lunes, 24 de diciembre de 2012


ÉRASE UNA VEZ EN EL OESTE


 

Intro.


En un instante el silencio se convierte en balas. El olor a pólvora. La tierra sobre el rostro. Las manos preparadas. Los niños ocultándose. El viejo Oeste renaciendo. De repente muchos hombres en diferentes vestiduras complican el panorama. Todo nos revoca a escenarios diferentes, a momentos de total armonía que se encuentran en nuestra mente. Aquellos hombres en sus largos trajes ocultan sus rifles y pistolas y cuando tu visión se encuentra borrosa ya no conoces nada más. Y dentro de todo este esquema una sinfonía que promueve la nostalgia y la destrucción del simple acto de matanza en un cronometrado momento del pasado.
 



 

 
Cuerpo.

Sergio Leone comenzó su carrera cinematográfica como creador de películas épicas en Italia, la corriente de moda en esos momentos, pero sería en el western donde desembocaría toda su capacidad artística. Inspirado en los westerns americanos, sobretodo en el gran John Ford, y en los híbridos de Akira Kurosawa inspirados también por Ford, Leone crearía una trilogía, la cual es considerada entre las más populares del western: La Trilogía del Hombre sin Nombre (también conocida como La Trilogía del Dólar). Con Clint Eastwood a la cabeza de estas producciones (y siendo también su gran descubrimiento), Leone establece en los años setenta tres películas fastuosas, Por un Puñado de Dólares (1964), Por unos Dólares de Más (1965) y la ya épica El Bueno, el Malo y el Feo (1966). Estas tres películas cobrarían una importancia tremenda dentro del género y serían parte de lo que surgiría en Italia como el spaghetti western. Este subgénero se caracterizaba por ser producido y dirigido por italianos aunque muchas veces contarán con un reparto internacional. Junto a Eastwood, los nombres de Lee van Cleef y Eli Wallach tomaron una notoriedad tremenda. Después de estas tres películas, Leone contaba con una popularidad total y a pesar de decidir retirarse de los westerns fue tentado por Paramount Pictures con un presupuesto impresionante para un nuevo western. Leone buscó crear una película que se refiriera a todos los westerns americanos que lo habían inspirado en su debido momento, contando con un elenco de primera y del equipo creativo que lo había ayudado llegar a la cumbre.

 
 
 
 

Érase una Vez en el Oeste fue creada en 1968 con un elenco de lo más destacado y con una ambiciosa historia y difícil creación. Dirigida por Leone, la película contaba con un guión por parte de él y de Sergio Donati, basándose en una historia creada por el mismo Leone, Bernardo Bertolucci y Dario Argento, futuras glorias en la dirección. La cinematografía estaría a cargo de Tonino Delli Colli en uno de los más destacados y fuertes puntos de la película. Simplemente es impresionante el uso de la escenografía y el contraste birllantemente creado con los close-ups llegando a sobrepasar la fórmula aprendida en anteriores entregas. La cámara se convierte en un componente vital para contar la historia y su intensidad está apoyada en la edición y el buen uso de la cámara panorámica.  En la composición musical encontramos al monstruo que responde al nombre de Ennio Morricone, uno de los talentos más grandes que haya existido en su rubro. Morricone crea en esta película las composiciones más famosas de su carrera. La intensidad de dicho tratamiento, así como la variedad y la precisión empleada por el maestro italiano. Morricone rápidamente hizo un nombre propio dentro del mundo del cine, sobre pasando el medio y siendo totalmente reconocido por su capacidad y su maestría en cada composición.

 


 
En el reparto, Leone no escatimo en contar con lo mejor. La oferta de Paramount incluía al gran Henry Fonda (el actor preferido de Leone durante toda su vida), quien a pesar de no estar dispuesto y cansado de formar parte de westerns con una imagen ya formada, fue convencido por Leone al darle el papel de villano, algo totalmente impensado dado la carrera de Fonda y su asociación con los personajes heroicos. Fonda aceptó después de recibir una carta en donde Leone le describía una escena en donde debía imaginar la expectativa de la gente al ver la muerte de un niño y darse cuenta que el rostro del villano era Henry Fonda. Para su contraparte, Leone quiso contar con Clint Eastwood, pero este rechazó la oferta, para lo cual llamaría a Charles Bronson, un conocido también del género. A ellos se sumaría Jason Robards como el antihéroe y la sensual Claudia Cardinale como la belleza de turno. Junto a ellos, muchos conocidos del western y que también aparecerían en algunas cintas de Leone como Gabriele Ferzetti, Woody Strode, Jack Elam, Paolo Stoppa, Keenan Wynn, entre otros. Leone insistió con Eastwood, van Cleef y Wallach para ser parte de la introducción de la película pero tampoco pudo contar con ellos en esta oportunidad. Leone había desarrollado la historia de manera tal que se convertiría en uno de los más grandes westerns de todos los tiempos.

 
 
 
 

Uno de los grandes encantos de Érase una Vez en el Oeste proviene de las referencias al género. Leone ideó la película como un homenaje a todas las películas de western que había amado y que habían influenciado en él durante su juventud. Se estima que hay alrededor de treinta películas de las cuales se hace referencia en la obra de Leone. Desde nombres, vestimentas, situaciones, escenas toma por toma, Érase una Vez en el Oeste no solo nos plantea un guión de excelente calidad sino también de una precisión y detallismo por mantener un idealismo del subgénero del spaghetti western, logrando en realidad la mejor entrada y saliendo de dichas estructuras para convertirse en uno de los más grandes hitos dentro del mundo del cine. Y es así, ya que Érase una Vez en el Oeste es considerada como una de las más grandes películas hechas, debido a su complejidad y su estética. La película no fue bien vista en Estados Unidos en su estreno, lo que conllevó a recortes y poca distribución, aunque en Europa si fue totalmente aclamada logrando que Leone se convierta una vez más en el centro de un movimiento y un realizador de firma propia.

 
 
 
 

Muchas curiosidades y muchos detalles hacen de la película única. La composición, ya antes tratada por Leone, del héroe, el villano y el antihéroe cómico, fielmente tratada en El Bueno, el Malo y el Feo repite la fórmula de concentrarse en estos tres personajes y rendirles su propio espacio a partir de una partitura incomparable del maestro Morricone y de la sincronización de estos tres momentos. Ello se conjuga con la idea central de sus guionistas: una nostalgia del western en el sentido de una última obra sobre el tema por parte de Leone. Así, los cambios mostrados, de cómo los personajes perciben el adiós al viejo oeste y la entrada de una nueva generación busca enfocar un último esquema  hacia el tema, hacia los héroes inmortales, desde John Wayne y sus seguidores, a John Ford y el restablecimiento de un género, a los seguidores de Ford y sus aportes fundamentales, porque en realidad el western a los finales de los sesenta se plantea como un género moribundo, con un último realce con los western realistas y violentos de los sesenta, pero solamente para desaparecer y dejar de ser el gran género que identificó a una nación y que logró crear verdaderas obras de arte.

 





Datos.

Título Original: C’era una Volta il West
Dirección: Sergio Leone
Año: 1968
País: Italia
Intérpretes: Charles Bronson, Henry Fonda, Jason Robards, Claudia Cardinale, Gabriele Ferzetti, Paolo Stoppa, Woody Strode, Jack Elam, Keenan Wynn, Frank Wolff, Lionel Stander, Al Mulock
Duración: 45 min.

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