sábado, 20 de abril de 2013


EL CUARENTA Y UNO

 


Intro.

Tan fácil como penetrar un pensamiento es observar como una bala penetra un cuerpo. Tan fácil como vacilar ante un objetivo es simplemente disparar. La precisión. El momento. La descarga. Y simplemente caminar hacia el siguiente objetivo. La decisión y la frialdad de cambiar de contexto y buscar aquello que una bala no comprende: toda una vida descrita en segundos. Mientras vuelves a recargar tu arma, momentos de tu vida han pasado preguntándote sobre la revolución, preguntándote como acabar con todos aquellos sin desperdiciar tantas balas, y cuando una vez más el arma está cargada todos esos pensamientos desaparecen como una niebla pasajera. Colocas la mira, cierras un ojo, centras el objetivo. Uno más. El cuarenta y uno.


 
 
 

 
 

Cuerpo.

Grigori Chukhrai fue mundialmente conocido por su estupenda película antibélica La Balada del Soldado en 1959. Pero su fama ya había sido reconocida dentro de su país y Europa en su debut en 1956. Chukhrai fue parte del ejército soviético durante la Segunda Guerra Mundial y sería esta experiencia lo que influenciaría decididamente su carrera. Después de ser condecorado, Chukhrai estudió cinematografía y rápidamente se colocó como asistente de dirección en los estudios de cine de Kiev. A mediados de los años cincuenta comenzaría a escribir y dirigir sus propias películas y sería con el debut de su película El Cuarenta y Uno en 1956 que lograría una gran recepción. Esta película sería una plataforma para Chukhrai y tres años más tarde llegaría la consagración total con La Balada del Soldado.

 
 
 
 

 
 
El Cuarenta y Uno no fue una película fácil de realizar. La referencia más directa fue la producción de 1927 de Yakov Protazanov. Esta versión también sería tomada del libro homónimo de Boris Lavrenyev, escritor asociado con el grupo futurista Mezzanine para la Poesía (Mezonin Poezii) y que sería a partir de sus experiencias en la Primera Guerra Mundial que le ayudaría a desarrollar la trama de su libro. El guión estaría a cargo de Grigori Koltunov, pero la historia de un romance entre una francotiradora del ejército rojo y un oficial del ejército blanco era demasiado controvertida. Las revisiones fueron constantes y las prohibiciones no se darían esperar. Chukhrai contaba con el respaldo de los reconocidos directores Ivan Pyryev y Mikhail Room, siendo este último de total importancia para la realización del filme, ya que a partir de sus palabras que el directorio de Mosfilm (el estudio más antiguo de Europa) accedería a poner el proyecto en marcha.

 
 
 
 

 
Las expectativas sobre la película no eran muchas. Había que considerar que era el debut de Chukhrai en la dirección y que muchos de sus participantes eran aún actores poco conocidos y también debutantes. La mayor fuerza con la cual contaba el directorio sería el apoyo de sus colegas. Para Izolda Izvitskaya, la protagonista de la película, sería su primera película estelar y la más reconocida de su carrera. Posteriormente buscó realzar su imagen en otras producciones pero no pudo llegar a convertirse en una actriz con mayores entradas y paulatinamente su nombre se fue desvanenciendo. Su contraparte, Oleg Strizhenov, ya había aparecido en un cierto número de películas pero está también se mantendría como su más famosa participación. Strizhenov sí lograría hacerse de un nombre y de gran popularidad gracias a su actuación en las siguientes tres décadas, logrando logros y reconocimientos.

 
 
 
 
 

El Cuarenta y Uno es una historia de amor poco convencional, tomando en cuenta el conflicto bélico que lo envuelve. Uno de los grandes logros de la película es el gran manejo del tiempo por parte del director y de la cámara a cargo de Sergey Urusevsky, colaborador de gran distinción para Chukhrai con el cual crearía sus más destacadas obras. Estas capacidades técnicas se ven complementadas con el gran trabajo de Izvitskaya. La actriz soviética logra destacar notoriamente en la película. Su combinación de una mujer atípica dentro del ejército, implícitamente tratado como masculino, es una mezcla de una mujer independiente al mismo tiempo que ignorante, instruida por su devoción a su país y al movimiento revolucionario y que impera ello antes de cualquier otro sentimiento o ideología. Lo destacable de esta actuación reside en los cambios sutiles en la personalidad del personaje, la buena graduación ante un objeto de deseo (siempre prohibido) y su relación incircunstancial con los demás miembros del ejército. La película tuvo una gran recepción en el Festival de Cannes obteniendo un premio especial del jurado y compitiendo por la Palma de Oro. Así mismo, se convertiría en la décima película más rentable en 1956 en la Unión Soviética y recibiría un diploma honorario en el Festival de Edinburgo. Izvitskaya debió convertirse en una gran actriz, pero los papeles le fueron esquivos y escasos, no pudiendo lograr un papel a la altura de El Cuarenta y Uno y desapareciendo rápidamente a la edad de 39 años.
 

 
 
 

 
 
Datos.

Título Original: Sorok Pervyy
Dirección: Grigori Chukhrai
Año: 1956
País: Unión Soviética
Intérpretes: Izolda Izvitskaya, Oleg Strizhenov, Nikolai Kryuchkov, Assanbek Unuraliyev, Nikolai Dupak, Pyotr Lyubeshkin, Georgi Shapovalov, Danil Netrebin, Anatoli Kokorin, Muratbek Ryskulov, T. Sardarbekova
Duración: 88 min.
 

martes, 16 de abril de 2013


EL ESPEJO


Intro.

¿Cuántas veces puedes ver el mismo rostro? ¿Cuántas veces todo lo que te afecta no deforma ese conocido estereotipo que se oculta en tus ojos? ¿Puedes decir verdaderamente que has cambiado, que has madurado cuando dentro de esos ojos puedes recordar y sentir cada lágrima de niño? En los rincones creemos caminar como todos los días de nuestra vida pero las imperfecciones creadas en los suelos son las deformaciones en nuestra mente. No sabemos cuando parar, cuando avanzar y a quienes escuchar cuando todas las voces salen de las paredes. Imaginas el pasado como alguien tierno, cercano y en realidad la relación es tan impersonal que pareces estar observando la vida de alguien más, y aquellos sentimientos y cicatrices formadas en tu cuerpo parecen remitir a extrañas sensaciones, a aquellos recuerdos que solo se atreven a presentarse cuando estás ocupado, tratando de ayudar a alguien más.





Cuerpo.

Andrei Tarkovsky es uno de los genios del cine. Independiente, individual y comprometido con el cine como expresión artística, Tarkovsky demostró en todas su entregas un tratamiento personal e inconfundible convirtiéndose en un artista menospreciado por la política de su país pero referente total del cine como arte. El Espejo es su película más personal y compleja, teniendo que pasar por la siempre problemática de la censura y la política en Unión Soviética. Aún así, Tarkovsky logró mantener un ideal y modificar el guión en variadas oportunidades para tener un producto final que pudiera ser el portador de su ideología y visión artística.


El Espejo fue un proyecto de Tarkovsky desde 1964. El director ruso buscaba crear una película a partir de los recuerdos y los sueños de un personaje que no estuviera presente en el filme. Así mismo, buscó implementar muchas experiencias personales de su niñez y juventud. Los primeros bosquejos fueron creados durante la realización de Andrei Rublev y al finalizar esta película, Tarkovsky estaba decidido a crear su siguiente filme. El guión sería rechazado por ser tratado de “incomprensible” para el comité de cine de su país. Así, Tarkovsky tuvo que empezar a crear modificaciones. Mientras tanto, dirigiría Solaris, dejando que el tiempo pase y que el proyecto madurara. En 1973 y bajo un cambio de mando dentro del comité, el guión fue aprobado y Tarkovsky empezó a recrear lo que consideraba uno de sus más anhelados proyectos.


Durante los años, el proyecto tuvo diferentes nombres, entre los que destacan Confesión y Un Blanco, Blanco Día. Ambos títulos serían tomados de poemas de su padre, Arseny Tarkovsky. Ese sería uno de los elementos que se mantendrían en la película, la narración de poemas de su padre hechas por él mismo y buscando profundización de ciertas escenas. Otras incorporaciones personales serían experiencias juveniles como la huida al campo en la guerra, referencias al trabajo real de su madre, ciertas anécdotas de niñez, entre otras cosas. La madre de Tarkovsky, Maria Vishnyakova y su esposa, Larisa Tarkovskaya, serían parte del reparto. Dentro de todas estas incorporaciones, Tarkovsky mantenía su ideología en mantener elementos importantes como es la relación del hombre con la naturaleza, el miedo ante el tiempo y la mortalidad, el fuego, el viento y el agua como agentes de propios de belleza y destrucción y la inclusión de los espejos como parte del encierro propuesto por el título de la película, así como otra perspectiva de aquello que se nos presenta. La falta de un centro específico (como en el caso de Andrei Rublev o Solaris), hicieron de El Espejo un filme harto complejo, colocando a Tarkovsky en la contemplación de la belleza y el arte como el más libre flujo de inspiración, creando imágenes y escenas de alta calidad.


Así como en Solaris, Tarkovsky quiso contar con la musa de Ingmar Bergman, Bibi Andersson, pero terminaría siendo Margarita Terekhova, en un gran despliegue, quien le daría vida a la heroína del maestro ruso. Los constantes referentes de Tarkovsky en el reparto completarían los demás roles que ante un rico guión y una presencia poética depurada pudo imprimir toda la genialidad del director en pantalla. El Espejo es difícil de analizar bajo una sola perspectiva y es debate de muchos trabajos y de su importancia para el desarrollo del arte. La censura en su país fue fuerte. La distribución fue poca y no se le permitió participar en el festival de Cannes a pesar de las amenazas por parte de este ente contra el gobierno soviético. Pero al película mantuvo una gran aceptación por parte del público y de la crítica. Su calidad permitió una mayor apertura en el mercado y se fue convirtiendo en la película más consagrada de Tarkovsky, así como la de mayor influencia en diferentes directores.





Datos.

Título Original: Zerkalo
Dirección: Andrei Tarkovsky
Año: 1975
País: Unión Soviética
Intérpretes: Margarita Terekhova, Filipp Yankovsky, Ignat Daniltsev, Larisa Tarkovskaya, Alla Deminova, Anatoli Solonitsyn, Tamara Ogorodnikova, Oleg Yankovsky, Maria Vishnyakova, Innokenty Smoktunovsky, Arseny Tarkovsky
Duración: 107 min.

lunes, 8 de abril de 2013


EL ANIMADOR

 

 
Intro.

Pasamos nuestra vida buscando nuestra vocación. Pasamos nuestra vida tratando de colocarnos en un lugar y desarrollarnos de la mejor manera. Pero, ¿quién nos enseña a envejecer en este medio? Porque podemos desarrollarnos plenamente y ver el rostro de nuestro contexto, con una sonrisa y una felicidad proporcionada por nuestra juventud. Pero todo ello pasa, pasa y nos despierta la siempre incertidumbre y el siempre caos de querer algo más que los simples aplausos. ¿Quiénes somos realmente con los cabellos blancos y el cuerpo no tan resuelto como antes? Alguien quiere estrecharnos desde lejos pero ya no sentimos la misma calidez de años anteriores y de sueños no realizados. Ahora ante todo el éxtasis perdido nos preguntamos por los siguientes niños y porqué no podemos morir haciendo lo que siempre hemos hecho.






 
Cuerpo.

En 1957 debutó la obra teatral El Animador de John Osborne. Osborne pertenecía a la corriente de contracultura denominado los jóvenes enojados (The Angry Young Men) en Inglaterra. Este grupo era notorio por su desencanto contra lo establecido en este país en cuanto al aspecto laboral, social y económico, y siempre que pudieran demostraban su rebeldía contra la autoridad y el gobierno. Un año antes su obra Recordando con Ira había logrado ser un éxito total, cambiando la manera de ver el teatro y proponiendo problemas actuales de gran convocatoria y debate, en donde la crítica aguda al sistema era su principal motor. A pesar de ser una corriente tan controversial, Osborne y su obra pudieron mantenerse y las adaptaciones cinematográficas no se harían esperar.






El caso de El Animador es bastante particular. Sería Laurence Olivier que le insistiría a Osborne el crear una obra sobre un hombre de mediana edad enojado con su realidad y tratando de salir a flote a partir de sus pocos medios. El mismo Olivier sería el protagonista de esta obra. Osborne crearía al personaje de Archie Rice, un fallido animador de teatro en crisis. Su obra anterior y la presencia de Olivier aseguraron la buena publicidad de la obra. El Animador sería un gran éxito y al igual que Recordando con Ira, su tratamiento estético y crítico logró sobrepasar la controversia y establecer a Osborne como uno de los pilares del teatro de su tiempo. Ambas obras lograrían llegar al cine, gracias a la mano del director Tony Richardson, cada una en el intervalo de dos años, logrando gran aclamación por parte de público y crítica.

 
 
 
 

Cecil Antonio Richardson, más conocido como Tony Richardson, fue un director de gran talento sin ninguna afinidad específica, lo que le permitió entrar a diversos géneros, logrando su mayor popularidad en la etapa de la Nueva Ola Inglesa, de mediados de los años cincuenta a los sesenta. Bajo esta corriente, Richardson creo obras destacables como El Animador, Recordando con Ira y La Soledad del Corredor a Distancia. Posteriormente sería galardonado con el Oscar por su trabajo en Tom Jones. Ello le permitiría una mayor entrada a Hollywood y trabajar con talentosos actores, pero sus películas paulatinamente fueron disminuyendo en popularidad, no pudiendo reditar los logros de los años sesenta.

 
 
 
 

El Animador es una película fuerte, consistente y de grandes actuaciones. Típicamente las obras teatrales en el medio inglés son llevadas al cine con un esmero y una dedicación tal que buscan dar una buena imagen al éxito logrado en el teatro, sobre todo en los casos donde la aceptación ha sido tal por un producto de contracultura. El Animador es uno de estos casos, y la presencia de Laurence Olivier lo hace tanto su producto como el de Osborne y el de Richardson. Y es que la presencia del gran actor aseguró la taquilla, aseguró la presencia de actores consagrados y nuevos rostros cuyo talento estaba recién naciendo, no es de extrañar que inclusive en roles secundarios encontremos a futuras estrellas del medio. Junto a Olivier encontramos a Brenda de Banzie, una actriz de gran trayectoria y que tendría en este papel su mejor actuación. Roger Livesey, una referencia absoluta en la dupla de Powell y Pressburger también es parte del elenco. Joan Plowright aparece como uno de esos rostros jóvenes cuya carrera se expandiría por sesenta años y que aún se mantiene activa en cine y televisión. Así también podemos encontrar a Alan Bates y Shirley Anne Field en sus primeros roles y la primera aparición de Albert Finney en la gran pantalla. Esta combinación de grandes actores y futuras glorias alimenta la química en pantalla y el desenvolvimiento de un interesante guión, fortalecido por la presencia del escritor original de la obra haciendo la adaptación.

 
 

 

 
Datos.

Título Original: The Entertainer
Dirección: Tony Richardson
Año: 1960
País: Reino Unido
Intérpretes: Laurence Olivier, Brenda de Banzie, Roger Livesey, Joan Plowright, Alan Bates, Daniel Massey, Shirley Anne Field, Thora Hird, Albert Finney
Duración: 96 min.

martes, 2 de abril de 2013


BREVE ENCUENTRO




Intro.

Un momento para reflexionar. Un momento para observar nuestra vida y entender en qué momento todo cambió. Retroceder y considerar en qué fracción de segundo tuvimos la expresión equivocada o pronunciamos la palabra incorrecta. Y queremos cambiar todo. Y queremos cambiar nada. Cuando nuestros sentimientos se entrelazan, cuando debajo de nuestra piel se encuentra el significado de alguien más es imposible encontrar las soluciones deseadas. Y nos mantenemos allí tratando de engañarnos, tratando de tocar nuestros rostros y creer que son los mismos. Porque podemos ser humanos y cometer errores. Porque podemos ser personas civilizadas que aman y poder sentirnos sensibles ante una caricia, ante el leve roce del viento, ante el delicado acercamiento de una rosa. Aún así, nos detenemos un momento para reflexionar como si así pudiéramos cambiar algo, como si nuestra manera de pensar fuera a caer en radicalismos… cuando solo somos nosotros, nosotros y nadie más.







Cuerpo.

Antes de sus fastuosas creaciones épicas como El Puente sobre el Río Kwai, Lawrence de Arabia, Dr. Zhivago, entre otras, David Lean se hizo un nombre en su Inglaterra natal como guionista, editor y posteriormente director de filmes de importancia en los años cuarenta y cincuenta. Su contribución al crecimiento en el cine de su país sería importante y su internacionalización promovió la creación de películas de incalculable calidad e inversión, que revertirían en grandes éxitos económicos y en el trabajo depurado de extensas producciones que terminaban logrando su objetivo. Lean demostró en sus primeras épocas la capacidad para tener en cuenta los detalles y para transformarse en un obrero leal a todo lo concerniente a su producto, aprendiendo las labores de editor y guionista de manera ideal y teniendo la colaboración necesaria de diferentes artistas, entre los que destaca Noël Coward.






Noël Coward fue toda una personalidad en el Reino Unido. Se desarrolló como guionista teatral, director, actor y cantante, siendo una de esas personalidades que destacaban donde quiera que fuera y cuyo nombre siempre estuvo asociado al arte y al movimiento cultural de su país. Desde joven fue reconocido por muchas de sus obras teatrales que contaron con gran popularidad y rápidamente colocaron su nombre como uno de los más influyentes de su época. A mediados de los años cuarenta y siendo uno de los escritores mejores pagados en el Reino Unido, Coward comienza su colaboración con el joven director David Lean. Después de tres filmes exitosos, Coward y Lean acceden a filmar lo que se convertiría en su cuarta entrega y la más popular de todas: Breve Encuentro.

 


 

Breve Encuentro está basada en la obra teatral Naturaleza Muerta de Coward. Dirigida por Lean, Breve Encuentro se convertiría paulatinamente en una de las producciones británicas más grandes de todos los tiempos, como lo demuestra el ranking de 1999, hecho por el prestigioso Instituto Británico del Filme (BFI), en donde la película ocupa el segundo lugar. Breve Encuentro ganaría La Palma de Oro en el Festival de Cannes en 1946, compartiendo el galardón con otras diez películas, entre las que destacan Roma, Ciudad Abierta de Rossellini, María Candelaria de Emilio Fernández, La Sinfonía Pastoral de Jean Delannoy y Días sin Huella de Billy Wilder. A pesar de ello, Coward se mostró descontento por el tratamiento de la obra. Una historia de infidelidad en esos tiempos no permitía la libertad necesaria para tratar el tema como se podría hacer en el teatro. Por ello el tono tuvo que ser más conservador y ante ello, Lean tuvo que tomar el producto desde aspectos más cinematográficos, insertando mayores escenas que no aparecían en la obra original y apoyándose más en el tema romántico que en la crítica social del adulterio. Coward y Lean no tendrían otra colaboración, y el director inglés tendría una carrera prominente y de total ascenso, hasta convertirse en uno de los realizadores más respetados de todos los tiempos.

 
 
 
 

Breve Encuentro es una película interesante que demuestra el potencial y la dedicación de Lean por mantener un producto probado. Los roles estelares están a cargo de Celia Johnson y Trevor Howard. Johnson fue primariamente una dama del teatro, actuando en este medio hasta el final de sus días. Sus apariciones en cine son escasas, siendo su etapa con Coward y Lean de lo más fructífero. Breve Encuentro se convertiría en su actuación más destacada así como uno de sus pocos roles estelares en el cine. Recibiría el galardón a Mejor Actriz por el Círculo de Críticos de New York y sería nominada al Oscar. Por su parte, Trevor Howard tendría una mayor participación en el cine, siendo reconocido por diferentes clásicos y películas épicas en donde participó. Su trabajo también se extendió a la televisión y al teatro. Breve Encuentro se convertiría en su trabajo más recordado. Junto a ellos cumplen roles claves Stanley Holloway, quien se convertiría en uno de los grandes cómicos de su país, y Joyce Carey, una de las protegidas de Coward.

 
 
 
 
Breve Encuentro es un drama en toda su medida. Pero el tratamiento de Lean hace esta película un medio para sus propios recursos. Los cambios de tiempo, los flashbacks, el uso de la cámara en movimiento, los juegos de luces y sombras y el retrato de una época configuran el trabajo de Lean. Estos ingredientes no solo fortalecen el tema, sino que convierten la obra de Coward en un esquema de mayor riqueza, haciendo que Breve Encuentro sea la obra más conocida del dramaturgo inglés. Las actuaciones son memorables, en donde inclusive el espacio de los personajes secundarios es considerado vital para el desarrollo, formando un paralelo con la historia de los personajes principales, así como una inyección de vitalidad y proporcionalidad dentro de la historia. La película se ha transformado en un clásico y comparte junto a otras obras de Lean un espacio importante en su desarrollo. Breve Encuentro es una película imperdible para toda amante del cine, porque nos está demostrando el desarrollo de un gigante como Lean, porque nos entrega la actuación más destacada y personal de Celia Johnson y porque coloca el tema del adulterio desde una perspectiva tal vez algo conservadora pero también realista y profunda: ¿Qué es el amor y cómo se desarrolla este cuando nos vemos envueltos en relaciones humanas tan ordinarias?



 




Datos.

Título Original: Brief Encounter
Dirección: David Lean
Año: 1945
País: Reino Unido
Intérpretes: Celia Johnson, Trevor Howard, Stanley Holloway, Joyce Carey, Cyril Raymond, Everley Gregg, Marjorie Mars, Margaret Barton
Duración: 86 min.