martes, 11 de agosto de 2020



EL SÉPTIMO SELLO



Intro.

Encontrar la perfecta armonía puede llevarnos toda una vida. Encontrar la poesía en el horror de nuestra muerte puede volvernos insanos… o tal vez tan racionales que no parecemos creer en sentido alguno. Pero al igual que las piezas del ajedrez nos movemos con tanta elegancia y coordinación, puesto que incluso en la derrota bailamos hacia el gran final y hacia los múltiples cuestionamientos sobre nuestra existencia. Vivir con miedo pero vivir intensamente hasta que seamos esa cuerda humana que se desplaza en cánticos llenos de remordimientos.






Cuerpo.

El cine sueco en su mayor esplendor es el reflejo de las obras de Ingmar Bergman. El talentosísimo director es una muestra de temáticas juveniles que le fascinaban y le atormentaban al mismo tiempo, logrando progresivamente crear obras de cuestionamiento social hasta llegar a la incertidumbre sobre la existencia humana, combinado todo ello con las dificultades de crecer en muchas etapas. Bergman lograría así un cuerpo de trabajo interesante y de una firma propia única, lo que lo convertiría en uno de los directores más excelentes de su época y de influencia total. En una carrera de 45 filmes, Bergman comenzaría a mediados de los cuarenta llegando a un punto de esplendor internacional en un solo año, 1957, donde dirigió dos de sus películas más trascendentales: El Séptimo Sello y Las Fresas Salvajes.






Para finales de los años cincuenta, Bergman contaba con variados dramas que encontraban mayormente medianas y positivas respuestas por público y crítica. Se hizo de un nombre en su país natal gracias a sus diversas producciones y por contar con un grupo central de actores, los cuales serían asiduos en sus producciones y estos ganarían fama gracias al director sueco. Para El Séptimo Sello, Bergman adaptó su propia obra teatral, Pintura en Madera, y a pesar de las dificultades financieras y temporales pudo lograr el apoyo de la Svenk Filmindustri, con los cuales ya había realizado la mayoría de sus producciones.






La película cuenta en el rol principal al talentoso Max von Sydow. El actor sueco colaboraría en once filmes con el maestro Bergman y tendría en esta su despegue internacional y una carrera de setenta años donde realizaría 150 películas. Sydow con su rostro inmutable y su frialdad metódica sería ideal como el escéptico Antonius Block. Su escudero sería representado por Gunnar Björnstrand, un frecuente de Bergman quien sería parte de sus dos producciones de 1957. La pareja de esposos errantes estarían representados por Nils Poppe y Bibi Andersson. Poppe sería una elección arriesgada, ya que el actor era más devoto a la comedia pero realiza un trabajo más que aceptable. Por su parte, Bibi Andersson, una más de la compañía de Bergman y su pareja en esos momentos, es la versátil Mia, quien se debate ante los extraños sucesos a partir de la gente que le rodea. En otros roles está la muy cumplida Gunnel Lindblom y en el rol de la muerte, Bengt Ekerot.






El Séptimo Sello es la desesperada odisea del caballero Antonius Block, quien ha vuelto de las cruzadas en búsqueda de un signifcado a todo lo vivido. Rápidamente se encontrará con la muerte a la cual reta a una partida de ajedrez antes de encarar su destino final. En este proceso conocerá a diferentes personas, con las cuales tratará de indagar el significado de la vida y de Dios mismo. Su fe será puesta a prueba mientras busca un acto de bien antes de desaparecer. Los temas bergmanianos están en todo su esplendor: el cuestionamiento por la vida, la nostalgia del pasado, el miedo a la muerte, la soledad, la futilidad de los actos humanos, el desinterés humano. La película busca llenar el vacío que deja la imposición de una religión impuesta pero nos deja con la misma duda humana de qué hacer cuando existe falta de fe. Bergman siempre se basó en sus propias experiencias para realizar sus obras y si bien sus temas se ven envueltos en la ambientación de la Edad Media, sirven con una misma fuerza y con gran creatividad ante la constante presencia de una muerte inevitable.






Esta sería la película que lo pondría a Bergman en un estante internacional. Su gran capacidad para dirigir, conocida y valorada en Suecia, se vería expandida en Estados Unidos, Inglaterra y Francia, sobre todo. La película tendría una notoriedad que se incrementaría con los años siendo considerada una obra de arte en toda medida y una de las más grandes películas de todos los tiempos. Su imagen y sus temáticas inspirarían a generaciones a venir, expandiendo sus temas a la problemática humana de la convivencia y siendo un referente en este tipo de dramas, más aún cuando ese mismo año lanzara su inconmensurable Las Fresas Salvajes. Bergman es uno de esos directores (como Kurosawa, Tarkovsky o Hitchcock), que tendría una firma propia y cuyas presentaciones partieron de un pathos particular en donde Bergman cuestiona la existencia de Dios más que nada por miedo a la muerte, entendiendo que la fe ciega del hombre no puede ser resuelta en almas confusas, las cuales solo les queda contemplar y esperar resignado su destino.






Datos.

Título Original: Det Sjunde Inseglet
Dirección: Ingmar Bergman
Año: 1957
País: Suecia
Intérpretes: Max von Sydow, Gunnar Björnstrand, Bibi Andersson, Bengt Ekerot, Gunnel Lindblom, Nils Poppe, Inga Landgré, Ake Fridell, Inga Gill, Erik Strandmark, Bertil Anderberg, Maud Hansson, Gunnar Olsson, Anders Ek, Benkt-Ake Benktsson, Gudrun Bost, Lars Lind, Tor Borong
Duración: 96 min.




miércoles, 29 de julio de 2020



LA EDAD DE ORO



Intro.

Un día caminando sin sentido. Lastimando sin sentido. El amor es aquello que se vislumbra en blanco y negro sobre los televisores pero cuando trato de imitarlo es una acción totalmente diferente. Y me siento incómodo cuando mi reflejo señala actos de los cuales no tengo mayor habilidad pero allí estoy yo, creando formas y estímulos a los cuales seguidamente les daré nombre. Mientras saco pedazos de piano de mis bolsillos, unos niños empiezan a construir el instrumento musical, solamente para quemarlo en épocas de guerra. Yo sigo sin entender cómo resolver la interrogante de la música mientras arranco mi pierna izquierda para escribir un poema.





Cuerpo.

El movimiento surrealista buscaba explicar o dar forma a la combinación entre lo que era la realidad y los sueños, y así, crear una nueva realidad o una especie de hiperrealidad. Esto llevaba a técnicas muy particulares en las diferentes formas artísticas a inicios del siglo XX. Si bien es Breton la cabeza del movimiento, en España surge un trío de artistas que con el devenir de los años se convertirán en una fuerza total y representativa de su tiempo. Con Luis Buñuel en la dirección, Salvador Dalí en la pintura y Federico García Lorca en la literatura, España contaría con representantes llevados a lo exceso y a la excelencia del movimiento, convirtiéndose cada uno en artistas de altísima calidad.





Buñuel fue un provocador de aquellos estamentos que en su país no se debían cuestionaban. Un ser en contra de la religión católica y la decencia, sobre todo con el tema sexual, el director español desarrollaría temáticas surrealistas y formas de representarlo en pantalla que lo harían único en su medio. Comenzaría como asistente de dirección para el gran Jean Epstein y en 1929 debutaría con su corto El Perro Andaluz. Escrita junto a Salvador Dalí, el cortometraje les abriría las puertas al movimiento surrealista y a la libertad de crear fuera de estos círculos, debido a las temáticas cada vez más extremas. Aclamados por el mundo intelectual pero despreciados por el público en general, ambos se embarcarían en su siguiente proyecto.





La Edad de Oro fue idealizado como un cortometraje financiado por el vizconde Charles de Noailles y su esposa Marie-Laure. Ambos eran patrones del arte y financiaron a diferentes personalidades como Jean Cocteau, Man Ray, Francis Poulenc, Baothus, entre otros. Fascinados por El Perro Andaluz decidieron que Buñuel repita su hazaña. Cuando el proyecto devino en un largometraje, se le permitió a Buñuel continuar. Durante el proceso, Buñuel y Dalí no pudieron sobrellevar ciertas diferencias políticas y Dalí saldría del proyecto acusando a Buñuel de ir en contra de la religión, lo cual terminaría causándole problemas. Buñuel ante la falta de experiencia técnica firmaría todo secuencial, utilizando cada porción de metraje que le fue proporcionado.





El filme cuenta con ciertos personajes de renombre. Gaston Modot sería un actor desde comienzos de siglo en el cine mudo llegando a trabajar con una diversidad increíble de directores de gran calidad como Buñuel, Carné, Renoir, Gance, entre tantos otros, en una carrera que duraría siete décadas. Su coprotagonista, la actriz alemana Lya Lys tendría en esta su mejor performance, por el cual sería reconocida pero no llegaría a brillar posteriormente en Hollywood. Junto a ellos encontramos a la prolífica artista Max Ernst, al artista en cerámica y colaborador de Joan Miró, Josep Llorens Artigas, y a la poetiza surrealista Valentien Penrose. La Edad de Oro se estrenaría en París pero grupos extremistas bloquearían el estreno y la prensa también jugaría un rol importante en una comunidad de influencia católica. Charles de Noailles debió retirar la película de circulación debido a las amenazas y a su reputación. La película no volvería a ver la luz hasta 1979.





La Edad de Oro es una experiencia eminentemente surrealista. Bajo el concepto de rechazar la lógica y abrazar lo inadmisible, Buñuel se vuelve en esta figura provocativa buscando relatar la historia de amor menos convencional, la cual está guiada por las pasiones carnales y los fetiches. Las referencias en cuanto a la burla contra la sociedad burguesa y todo lo que representa inspira en Buñuel a colocar imágenes poco usuales como una pareja imitando relaciones sexuales en el barro, golpes a animales, fetichismo sexual al chupar el dedo del pie de una estatua, la relación temática entre Jesús y el marqués de Sade, entre otras tantas, buscando escandalizar a una sociedad que el director español considera hipócrita y que merece aceptar el filme como tal. La fama y carrera de Buñuel contaría con muchísimos tropiezos y privaciones pero lo llevarían a convertirse en uno de los directores más originales y propios de todos los tiempos.






Datos.

Título Original: L’Age d’Or
Dirección: Luis Buñuel
Año: 1930
País: Francia
Intérpretes: Gaston Modot, Lya Lys, Caridad de Laberdesque, Max Ernst, Josep Llorens Artigas, Lionel Salem, Germaine Noizet, Duchange, Valentine Penrose
Duración: 63 min.

martes, 14 de julio de 2020



LOS CUENTOS DE HOFFMAN



Intro.

Dentro de las hermosas y peculiares danzas, siempre intervienen miles de historias. En esos pequeños zapatos, en esos fastuosos trajes, en esos movimientos coordinados encontraremos las historias de seres que encuentran magia en sus vidas y cuyos ojos se llenan de alegría o tristeza según sea su destino. Los movimientos se mantienen y las voces nos traslucen esa armoniosa vivencia que termina quebrando nuestros ojos en lágrimas pero con la esperanza de volver a escuchar las sinfonías cuando se nos plazca. Es la ilusión de la belleza interpretada por la misma belleza, que tímidamente nos quiere dar a conocer su encanto, mas no su persona. Es la eterna ternura de una criatura que nos dice te amo con una caricia.






Cuerpo.

El dúo de Michael Powell y Emeric Pressburger, bajo su productora conjunta de The Archers, es reconocido como una influencia positiva dentro del cine británico teniendo en los años cuarenta y cincuenta su etapa más celebrada y que los llevaría a producciones relacionadas con la guerra, los musicales, los dramas, entre otros. A pesar de tener labores específicas decidieron compartir los créditos en cuanto a la dirección, el guion y la producción, algo extraño para las colaboraciones cinematográficas. Sería a finales de los años cuarenta cuando Powell buscó unir sus cualidades cinematográficas con la música de ópera. Esto llevaría a la muy reconocida Los Zapatos Rojos, dándoles un crédito con respecto a películas influenciadas por otro medio artístico. Pasarían tres años para que tuvieran otra incursión total de este estilo.







Los Cuentos de Hoffman parten de la adaptación de la ópera en tres actos de Jacques Offenbach con libreto de Jules Barbier. Así mismo, esta obra se basó en los cuentos de E. T. A. Hoffman, un autor de origen alemán muy influyente en su tiempo, cuyas obras y personajes han sido tomados para la creación de diversas óperas. Tomando ciertas licencias, la película nos mostrará a Estela, una bella bailarina de ballet mandando un mensaje a Hoffman, el cual no lo recibirá debido a la intervención del concejal Lindorf. Sin saber de esto, Hoffman se dirigirá a la taberna a emborracharse y contar tres historias de sus amores pasados, todos los cuales terminaron en fracasos. Al final, Stella lo verá en la taberna borracho y se alejará de él. Uno de los grandes cambios es presentar el libreto en inglés y no en el francés original, además de cambiar la profesión de Estela quien originalmente era una cantante de ópera.







La película cuenta con artistas sacados muchos de la ópera que no solamente actuaban sino que también tenían la habilidad de cantar, aunque por alguna razón solamente dos de los actores usan su voz original. En el rol principal tenemos a Robert Rounseville quien estaría en pocos filmes y estaría más dedicado al teatro, siendo muy recordado por este rol. Su acompañante sería Moira Shearer, una muy reconocida bailarina de ballet, quien sería descubierta por Powell y Pressburger en 1948 para ser la protagonista de Los Zapatos Rojos, logrando así su esplendor internacional. Shearer volvería a aparecer en esta producción y en el thriller psicológico El Fotógrafo del Pánico de Powell. Junto a ellos aparecen el actor, coreógrafo y bailarín de ballet, Robert Helpmann, un muy reconocido artista australiano, y la actriz inglesa Pamela Brown, un rostro muy popular en actuaciones secundarias tanto en cine como en teatro.







Los Cuentos de Hoffman representan todo el amor de Powell para la ópera. Evidentemente en dicha colaboración, Powell era el más enfocado en la dirección mientras que Pressburger estaba más asociado a la producción y la edición, pero también con gran influencia en cuanta a la música del filme. Los Cuentos de Hoffman nos presenta una versión más estilizada de lo que nos habían mostrado en Los Zapatos Rojos, con una historia más cercana al teatro que al cine y una muestra de sincronización admirable, contando como siempre con intérpretes que se saben desplazar tanto en su nivel actoral como en su calidad como bailarines. Shearer no es un descubrimiento, es la extensión de la primera película con el dúo y saben usar los momentos y la colorización para crear temáticas, dejándonos llevar por las melodías cautivantes y exóticas. La película sería nominada para dos premios Oscar, por su decoración y vestimenta, y ganaría el Premio Excepcional en el Festival de Cannes y el Oso de Plata como mejor musical en la primera edición del Festival de Berlín.







Datos.

Título Original: The Tales of Hoffman
Dirección: Michael Powell/Emeric Pressburger
Año: 1951
País: Reino Unido
Intérpretes: Robert Rounseville, Moira Shearer, Ann Ayars, Ludmila Tchérina, Robert Helpmann, Pamela Brown, Léonide Massine, Frederick Ashton, Mogens Wieth, Lionel Harris, Meinhart Maur, Edmond Audran, Philip Leaver
Duración: 136 min.