martes, 3 de febrero de 2015


METRÓPOLIS (I)




Intro.

Una ciudad construida desde sus cimientos es el paso de la tecnología en el hogar de todos. Palabras que se lleva el viento. Revoluciones que no terminan de crearse. Un niño que no nace. Toda la maquinaria que levanta muros, construye calles e intenta tocar el cielo con cuerpos inanimados se encuentra en peligro porque ante tanta monotonía alguien ha colocado un pensamiento y es un pensamiento lo que todos tememos.






Cuerpo.

Fritz Lang y Metrópolis son un momento total en el cine. Con un impresionante despliegue en el cine mudo, el director alemán empezó a forjarse una carrera vital en el séptimo arte. Acompañado después por Thea von Harbou como guionista, la pareja empezaría a tejer los hilos de lo que sería una de las más grandes películas mudas de todos los tiempos. Totalmente revolucionaria, Metrópolis significó el triunfo más grande de Lang, apoyado por brillantes entregas en los años veinte como El Doctor Mabuse o Los Nibelungos, y por una capacidad ya demostrada de como crear su propio estilo en esta etapa silente. Lang rompería esquemas, siendo la primera película de ciencia ficción y la película más costosa de su tiempo.





Debido a la complejidad de la película y su extensión (la película original dura alrededor de dos horas y media), Metrópolis fue recibida con críticas diversas, en donde se destacó tanto la historia como los efectos y esa noción moderna de la ciencia ficción, primera vez explorada en un largometraje. Como muchas películas mudas, Metrópolis sufrió el paso del tiempo y la pérdida del material original, para llegar a una posterior reconstrucción. Muchos intentos se hicieron por mantener la visión original de Lang pero la gran parte del material estuvo perdido por décadas, logrando paulatinamente restablecer la película a un 95%. En el 2008 se encontró en Argentina una porción del filme, lo cual la dejaría prácticamente completa luego de décadas de descubrimientos y restructuraciones. La restauración final se hizo en el 2010.





Thea von Harbou escribió la novela de donde nacería Metrópolis. Ella junto a Lang reescribieron el guión, el cual pasaría por múltiples cambios. A pesar de contar con un presupuesto moderado, la película incrementaría sus costos debido a las dificultades de la filmación, lo cual tomaría más de un año. Lang era un director severo y perfeccionista, demandando retomas de escenas y creando situaciones que exigían demasiado físicamente de sus actores. Escenas con inundaciones y fuego estaban previstas pero en búsqueda de un mayor realismo, Lang sometía a presiones arduas para que el resultado sea más creíble. Esto crearía tensión dentro del reparto, más aún cuando la mayoría carecía de experiencia en el cine.





Uno de los puntos clave de Metrópolis era los efectos especiales. En plena etapa muda, los efectos especiales eran incipientes en su mayoría y contaban con artistas que ingeniaban como crear nuevas técnicas para sorprender al público. El encargado sería Eugen Schüfftan. El especialista usaría algunos trucos ya adaptados en otras películas como la miniaturización, movimientos inusuales de cámaras, sobreposición, pero la innovación se debe a lo que ahora se conoce como el proceso Schüfftan. Cuando trabajaban con construcciones en miniatura, Lang deseaba insertar a los actores en dichas tomas y Schüfftan creo un método bajo el uso de espejos en el cual a través de ángulos y posiciones correctas de los actores podía reflejar esta imagen para que encajaran perfectamente en la toma, logrando el efecto de creer que los actores se encontraban en dichas construcciones. El proceso puede ser invertido para que sean las construcciones que sean reflejadas en un espacio ocupado por los actores.






Datos.

Título Original: Metropolis
Dirección: Fritz Lang
Año: 1927
País: Alemania
Intérpretes: Gustav Fröhlich, Brigitte Helm, Alfred Abel, Rudolf Klein-Rogge, Heinrich George, Fritz Rasp, Theodor Loos, Erwin Biswanger
Duración: 153 min.

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