afectados por cada decisión. No existe todo un contexto que se vea fragmentado por besos eternos. Ante la hipnótica representación del amor en éxtasis, las palabras y los encuentros también se vuelven eternos pero el sufrimiento de cada despedida es aún más lapidario. El único homenaje posible ante estos símbolos de soledad son las constantes lágrimas, aquellas que se confunden entre la alegría y la tristeza.




Cuerpo.

Jean Delannoy es uno de los tantos excelentes directores franceses que brillaron durante los años cuarenta. Su carrera comenzaría como actor en el cine mudo y para comienzos de los años treinta ya estaría bajo la dirección de pequeños proyectos para consagrarse en los años subsiguientes. Un director de éxitos relativos, Delannoy tuvo triunfos puntuales y El Eterno Retorno es uno de ellos. La especialidad de esta película es su asociación con el gran Jean Cocteau, que en esta oportunidad es el guionista. Delannoy tenía la tendencia de tener diferentes guionistas, no envolviéndose él mismo en este proceso y por lo cual sería criticado, junto a otros tantos directores, por los miembros de la nouvelle vague de los años sesenta, encabezados por Truffaut, Godard y compañía.




Es por ello que no debe extrañarnos que El Eterno Retorno sea una película que proyecte más las capacidades reconocidas de Cocteau, que del mismo director. Más aún, en diferentes partes de la película la mano de Cocteau es tan clara que muchos críticos lo señalan como el autor intelectual de todo el proyecto. Así podemos percibir una historia moderna basada en la leyenda de Tristán e Isolda, tema recurrente de Cocteau que se vislumbra plenamente en su Orfeo de 1950. Así también encontramos la táctica de recrear momentos que se asemejan a sueños y fantasias pero que están inscritos en la realidad. Imposible no mencionar así a La Bella y la Bestia de 1946 y cuyas escenas se encuentran rodeadas de estos imaginarios encuentros. A ello se le agrega una historia de amor no convencional y el manejo de personajes redondos y a la vez hipnóticos en el sentido que actos presentados en ciertas realidades no parecen coincidir con su contexto pero que sí forman como parte de este imaginario depredador de la fantasía, embellecida con tintes surrealistas.



El Eterno Retorno es un producto dentro de una Francia ocupada por los alemanes. Esta etapa es importante para el cine porque delinea el espíritu francés a través del séptimo arte y como muchos proyectos encontraron logros a partir del público francés. A la misma medida que existieron dificultades y detractores a todo aquel que aceptaba la subyugación alemana a medida de trabajar para una cierta conciencia germana. El caso más frecuente de estas películas creada por franceses para los franceses es inventar el cine como distracción de una realidad agobiante y así mostrar mundos en los cuales la problemática de la guerra no se viera reflejada, o al menos no de una forma directa. El caso de El Eterno Retorno es éste, en donde la fantasía y las relaciones amorosas parecen olvidar contextos políticos, pero que también responde a la poética de Cocteau, uno de los directores que mantiene una ideología clara al momento de presentar sus proyectos.



La pareja de la película está conformada por Jean Marais y Madeleine Sologne. Ambos actores aún jóvenes se convirtieron en la pareja del momento, creándoles un romance ficticio fuera de la pantalla. Para el público ellos eran la pareja perfecta y la cabellera rubia larga de Sologne exhibida en la película se convirtió rápidamente en una moda a seguir. Este sería el rol más destacado en ese momento para ambos convirtiéndose en estrellas. Marais tendría una colaboración importante con Jean Cocteau y sería uno de los más grandes actores franceses de todos los tiempos. Por su parte, Madeleine Sologne fue una actriz de buena trayectoria durante los años cuarenta, pero que en años posteriores tuvo roles menores dedicándose más al teatro.



Datos.

Título Original: L’Éternel Retour
Dirección: Jean Delannoy
Año: 1943
País: Francia
Intérpretes: Jean Marais, Madeleine Sologne, Jean Murat, Junie Astor, Roland Toutain, Piéral, Jean d’Yd, Yvonne de Bray, Alexandre Rignault, Jane Marken
Duración: 107 min.
 

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