sábado, 25 de mayo de 2013



EL ECLIPSE
 



Intro.

La luz está bloqueada. El sol va desapareciendo poco a poco y la luz está bloqueada. Un dedo está cubriendo el sol rápidamente y ese dedo tiene la indescifrable marca original que no puede tener ningún otro. Mientras te vas acercando puedes ver esas líneas que cubren poéticamente el dedo. Aún más cerca puedes ver como esas líneas se transforman y se convierten en letras. Y puedes leer. Puedes leer la inscripción que todo mundo es capaz de entender. Y cuando lees Antonioni, puedes entender el movimiento del dedo. Mientras frotas tu frente secándote el sudor puedes entender el eclipse en el cual eres un burdo invitado. Vuelves a tu lugar y dejas de preguntar. Vuelves a tu lugar e imitas silencio. Aunque bien sabemos tú y yo que aún tienes muchas preguntas por dirigir.

 
 

 

 
Cuerpo.

Michelangelo Antonioni es un producto genuino de los sesenta. Su carrera como director empieza en los años cincuenta, pero sería en la siguiente década donde demostraría ser un genuino realizador que cambiaría la manera de ver el cine. Todo empezaría en 1960 con La Aventura, reinventando el cine y su percepción acerca de la misma. Este sería el comienzo de una de las trilogías más famosas del cine, continuando con La Noche (1961) y El Eclipse (1962). Estas entregas abrieron una gran apertura al cine experimental, revitalizando el cine italiano que se encontraba en uno de sus más finos momentos. Si bien el neorrealismo italiano de comienzos de los años cuarenta había sido la apertura internacional y una corriente original del país sería el cine de autor inspirado por nombres como Antonioni, Fellini, Pasolini, Visconti, Scola, Leone, Petri, entre tantos otros, lo que lograría llevar al cine a latitudes insospechadas y que colaboraría con su expresión artística en la totalidad de la palabra. El cine italiano encuentra una cúspide en estos años, logrando el clamor mundial, reconociendo a sus realizadores y la internacionalización de gran parte de sus estrellas, con un estilo marcado por cada uno de sus referentes. Este es el cine italiano en su más alta expresión.

 
 
 
 

La referencia inmediata a Antonioni y su trilogía del eros, la modernidad y la soledad responde al nombre de una actriz italiana: Monica Vitti. Como única colaboradora en formar parte de las tres películas, Vitti es la actriz fetiche de Antonioni. Con ella, el realizador italiano logra sus mayores triunfos y la presenta como una de las mayores referencias del cine italiano. Vitti encarna a cabalidad la ideología de Antonioni, aquella de la mujer arraigada a un contexto pero fuera de todos estos, de la soledad y el silencio, de la profundidad y de los juegos superficiales. Antonioni y Vitti aprendieron a madurar juntos profesionalmente, al mismo tiempo que compartieron una relación sentimental. Sin mayores entradas en el cine italiano, Vitti se convirtió en actriz de carácter y de gran capacidad. Lamentablemente el final de la relación con el director italiano significó también el fin de su colaboración, haciendo que Vitti cambia radicalmente la óptica de sus trabajos, acercándose más a la comedia. Si bien estas películas aún demuestran toda la habilidad de Vitti, no podría volver a estas anteriores actuaciones, teniendo una suerte de grandiosidad jamás repetida. Vitti es esencial en la trilogía, demostrando ser una de las colaboraciones más importantes del cine, pero también una de las más cortas.

 
 
 
 

El Eclipse también nos presenta las figuras internacionales de Alain Delon y Francisco Rabal en los roles estelares. Delon ya era una figura internacional reconocida gracias a Roco y sus Hermanos y A Pleno Sol, ambas de 1960. Delon se convertiría en uno de los más importantes actores del cine francés y en uno de los galanes más codiciados de su tiempo, aumentado su fama por su perturbada vida fuera de la pantalla, su tórrido romance con Romy Schneider, haciendo de él un sex symbol durante décadas. Por su parte, Francisco Rabal fue un actor español cuyo labor empezaría principalmente en los años cincuenta. Fue en esta etapa donde encontraría en Buñuel al mayor impulsador de su carrera, siendo parte en tres películas del gran director español. Si bien su rol en esta película es secundario, forma parte de la ideología de Antonioni logrando una entrada importante dentro de su filmografía.

 
 
 
 
El Eclipse ganaría en 1962 el premio especial del jurado en el Festival de Cannes y estaría nominada a la Palma de Oro. Es sin duda alguna el filme más arriesgado de la trilogía y uno de sus más logrados. Algunos críticos sostienen que los últimos minutos de la película son el sello distintivo de Antonioni y es el segmento más increíble de la filmografía de Antonioni. La película se debate entre la temática ya conocida del maestro italiano, proponiendo la adaptación de contextos comunes, como la bolsa de valores o los encuentros románticos del personaje de Vitti, hacia sus tendencias. Es cierto que existe todo un manejo previo ejecutado a la perfección en cuanto a las temáticas a debatir. El erotismo aparece dentro de la película como una de las sensaciones más intensas pero ello no deja de estar ligado con la soledad y la alienación. Como perfectos elementos por parte del director, Vitti y Delon cumplen el importante rol de permanecer como estructuras frívolas y de expresarse intensamente según la intencionalidad, siendo tal vez una de las labores más arduas en la actuación. Para la actriz italiana todo aparece resuelto, siendo ya parte de las dos películas anteriores que manejan dicha dinámica y teniendo en Antonioni a un maestro cercano y querido.

 
 
 
 

Pero aún así, Vitti parece reinventarse. De la gran notoriedad en La Aventura, a un papel menor en La Noche, para finalmente volver en El Eclipse en su mejor momento. Su belleza no está tan remarcada en La Aventura y su personaje no permite tantas facetas como en esta última entrega. En la primera película el misterio aparece en su medio, en su contexto, mientras que en El Eclipse el misterio parte a través de los personajes. Tanto los personajes de Vitti y Delon están imbuidos de todas esas particularidades de Antonioni: muestras de la sociedad italiana, del erotismo desmedido, de la profundidad y la soledad entre ellos, de la incompresión ante la modernidad y el arte, de la necesidad de expresarse y no hacerlo. Antonioni reinventa el modernismo en tres entregas y se coloca como uno de los más destacados directores de su tiempo. Lamentablemente, su relación con Vitti solo permitiría la entrega de Desierto Rojo (1964), una más incisiva demostración de sus tendencias dentro de la psique humana, para después separarse e ir cada uno por su lado. En 1981 colaborarían en El Misterio de Oberwald, una película que demuestra que sus mejores años habían quedado ya muy atrás.







Datos.

Título Original: L’Eclisse
Dirección: Michelangelo Antonioni
Año: 1962
País: Italia
Intérpretes: Monica Vitti, Alain Delon, Francisco Rabal, Louis Seigner, Lilla Brignone, Rossana Rory, Mirella Ricciardi
Duración: 126 min.

No hay comentarios:

Publicar un comentario