EL
ESPEJO
Intro.
¿Cuántas
veces puedes ver el mismo rostro? ¿Cuántas veces todo lo que te afecta no
deforma ese conocido estereotipo que se oculta en tus ojos? ¿Puedes decir
verdaderamente que has cambiado, que has madurado cuando dentro de esos ojos
puedes recordar y sentir cada lágrima de niño? En los rincones creemos caminar
como todos los días de nuestra vida pero las imperfecciones creadas en los
suelos son las deformaciones en nuestra mente. No sabemos cuando parar, cuando
avanzar y a quienes escuchar cuando todas las voces salen de las paredes.
Imaginas el pasado como alguien tierno, cercano y en realidad la relación es
tan impersonal que pareces estar observando la vida de alguien más, y aquellos
sentimientos y cicatrices formadas en tu cuerpo parecen remitir a extrañas
sensaciones, a aquellos recuerdos que solo se atreven a presentarse cuando
estás ocupado, tratando de ayudar a alguien más.
Andrei
Tarkovsky es uno de los genios del cine. Independiente, individual y
comprometido con el cine como expresión artística, Tarkovsky demostró en todas
su entregas un tratamiento personal e inconfundible convirtiéndose en un
artista menospreciado por la política de su país pero referente total del cine
como arte. El Espejo es su película más personal y compleja, teniendo que pasar
por la siempre problemática de la censura y la política en Unión Soviética. Aún
así, Tarkovsky logró mantener un ideal y modificar el guión en variadas
oportunidades para tener un producto final que pudiera ser el portador de su
ideología y visión artística.
El
Espejo fue un proyecto de Tarkovsky desde 1964. El director ruso buscaba crear
una película a partir de los recuerdos y los sueños de un personaje que no
estuviera presente en el filme. Así mismo, buscó implementar muchas
experiencias personales de su niñez y juventud. Los primeros bosquejos fueron
creados durante la realización de Andrei Rublev y al finalizar esta película,
Tarkovsky estaba decidido a crear su siguiente filme. El guión sería rechazado
por ser tratado de “incomprensible” para el comité de cine de su país. Así,
Tarkovsky tuvo que empezar a crear modificaciones. Mientras tanto, dirigiría
Solaris, dejando que el tiempo pase y que el proyecto madurara. En 1973 y bajo
un cambio de mando dentro del comité, el guión fue aprobado y Tarkovsky empezó
a recrear lo que consideraba uno de sus más anhelados proyectos.
Durante
los años, el proyecto tuvo diferentes nombres, entre los que destacan Confesión
y Un Blanco, Blanco Día. Ambos títulos serían tomados de poemas de su padre,
Arseny Tarkovsky. Ese sería uno de los elementos que se mantendrían en la
película, la narración de poemas de su padre hechas por él mismo y buscando profundización
de ciertas escenas. Otras incorporaciones personales serían experiencias
juveniles como la huida al campo en la guerra, referencias al trabajo real de
su madre, ciertas anécdotas de niñez, entre otras cosas. La madre de Tarkovsky,
Maria Vishnyakova y su esposa, Larisa Tarkovskaya, serían parte del reparto.
Dentro de todas estas incorporaciones, Tarkovsky mantenía su ideología en
mantener elementos importantes como es la relación del hombre con la
naturaleza, el miedo ante el tiempo y la mortalidad, el fuego, el viento y el
agua como agentes de propios de belleza y destrucción y la inclusión de los
espejos como parte del encierro propuesto por el título de la película, así
como otra perspectiva de aquello que se nos presenta. La falta de un centro
específico (como en el caso de Andrei Rublev o Solaris), hicieron de El Espejo
un filme harto complejo, colocando a Tarkovsky en la contemplación de la
belleza y el arte como el más libre flujo de inspiración, creando imágenes y
escenas de alta calidad.
Así
como en Solaris, Tarkovsky quiso contar con la musa de Ingmar Bergman, Bibi
Andersson, pero terminaría siendo Margarita Terekhova, en un gran despliegue,
quien le daría vida a la heroína del maestro ruso. Los constantes referentes de
Tarkovsky en el reparto completarían los demás roles que ante un rico guión y
una presencia poética depurada pudo imprimir toda la genialidad del director en
pantalla. El Espejo es difícil de analizar bajo una sola perspectiva y es
debate de muchos trabajos y de su importancia para el desarrollo del arte. La
censura en su país fue fuerte. La distribución fue poca y no se le permitió
participar en el festival de Cannes a pesar de las amenazas por parte de este
ente contra el gobierno soviético. Pero al película mantuvo una gran aceptación
por parte del público y de la crítica. Su calidad permitió una mayor apertura
en el mercado y se fue convirtiendo en la película más consagrada de Tarkovsky,
así como la de mayor influencia en diferentes directores.
Datos.
Título
Original: Zerkalo
Dirección:
Andrei Tarkovsky
Año:
1975
País:
Unión Soviética
Intérpretes:
Margarita Terekhova, Filipp Yankovsky, Ignat Daniltsev, Larisa Tarkovskaya,
Alla Deminova, Anatoli Solonitsyn, Tamara Ogorodnikova, Oleg Yankovsky, Maria
Vishnyakova, Innokenty Smoktunovsky, Arseny Tarkovsky
Duración:
107 min.
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