EL ÁNGEL AZUL
Intro.
Cuantas veces una mujer. Cuantas veces podemos simplemente cerrar los ojos y tomar la mano de aquello que consideramos una divinidad. Cuantas veces y llorar. En nuestros pequeños asientos alzamos la vista mientras la sensualidad nos muestra todos sus rostros y dentro de ellos nos dejamos perder para nunca más volver. Necesitamos ser seducidos y encadilados por algo que es superior a nosotros, y cuando ese encanto llega a su momento más sublime entendemos que dentro de nosotros mismos no tenemos reflejo alguno. Somos una ínfima parte de nuestra propia alma y estamos sentenciados a las mismas palabras y a los mismos actos que alteran nuestra conducta. Somos el barro que osa observar a los ángeles.
Cuantas veces una mujer. Cuantas veces podemos simplemente cerrar los ojos y tomar la mano de aquello que consideramos una divinidad. Cuantas veces y llorar. En nuestros pequeños asientos alzamos la vista mientras la sensualidad nos muestra todos sus rostros y dentro de ellos nos dejamos perder para nunca más volver. Necesitamos ser seducidos y encadilados por algo que es superior a nosotros, y cuando ese encanto llega a su momento más sublime entendemos que dentro de nosotros mismos no tenemos reflejo alguno. Somos una ínfima parte de nuestra propia alma y estamos sentenciados a las mismas palabras y a los mismos actos que alteran nuestra conducta. Somos el barro que osa observar a los ángeles.
Cuerpo.
Existen ciertas asociaciones de director y actriz que forman parte de la leyenda del cine. Nos encontramos ante una de ellas. Josef von Sternberg encontró en Marlene Dietrich su musa ideal para desplegar las características de una femme fatale con actitud, provocando el delirio de la crítica y de la audiencia. Dietrich se coronó por todo lo alto del cine mundial creando así una de las figuras más perdurables del séptimo arte.
Considerada como la primera producción alemana con sonido, El Ángel Azul ya es parte de la historia del cine por todos los elementos que conformaron dicha película. Emil Jannings era una figura conocida dentro del mundo del cine desde mediados de los años diez con actuaciones muy destacadas, colaborando directores de renombre y sería el primer actor en recibir el Oscar. Von Sternberg y Jannings habían trabajado anteriormente en La Última Orden (1928) y a pesar de ciertas diferencias volvieron a colaborar para la primera película hablada de Jannings. Por su parte, Marlene Dietrich tuvo pequeñas partes en películas hasta El Ángel Azul, por lo cual von Sternberg se autodenominaría como su descubridor.
La película causaría un revuelo total dentro del cine. De la noche a la mañana Dietrich se convirtió en un mito, el cual lo sería hasta su muerte. Su interpretación también le valió la popularidad de la canción que interpretó, Falling in Love Again (Enamorarse otra vez), siendo un éxito de ventas con la voz de Dietrich. Esto también marcaría una perdurable carrera de cantante por parte de la actriz alemana. Dietrich es un símbolo imborrable, su calidad como actriz y como parte del movimiento cultural de diferentes épocas ha hecho de ella un ejemplo tanto en el cine, la moda, el canto e incluso, como parte de los animadores que fueron a apoyar a los soldados durante la guerra. Dietrich es irrepetible.
El Ángel Azul es una tortuosa caída al abismo. Adaptada de la novela Profesor Unrat de Heinrich Mann, von Sternberg decidió hacer sus propios cambios para conseguir su propósito. La firma de von Sternberg en la película sería el vuelco inicial de su colaboración con Dietrich, demostrando una capacidad por mostrar al personaje femenino como temerario, mortal e independiente. Sería este personaje uno de los antecesores de la femme fatale dentro del film noir de los años cuarenta y cincuenta. Sternberg manejaría así un lenguaje profundo dentro de los personajes femeninos que hábilmente Dietrich supo interpretar, prolongando su asociación en siete películas más.
Datos.
Título Original: Der Blaue Engel
Dirección: Josef von Sternberg
Año: 1930
País: Alemania
Intérpretes: Marlene Dietrich, Emil Jannings, Kurt Gerron, Rosa Valetti, Hans Albers, Reinhold Bert
Duración: 99 min.
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