jueves, 27 de octubre de 2016


EL HALCÓN MALTÉS (II)



Intro.

¿De qué están hechos nuestros sueños? Tal vez de un elemento que no conocemos, tal vez en la forma de un ser que habita los cielos, tal vez de aún mayores sueños, de aquellos que brillan haciendo de la codicia del hombre su única respuesta. De cualquier forma, buscamos una especie de estatua, de algo parecido a un halcón, de algo que en realidad nunca hemos visto y solo tenemos una idea vaga de como luce… pero lo buscamos con incesante deseo. Ahora es posible que un ser moribundo lo traiga hasta nuestras manos y no encontremos palabra para describirlo.






Cuerpo.

John Huston buscó “no equivocarse” al hacer su primer filme. Para ello, empezó a tomar en cuenta cada detalle. El guion fue revisado escena por escena y se hicieron bosquejos de cada una de estas, de manera tal que Huston al momento de filmación mantuvo el guion casi impecable debido a la preparación. Eso también le ayudaría a mantener su cronograma intacto logrando filmar las escenas tal cual lo pactado evitando también así alguna alza en el presupuesto. Este esfuerzo en los preparativos determinaría una buena química entre Huston y los actores, que ante las preparaciones previas pudieron grabar sin mayores cambios logrando incluso hacer la película casi de manera secuencial. Huston también utilizaría el diálogo original de la novela cuidando las advertencias del código Hays para las referencias sexuales y una advertencia en contra del exceso del alcohol.






El trabajo en la cinematografía de Arthur Edeson es también factor importante en la realización de El Halcón Maltés. Como un clásico del film noir, la película muestra un uso bajo de iluminación y los ángulos que nos envuelven en peculiares sombras que van de la mano con la intencionalidad de los personajes y las escenas. De gran labor es en cierto aspecto la capacidad para otorgar momentos a los actores, sobre todo en el caso de los personajes de Astor y Greenstreet. Mucho se ha hablado sobre la escena de este último y Bogart en donde gracias a los movimientos de cámaras toda la escena se mueve entre habitaciones deteniéndose en la parte explicativa y una vez más buscando movimiento cuando la escena lo requería. Todo ello debía estar coreografiado de manera sublime para captar dicho proceso. Una vez más la mano de Huston con la detallada preparación cobraría frutos.






Uno de los objetos más preciados del mundo del cine respondería a la estatuilla de El Halcón Maltés. Creada por Fred Sexton, esta pequeña escultura de 29 centímetros habría sido creada a partir de un vaso ceremonial llamado El Halcón Kniphausen. Fueron varias estatuillas creadas para el filme, lo que llevaría en posteriores años a seguir el destino de estos valiosos objetos. En 1994 se convertiría en el accesorio más caro de una película con el valor de 398,500 dólares.






El Halcón Maltés se convertiría en un éxito inmediato y con el tiempo una de las películas más destacadas de todos los tiempos y un film noir por excelencia. La capacidad de dirección de Huston, quien se encumbraría como uno de los más grandes directores de su tiempo, y la habilidad del reparto para interpretar un guion altamente elaborado, nos muestra todo el detalle y convicción hacia un producto que bajo la osadía de un nuevo director es simplemente genial. Muchos de los factores de la película se repetirían como parte de los elementos del film noir como el antihéroe, la femme fatale, el final inesperado, entre otros detalles. El Halcón Maltés también se vería como uno de los filmes americanos por excelencia, apoyado en su momento por el gran sistema de estudio y por el nacimiento y resurgir de estrellas que empezarían a otorgarnos muchos momentos memorables del séptimo arte.






Datos.

Título Original: The Maltese Falcon
Dirección: John Huston
Año: 1941
País: Estados Unidos
Intérpretes: Humphrey Bogart, Mary Astor, Peter Lorre, Sydney Greenstreet, Jerome Cowan, Elisha Cook Jr., Barton MacLane, Ward Bond, Lee Patrick, Gladys George, James Burke, Murray Alper, John Hamilton, Walter Huston, Emory Parnell
Duración: 101 min.





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