LADRÓN
DE BICICLETAS
Intro.
Puedes ver como se consume el cuerpo y la esperanza. No es necesario
hacer algo, solamente tienes que sentarte en un lugar solitario y el tiempo
correrá a través de tus ojos. Inexorablemente, pondrá cabellos blancos en tu
cabeza y nuevas rayas en tu rostro. Colocará experiencias que antes no conocías
y algunas similares con las que ya te habías encontrado. Verás como los rostros
que te acompañan cambian, algunos desaparecen y otros nuevos nacen y tú te
mantienes allí, en un lugar solitario. Cuando entiendes quién es el tiempo
vuelves a caminar. Por unos momentos eres un niño con deseos de comer pizza, en
otros eres un hombre adulto buscando algo que se ha perdido y a veces,
solamente a veces eres una mujer depositando toda su fe en las palabras de una
vidente.
Cuerpo.
El
neorrealismo italiano es uno de los pocos movimientos que tienen un inicio y un
fin totalmente definidos. Nace con Obsesión (Luchino Visconti, 1942) y muere con
Umberto D. (Vittorio de Sica, 1952). En ese lapso de tiempo fue reconocido como
tal por los críticos especializados, quienes también coinciden en que la
representación más digna de este género recae en El Ladrón de Bicicletas. La
película no solamente es un hito de este género, sino que se ha convertido en
una verdadera obra de renombre mundial debido a su temática, la ideología
detrás de este proyecto cinematográfico y la gran mano de De Sica en la
dirección así como el guión adaptado por Cesare Zavattini. Ladrón de Bicicletas
se mantiene como parte de un puñado de películas vistas como las más grandes
obras del séptimo arte.
En
un comienzo, Vittorio de Sica era un director con ciertos proyectos
interesantes, cuya carrera empezaría a brillar gracias a su asociación con
Cesare Zavattini. Junto al escritor italiano realizó diversas películas entre
las que destacan las que empezaron a forjarse con el movimiento neorrealista
como Limpiabotas (1946), Umberto D. (1952), Dos Mujeres (1961). Sería con
Limpiabotas que De Sica conseguiría fama internacional, otorgándole un Oscar
honorario por la calidad de la producción. A pesar de este reconocimiento, De
Sica no podría obtener presupuesto necesario para su siguiente película y fue a
través de amigos que lograría conseguir el dinero. Ladrón de Bicicletas sería
protagonizada por actores no profesionales, una de las características del
género. La representación de una familia pobre y la búsqueda del padre por
mantenerlos a flote y con una carencia específica debido a una injusticia será
el motor central de la trama.
Ladrón
de Bicicletas fue reconocida internacionalmente, pero en Italia fue duramente
criticada. La representación de una Italia pobre, sin recursos, de divisiones
notorias, de injusticias y el incumplimiento de la ley solo ayudó a exacerbar
la vista de políticos, cineastas y críticos. La tesis era que la película
creaba una imagen negativa del pueblo italiano y por lo tanto, su distribución
debía ser detenida. Estas demandas se irían disipando a partir del
reconocimiento internacional, tanto en Estados Unidos y en Francia, quienes
veían en la obra de De Sica como una alegoría no solamente a la pobreza de un
país sino de todos los pueblos y la lucha del ser humano por sobrevivir y
convivir con las injusticias de la vida. La película ganaría diferentes premios,
entre los que destaca un Oscar honorario (para esos tiempos, todavía no estaba
instaurado el Oscar a mejor película extranjera).
Una
de las peculiaridades, que tiene que ver con la distribución, es el título de
la película. La correcta traducción del italiano sería Ladrones de Bicicletas,
pero en Estados Unidos la titularon en singular como Ladrón de Bicicletas, lo
que se mantendría cuando se tradujo al español. Si bien puede tener un contexto
cuasipoético, la traducción cambia el sentido, puesto que se refiere a un
personaje en particular y no a los autores del robo. Dicha variación ha llevado
a muchas preguntas de porqué no se respetó el título original y de porqué debía
o no ser cambiado. En cualquier caso, los productores ingleses sí respetaron la
correcta traducción y últimamente ese parece ser el caso de los distribuidores
americanos.
De
Sica tomó mucho de Chaplin, su director favorito, para hacer Ladrón de
Bicicletas. La película muestra a un padre y un hijo (en un paralelo del Pibe),
en una muy correcta actuación de Enzo Staiola, en una lucha por recuperar su
medio de trabajo. Pero en esta cruzada, los roles de padre e hijo parecen emular
a la de dos seres humanos enfrascados en una lucha desigual y desesperanzadora.
Sus intentos son parte de un contexto cruel y sus preocupaciones parecen variar
como leves distracciones necesarias para que el funcionamiento de sus vidas
pueda mantenerse. En esta lucha contra el tiempo encuentran aliados y villanos,
al mismo tiempo que personajes incircunstanciales que no pertenecen a ningún
tipo de progreso. La ley es puesta como el arduo proceso de un hecho
irreparable ni mutable, y fue una de las tantas críticas contra la película por
parte de las autoridades italianas. Pero la injusticia es necesaria para entender
el proceso de convivencia de lo positivo con lo negativo, que ocurre en cada
contexto de la vida. Finalmente, De Sica destaca la actuación de sus actores no
profesionales, la de su colaborador en la composición musical Alessandro
Cicognini (al quien se le reconocería su obra como mejor soundtrack del año), a
la habilidad de Zavattini (entre otros colaboradores) para adaptar la novela de
Luigi Bartolini y en la cinematografía de Carlo Montuori.
Datos.
Título
Original: Ladri di Biciclette
Dirección:
Vittorio de Sica
Año:
1948
País:
Italia
Intérpretes:
Lamberto Maggiorani, Enzo Staiola, Lianella Carrell, Gino Saltamerenda,
Vittorio Antonucci, Giulio Chiari, Elena Altieri, Carlo Jachino, Michel Sakara
Duración:
93 min.
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