lunes, 8 de abril de 2013


EL ANIMADOR

 

 
Intro.

Pasamos nuestra vida buscando nuestra vocación. Pasamos nuestra vida tratando de colocarnos en un lugar y desarrollarnos de la mejor manera. Pero, ¿quién nos enseña a envejecer en este medio? Porque podemos desarrollarnos plenamente y ver el rostro de nuestro contexto, con una sonrisa y una felicidad proporcionada por nuestra juventud. Pero todo ello pasa, pasa y nos despierta la siempre incertidumbre y el siempre caos de querer algo más que los simples aplausos. ¿Quiénes somos realmente con los cabellos blancos y el cuerpo no tan resuelto como antes? Alguien quiere estrecharnos desde lejos pero ya no sentimos la misma calidez de años anteriores y de sueños no realizados. Ahora ante todo el éxtasis perdido nos preguntamos por los siguientes niños y porqué no podemos morir haciendo lo que siempre hemos hecho.






 
Cuerpo.

En 1957 debutó la obra teatral El Animador de John Osborne. Osborne pertenecía a la corriente de contracultura denominado los jóvenes enojados (The Angry Young Men) en Inglaterra. Este grupo era notorio por su desencanto contra lo establecido en este país en cuanto al aspecto laboral, social y económico, y siempre que pudieran demostraban su rebeldía contra la autoridad y el gobierno. Un año antes su obra Recordando con Ira había logrado ser un éxito total, cambiando la manera de ver el teatro y proponiendo problemas actuales de gran convocatoria y debate, en donde la crítica aguda al sistema era su principal motor. A pesar de ser una corriente tan controversial, Osborne y su obra pudieron mantenerse y las adaptaciones cinematográficas no se harían esperar.






El caso de El Animador es bastante particular. Sería Laurence Olivier que le insistiría a Osborne el crear una obra sobre un hombre de mediana edad enojado con su realidad y tratando de salir a flote a partir de sus pocos medios. El mismo Olivier sería el protagonista de esta obra. Osborne crearía al personaje de Archie Rice, un fallido animador de teatro en crisis. Su obra anterior y la presencia de Olivier aseguraron la buena publicidad de la obra. El Animador sería un gran éxito y al igual que Recordando con Ira, su tratamiento estético y crítico logró sobrepasar la controversia y establecer a Osborne como uno de los pilares del teatro de su tiempo. Ambas obras lograrían llegar al cine, gracias a la mano del director Tony Richardson, cada una en el intervalo de dos años, logrando gran aclamación por parte de público y crítica.

 
 
 
 

Cecil Antonio Richardson, más conocido como Tony Richardson, fue un director de gran talento sin ninguna afinidad específica, lo que le permitió entrar a diversos géneros, logrando su mayor popularidad en la etapa de la Nueva Ola Inglesa, de mediados de los años cincuenta a los sesenta. Bajo esta corriente, Richardson creo obras destacables como El Animador, Recordando con Ira y La Soledad del Corredor a Distancia. Posteriormente sería galardonado con el Oscar por su trabajo en Tom Jones. Ello le permitiría una mayor entrada a Hollywood y trabajar con talentosos actores, pero sus películas paulatinamente fueron disminuyendo en popularidad, no pudiendo reditar los logros de los años sesenta.

 
 
 
 

El Animador es una película fuerte, consistente y de grandes actuaciones. Típicamente las obras teatrales en el medio inglés son llevadas al cine con un esmero y una dedicación tal que buscan dar una buena imagen al éxito logrado en el teatro, sobre todo en los casos donde la aceptación ha sido tal por un producto de contracultura. El Animador es uno de estos casos, y la presencia de Laurence Olivier lo hace tanto su producto como el de Osborne y el de Richardson. Y es que la presencia del gran actor aseguró la taquilla, aseguró la presencia de actores consagrados y nuevos rostros cuyo talento estaba recién naciendo, no es de extrañar que inclusive en roles secundarios encontremos a futuras estrellas del medio. Junto a Olivier encontramos a Brenda de Banzie, una actriz de gran trayectoria y que tendría en este papel su mejor actuación. Roger Livesey, una referencia absoluta en la dupla de Powell y Pressburger también es parte del elenco. Joan Plowright aparece como uno de esos rostros jóvenes cuya carrera se expandiría por sesenta años y que aún se mantiene activa en cine y televisión. Así también podemos encontrar a Alan Bates y Shirley Anne Field en sus primeros roles y la primera aparición de Albert Finney en la gran pantalla. Esta combinación de grandes actores y futuras glorias alimenta la química en pantalla y el desenvolvimiento de un interesante guión, fortalecido por la presencia del escritor original de la obra haciendo la adaptación.

 
 

 

 
Datos.

Título Original: The Entertainer
Dirección: Tony Richardson
Año: 1960
País: Reino Unido
Intérpretes: Laurence Olivier, Brenda de Banzie, Roger Livesey, Joan Plowright, Alan Bates, Daniel Massey, Shirley Anne Field, Thora Hird, Albert Finney
Duración: 96 min.

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