DIARIO DE UN
CURA RURAL
Intro.
¿Qué es fe
cuando nuestras manos heladas se encuentran en el río y no encontramos ninguna
razón por las cuales retirarlas? ¿Qué es fe cuando el dolor no se encuentra en
ninguna parte de nuestro cuerpo? ¿Podemos abrazar la esperanza cuando esperamos
con nuestros brazos abiertos? Es tan difícil entender cuando se nos hace aún
más difícil creer.
Cuerpo.
Robert Bresson
es uno de esos casos peculiares en el cine, uno de esos que suceden solamente
una vez y que terminan encumbrando a un humilde ser a escalas apoteósicas,
convirtiéndose en uno de los más respetados y excelentes artistas del medio.
Bresson es toda una luminaria del cine como artista y creador, proponiendo una
manera propia de hacer películas y convirtiéndose en una de las influencias más
originales del medio. Con una filmografía de tan solo trece películas, Bresson
impone no solamente la severidad suficiente como para comprometer sus creencias
en filme pero tan bien demuestra una convicción muy por encima de la
popularidad o el factor económico, lo cual también sería una dificultad en el
proceso de creación. Bresson es un inmortal del séptimo arte y su maestría es
parte del legado del cine francés al mundo.
Diario de un
Cura Rural vendría a ser el primer triunfo de crítica y público para Bresson.
Teniendo dos entregas anteriores, Los Ángeles del Pecado de 1943 y Las Damas
del Bosque de Boulogne de 1945, Bresson empezaría con esta película a crear sus
temáticas más conocidas y sus cambios necesarios de como “hacer” sus propias
películas. El director francés entendería la manera de crear vida a través de
la pantalla al construir las escenas a partir de la repetición y
“deshumanización” de sus personajes. Para ello también renunciaría a actores
profesionales concentrándose en rostros más comunes y que “representaran la
realidad” basado en su acercamiento escéptico hacia el cine. La técnica de
Bresson se convertiría en su marca personal y se mantendría durante sus
subsiguientes entregas.
Bresson estuvo
muy influenciado por su crianza a través del cristianismo, lo cual sería una
temática central en la gran mayoría de sus películas. El acercamiento original
hacia ciertas temáticas relacionadas con el factor humano convertirían a
Bresson en un maestro de la simpleza de las historias a partir de la
disposición natural de sus componentes. A ello, Diario de un Cura Rural cuenta
con la no anticipada revelación de Claude Laydu, el actor principal en su
debut. Su performance sería llamado “uno de los debuts más grandes de toda la
historia del cine”, promoviendo aún más la excelencia del filme. Laydu siendo
católico practicante pasaría tiempo en un monasterio preparándose para su rol.
El filme nos
muestra la incapacidad de un ser para ser parte de su medio, tanto por su propia
alienación como por la falta de comprensión de su contexto. La temática
religiosa está presente siempre en Bresson. La confrontación del hombre con su
fe, con su religión y con su propia humanidad es representada en un nobel cura
que se encuentra en una parroquia donde no es aceptado, pero en donde debe adaptarse
y encontrar el camino para lidiar con los problemas y las confrontaciones. Bresson
mantiene este línea durante el filme, demostrando estéticamente su manera de
hacer cine sin detallismo en temas complementarios de la historia. Es así como
se deshace de actores profesionales, escenografías dedicadas o diálogos
complejos. Bresson simplemente es honesto hacia lo que entiende por cine, en
entregar un producto que considere real a pesar de cierto desencanto con lo
proyectado en cámara, dado que si bien no puede crear vida, puede recrear todo
aquello que atormenta y enaltece al ser humano, el espíritu combativo ante un
ambiente indiferente y frío. Es así como Bresson lograría convertirse en uno de
los más aclamados directores de su época y un gran teórico del medio.
Datos.
Título
Original: Le Journal d’un Curé de Campagne
Dirección: Robert
Bresson
Año: 1951
País: Francia
Intérpretes:
Claude Laydu, Jean Riveyre, Adrien Borel, Rachel Bérendt, Nicole Maurey, Nicole
Ladmiral, Martine Lemaire, Antonie Balpêtré, Jean Danet, Gaston Séverin, Yvette
Etiévant, Bernard Hubrenne, Léon Arvel
Duración: 115 min.
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