domingo, 27 de octubre de 2013


EL TERCER HOMBRE

 
 
 
Intro.
 
En las sombras se esconde alguien. Se oculta ante las atentas miradas de propios y extraños. Pero solamente en ocasiones especiales deja que su presencia inunde la habitación. Algunos dicen que está muerto. Otros se alegran que haya desaparecido. Pero alguien, solo alguien puede pensar que todo esto es algo más. Y cuando llega la noche y el pensamiento de este hombre se mantiene intranquilo es cuando ocurre todo aquello que podemos predecir. Un hombre se esconde de alguien y mientras persigues una sombra las respuestas parecen escabullirse entre tus dedos.

 
 

 
 
Cuerpo.

El Tercer Hombre es una de las producciones británicas de mayor renombre e importancia internacional. Siendo también en parte una producción americana, la película cobraría mayor reconocimiento en el Reino Unido por su construcción en Europa y por el poco envolvimiento que esto sugirió por parte de David O. Selznick y a pesar de tener a las dos estrellas estelares, Joseph Cotten y Orson Welles, la participación de este último terminó por disminuir aún más la presencia americana y por mantener una mayor influencia por parte de Graham Greene y Carol Reed, así como del productor británico, Alexander Korda. La película terminaría siendo un ejemplo del film noir, un conglomerado de momentos específicos memorables y una aventura audaz entre los escombros de una Austria afectada por la Segunda Guerra Mundial y las políticas presentadas como cuerdas que tensionan el argumento.

 



La idea de El Tercer Hombre comienza con el guión de Graham Greene, un reconocido escritor y guionista inglés que se especializaba en debatir los temas políticos y morales, haciendo de sus novelas productos de gran popularidad y aceptación. Carol Reed en coordinación con Selznick y Korda, empezaron a configurar el ambiente de lo que sería la película. Austria se mostró como el lugar indicado y sería la primera película en mostrar los efectos de la guerra en el viejo continente. La distancia no le permitía a Selznick estar al tanto del avance del proyecto pero quería a Orson Welles en la película. Welles resultó ser una muy difícil incorporación dentro de la filmación, puesto que su personalidad problemática demoró la producción al no acudir según horario y al no ser demasiado colaborador en cuanto al papel a representar. Reed empezó a armar con el apoyo de su equipó lo que se tornaría como uno de los más interesantes productos europeos.

 



Una de estas construcciones vendría de la musicalización de la película. Acostumbrados a melodías tomadas del arte clásico o de arreglos de compositores especialistas en películas, El Tercer Hombre cuenta con la inusual sinfonía de la cítara y esa melodía sería la única que aparecería en el filme. Reed en su búsqueda de la musicalización se encontró una noche en un bar de Viena con un completo desconocido de nombre Anton Karras. Fascinado por la melodía, Reed llevó a Karras a Londrés y allí trabajaron en la musicalización. “El tema del Tercer Hombre” se convertiría después en un single, vendiendo 300 mil copias en Londrés, convirtiéndose en un éxito en Estados Unidos y el Reino Unido, y siendo una de las canciones más taquilleras de 1950.

 
 
 
 
Selznick, siendo un productor en demasía controlador, no pudo evitar que la distancia se interponga en sus asuntos, por lo que dejó el proyecto en las manos de Korda y Reed. El director británico trabajaría más al lado de Greene, así que la película terminó siendo un producto más propio de él. A la decisión de la música se sumó la extraña manera de filmar de Reed, en donde la cámara parecía no tener una postura fija por lo cual las tomas en diversas partes del filme pueden verse en diferentes ángulos. Esta particularidad sería tomada como un rasgo propio de Reed y antes de ser visto como una cuestión admirable se le tomó como una insensatez al romper con el molde comúnmente utilizado por grandes directores. En otro aspecto, el trato de Reed con su reparto fue de lo más cordial, pero Orson Welles demostraría ser una molestia no tan anticipada.

 
 
 
 
La filmación comenzó sin Welles. Joseph Cotten, Trevor Howard y Alida Valli como actores principales lucen impecables. Howard acostumbrado a los dramas tanto policiales como románticos en diferentes entradas del cine británico se encuentra en gran forma. La gran actriz de Italia, Alida Valli, encuentra a finales de los cuarenta su éxito internacional siendo El Tercer Hombre su película más conocida hasta ese momento. Joseph Cotten fue la gran opción de Selznick, siendo un actor de gran renombre habiendo participado en grandes obras de directores aclamados. Habiendo empezado con la compañía de teatro de Orson Welles, Cotten se hizo un nombre en diferentes producciones junto al lado de Welles, Reed, Hitchcock, entre otros. Para esta etapa, Orson Welles había sido considerado un genio y a la vez un fracaso en la industria. Su lucha con el magnate William Randolph Hearst por el control de El Ciudadano Kane había provocado una falta de control total en sus producciones y colaboraciones esporádicas con otros directores.

 
 
 
 
Welles se consideraba alguien predestinado y su retraso en el set de El Tercer Hombre era algo esperado mas no en la medida que lo fue, por instantes se pensó que no iba  a ser parte de la película. Reed tuvo que emplear al asistente de dirección Guy Hamilton, quien tuvo que doblar a Welles. Con una contextura más delgada, Hamilton cumplió el rol en escenas en donde su presencia no debía ser muy notoria, esperando el arribo de Welles. A su llegada, Welles tuvo muchas demandas, que incluía no filmar en las alcantarillas de Viena debido al olor. Se tuvo que construir un escenario semejante en estudios para complacer los caprichos de Welles. Muchos rumores corrieron en cuanto a la participación de Welles en cuanto a la dirección del filme, pero en realidad Welles se mantuvo al margen y el control total fue de Reed. Sin embargo, Welles tendría una colaboración clave en cuanto al diálogo. En una de las escenas con Cotten, Welles introdujo lo que es ahora el famoso comentario sobre Suiza y el reloj cú-cú: “En Italia por 30 años bajo los Borgias tuvieron guerra, terror, asesinatos y matanza, pero produjeron a Miguel Angel, Leonardo da Vinci y el Renacimiento. En Suiza tenían amor de hermandad, tuvieron 500 años de democracia y paz. ¿Qué produjeron? El reloj cú-cú”.

 
 
 
 
Con sus interesantes giros, actores de primera, dirección totalmente calificada y un escenario ideal, El Tercer Hombre sería todo un éxito en diferentes partes del mundo, logrando mantenerse hasta nuestros días en un clásico a toda medida. Ya fuere por la música, por el contagioso diálogo o por la participación de personajes reconocidos tanto en Austria como en otros lugares, El Tercer Hombre se ha vuelto una película de admiración total por su tono aventuresco, casi no compartido con demás clásicos de cortes sofisticados en donde es difícil combinar esa forma de maestría con un entretenimiento de masas. Siendo la película británica con mayor aceptación, El Tercer Hombre se mantiene también como el film noir por excelencia, a pesar de que el género es mayormente reconocido como una de las claves del cine de Estados Unidos. Como nota anecdótica, Greene quería mantener el final feliz del libro, pero Selznick y Reed insistieron en mantener un final ambiguo y abierto, logrando así la propia perspectiva del espectador.

 
 
 

 
Datos.

Título Original: The Third Man
Dirección: Carol Reed
Año: 1949
País: Reino Unido/Estados Unidos
Intérpretes: Joseph Cotten, Orson Welles, Alida Valli, Trevor Howard, Bernard Lee, Wilfrid Hyde-White, Erich Ponto, Ernst Deutsch, Siegfried Breuer, Paul Hörbiger, Hedwig Bleibtreu, Robert Brown, Alexis Chesnakov, Herbert Halbik, Annie Rosar
Duración: 104 min.

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