domingo, 3 de diciembre de 2023

 
EL ENEMIGO PÚBLICO




Intro.
 
Caminar con una sombra persiguiéndote. Caminar sabiendo que el miedo está en sus ojos, que el respeto solamente en una careta al no poder devolver la furia que uno mismo aplica. De repente aparece esa pequeña figura de rápidos movimientos y de sonrisa maquiavélica. Seguro de sus palabras, seguro incluso de sus exabruptos. No hay ley que parezca detenerlo ni hombre que pueda aprisionarlo, nadie parece tan cruel y a la vez tan sublime como James Cagney.






Cuerpo.
 
Durante el comienzo de los años treinta, las películas de gangsters se hicieron muy populares. La idea de crear estas películas durante el intervalo del nuevo código de censura donde ciertas libertades aún se tomaban los realizadores, era la de no glorificar la vida de los criminales, entendiendo que los finales de estas películas deberían tener un corte moralizador siendo el clásico lema, “el crimen no paga”. Dentro de este género, tres filmes serían los estandartes ya que estarían asociados a grandes directores, grandes interpretaciones en el rol principal y finales condenatorios de estos personajes. Estas tres películas serían El Pequeño César (1931) con Edward G. Robinson, El Enemigo Público (1931) con James Cagney y Caracortada (1932) con Paul Muni.






James Cagney y su familia estuvieron siempre asociados al teatro. Cagney en particular tenía dotes para los musicales, convenciendo a diferentes productores con logradas coreografías. Cierta fama alcanzaría y su transición al cine fue bastante fulgurante con el estreno de Sinner’s Holiday en 1930. Si bien Cagney no era impresionante, tenía una actitud voraz para la interpretación y no se dejaba amedentrar por sus pares. Tan solo un año después alcanzaría la fama mundial con El Enemigo Público. Después de ello Cagney seguiría siendo parte del género del gangster pero también en otros, como los musicales, teniendo una carrera bastante destacada con interpretaciones aclamadas por público y crítica.







El director William A. Wellman sería parte del cine como actor en una primera instancia para después llegar a la cumbre como director. Antes de 1931 fue reconocido por la película bélica Wings (1927) y tendría mayores logros después del éxito de El Enemigo Público. Un punto importante en la película fue intercambiar los roles del protagonista y coprotagonistas, sintiendo que Cagney haría un mejor rol que Edward Woods. La decisión fue crucial no solo para el logro de la película, sino para encumbrar a Cagney como actor de carácter. Dentro de otros roles encontramos al ícono de Jean Harlow. La joven y talentosa Harlow, quien solo viviría 26 años, tenía una actuación secundaria algo meritoria pero recién sería a mediados de los años treinta cuando brillaría a todo resplandor. En otro rol encontramos a la siempre funcional Joan Blondell. Incursionando en el cine a comienzo de los años treinta, Blondell aún tendría que esperar roles más estelares, siendo muy prolífica hasta sus últimos días.






Dentro de los actores secundarios se encuentra Mae Clarke, quien no tendría créditos en la película. Clarke sería parte de una de las escenas más famosas de todo el cine. En un acto bastante violento y desagradable, Cagney empuja sobre su rostro un pedazo de toronja. Para la época fue un acto muy controversial y en algunos lugares censuradas, existiendo muchas teorías al respecto. Sobre su creación, la autoría corre dependiendo quien cuente la historia. Algunos señalan al productor, otros al director, incluso se dice que fue algo creado por Cagney y la misma Clarke. En palabras de la actriz ella lo coordinó con Cagney como un tipo de broma para la gente de la producción pensando que la escena no sería parte del filme. La escena ya sería historia del cine y como anécdota cabe destacar que el exesposo de Clarke, Lew Brice, vio la película muchísimas veces pero solamente esa escena. Los asistentes se quejaban de la risa exagerada de Brice.






El Enemigo Público es un ejemplo de una película hecha cerca de los límites, violenta y desenhibida. Bajo los códigos del momento, toda esta violencia debería llevar a un fin moralizador, es decir, el personaje maligno no podía ganar. Las reacciones a este tipo de películas no se hicieron esperar, teniendo gran aceptación por parte del público como un producto novedoso. Si bien era altamente criticable en cuanto a la crudeza de sus actos, se tomo una forma de entretenimiento entendiéndose esto como ficción. Después de la popularidad de este género, los estudios decidieron emplear a estos actores en roles heróicos e incluso cómicos, para desterrar de ellos esa imagen violenta dejada por los filmes de gangsters.







Datos.
 
Título Original: The Public Enemy
Dirección: William A. Wellman
Año: 1931
País: Estados Unidos
Intérpretes: James Cagney, Jean Harlow, Edward Woods, Joan Blondell, Donald Cook, Leslie Fenton, Beryl Mercer, Robert Emmett O’Connor, Murray Kinnell, Mae Clarke
Duración: 83 min.

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