Intro.
Un tren en nuestra mente se mueve hacia la irracionalidad. Cuando el tren llegue a la estación estamos todos condenados a observar actos muy lejanos a nuestra comprensión. A pesar de nuestras palabras, nuestras razones y nuestras conciencias, no podremos evitar que las causas de nuestros antecesores se vean replicadas en este melancólico escenario. Somos componentes de una realidad desalmada, que no perdona nuestros orígenes. Somos testigos de la tierra tragándose nuestro cuerpo porque no tenemos diferentes respuestas. Todo lo que sabemos hacer y decir es algo que el tiempo ya ha escuchado y hemos escuchado a nuestros padres caer.
Un tren en nuestra mente se mueve hacia la irracionalidad. Cuando el tren llegue a la estación estamos todos condenados a observar actos muy lejanos a nuestra comprensión. A pesar de nuestras palabras, nuestras razones y nuestras conciencias, no podremos evitar que las causas de nuestros antecesores se vean replicadas en este melancólico escenario. Somos componentes de una realidad desalmada, que no perdona nuestros orígenes. Somos testigos de la tierra tragándose nuestro cuerpo porque no tenemos diferentes respuestas. Todo lo que sabemos hacer y decir es algo que el tiempo ya ha escuchado y hemos escuchado a nuestros padres caer.
Cuerpo.
Jean Renoir fue el hijo del gran pintor Pierre-Auguste Renoir y al igual que su padre, se convirtió en maestro de su propio medio. Jean Renoir es uno de los más grandes directores de Francia y una figura mundial reconocida. En 1937 creó La Gran Ilusión, uno de los himnos pacifistas más grande de todos los tiempos y dos años más tarde crearía Las Reglas del Juego, una película destruida en su tiempo y que ahora es vista como una joya imperdible, rivalizando con El Ciudadano Kane como uno de los ejemplos más excelsos del séptimo arte. La Bestia Humana sería el segundo éxito de Renoir que se encontraría entre las dos producciones antes mencionadas y que marcaría el último éxito de Renoir en Francia durante los años treinta.
Jean Renoir fue el hijo del gran pintor Pierre-Auguste Renoir y al igual que su padre, se convirtió en maestro de su propio medio. Jean Renoir es uno de los más grandes directores de Francia y una figura mundial reconocida. En 1937 creó La Gran Ilusión, uno de los himnos pacifistas más grande de todos los tiempos y dos años más tarde crearía Las Reglas del Juego, una película destruida en su tiempo y que ahora es vista como una joya imperdible, rivalizando con El Ciudadano Kane como uno de los ejemplos más excelsos del séptimo arte. La Bestia Humana sería el segundo éxito de Renoir que se encontraría entre las dos producciones antes mencionadas y que marcaría el último éxito de Renoir en Francia durante los años treinta.
Basada en la novela homónima de Émile Zola, La Bestia Humana es un medio de Renoir para demostrar las cualidades del realismo poético francés. Es así como Renoir “transforma” la novela a su propio territorio y crea uno de los momentos más trascendentales del género. La película se debe en parte por la necesidad de Gabin, en esos momentos una gran estrella capaz de pedir por sus siguientes proyectos junto con director y protagonistas, de querer hacer una película “con trenes”. Gabin fue la clave para la creación de la película debido a que su presencia lograba el dinero necesario y pudo escoger a Renoir para el proyecto. La figura de Gabin en la película duraría durante décadas, siendo un punto culminante en su carrera.
La Bestia Humana es el gran encuentro de Renoir y Gabin. Si bien ya habían trabajado en anteriores proyectos, de los cuales resalta a la vista La Gran Ilusión, en ninguno de ellos Gabin había sido la figura exclusiva de la película, siempre tuvo que compartir la importancia protagónico con otros nombres destacados. En esta película de 1938 Gabin es el héroe trágico por antonomasia recreando una de los grandes valores que le daba la actuación: sus continuos cambios emocionales con las mínimas expresiones faciales. Renoir decía de Gabin que ésa era su mayor virtud. Un rostro apacible que podía mostrar toda su furia en pocos segundos. Gabin es el más grande de todos los actores franceses y bajo la piel de Jacques Lantier lo podemos encontrar en su mejor naturaleza. A él se le suma una exquisita Simone Simon, una actriz de belleza y seducción incomparable que tendría en La Bestia Humana el renacer de su carrera y su futura consagración en Estados Unidos con películas como El Demonio y Daniel Webster (1941) y La Mujer Pantera (1942).
El estudio psicológico del personaje central en la película es remarcable. Un hombre apacible cuyos demonios interiores se formulan como “la enfermedad de sus antepasados”, hacen que sus actos se vuelvan irracionales y que la pasión dentro de su corazón se vuelve la ira de toda una generación. Pudiendo retratar esta conducta como el grito y la irracionalidad de una nación en un conflicto bélico, nos encontramos ante una historia sórdida dentro de dos hermosos rostros. No existe la moral, menos aún la explicación de cada acto y cuando lleguemos al punto en donde todo se ha acabado encontraremos que existe una gran melancolía compuesta en finos trazos, aquellos que delinean el cine como arte.
Datos.
Título Original: La Bête Humaine
Dirección: Jean Renoir
Año: 1938
País: Francia
Intérpretes: Jean Gabin, Simone Simon, Fernand Ledoux, Julien Carette, Blanchette Brunoy, Gérard Landry, Jean Renoir, Marcel Pérès, André Tavernier, Jenny Hélia
Duración: 100 min.
Título Original: La Bête Humaine
Dirección: Jean Renoir
Año: 1938
País: Francia
Intérpretes: Jean Gabin, Simone Simon, Fernand Ledoux, Julien Carette, Blanchette Brunoy, Gérard Landry, Jean Renoir, Marcel Pérès, André Tavernier, Jenny Hélia
Duración: 100 min.
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